Las llamadas de varios vecinos pusieron sobre aviso, este miércoles, a la Policía Local de Espartinas acerca de la actividad en un gimnasio del municipio. Ventanales inusualmente cubiertos y tres personas en el interior del centro deportivo fue lo que encontraron los agentes al visitar el establecimiento, clausurado como parte de las restrictivas medidas impuestas por el estado de alarma declarado para evitar la propagación del coronavirus.
Uno de los empleados del negocio lo utilizaba, a puerta cerrada, mientras su dueño permanece hospitalizado por causas ajenas a la pandemia y a pesar de que las normas impuestas para impedir la expansión del SARS-COV-2 prohíbe cualquier actividad empresarial no esencial.
El establecimiento ha sido precintado, para prevenir que las instalaciones vuelvan a ser utilizadas, y los tres usuarios, denunciados y sancionados gravemente por saltarse el aislamiento impuesto desde el 14 de marzo.
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