El Polígono Sur recibió este lunes uno de los galardones más prestigiosos en el plano educativo con motivo del Día Internacional de la Alfabetización. El premio Confucio de la Unesco llega a uno de los barrios con mayor riesgo de exclusión social de la ciudad, concretamente al Centro de Educación Permanente para Adultos por la labor educativa realizada en el último año con colectivos que tienen especial dificultad para el aprendizaje.

La prestigiosa distinción internacional que ha otorgado la Unesco al centro con este premio pone el foco sobre los esfuerzos que la educación pública realiza para compensar las dificultades socioeconómicas que sufren los vecinos del Poligono Sur. Para Ana García, directora del colegio, se trata de "un premio sobre todo para los vecinos de este barrio que quiere exponer lo mejor de su gente: el empeño por luchar contra la exclusión".

Este colegio de adultos comenzó su rodaje hace 33 años y cuenta en la actualidad con 12 profesores que trabajan en red con los servicios y entidades colaboradoras del barrio. Las principales herramientos que utilizan los docentes en su labor diaria son la pedagogía del diálogo y el compromiso con el entorno, prestando especial atención a colectivos como la población gitana o inmigrante. El objetivo que estos profesionales persiguen día a día es el desarrollo integral de la persona, incluyendo su integración social y laboral.

La labor del centro tiene diferentes ofertas educativas que pasan por la obtención del título de Secundaria o la formación básica, hasta la preparación para las pruebas de acceso a ciclos formativos de grado superior. Además, desde esta escuela para mayores se han establecido líneas de coordinación con los programas de empleo que permiten adecuar el curriculum a las necesidades formativas de la población en paro. En paralelo, se realizan actividades enfocadas al ocio desde el plano de la enseñanza como son los talleres de educación vial, clases de idiomas o programas de manejo de las nuevas tecnologías, que se realizan de manera periódica durante el año.

El trabajo que realizan todas las personas involucradas en formar a los jóvenes y adultos que pasan por las aulas del colegio, traspasa las fronteras del edificio y llega a las calles del barrio. En los últimos años se ha conseguido la inserción de los reclusos para que realicen labores sociales en el centro o se han programado talleres de prevención de drogodependencia o salud mental en colaboración con diferentes instituciones sanitarias.

La prioridad de los trabajadores es conseguir el desarrollo integral de la población y el fomento de un espíritu emprendedor en uno de los barrios con más analfabetismo de Sevilla.