Ya se han dado los primeros pasos para que la recuperación de la Fábrica de Vidrio de La Trinidad sea una realidad, pero éste es un proyecto a medio plazo. De momento, tal y como publicó ya este periódico, se han retomado las obras de demolición necesarias para el desarrollo urbanístico de dicha parcela, que ocupa una gran manzana entre la avenida de Miraflores y la carretera de Carmona, y también los trabajos de consolidación de los elementos patrimoniales que se conservarán: las tres naves del complejo fabril, más los hornos y la chimenea.

Ello es ya una buena noticia para quienes han peleado por salvar este Bien de Interés Cultural. Y no sólo por el desbloqueo que supone, pues el proyecto ha estado paralizado durante años, sino porque estas obras de consolidación dejarán a los edificios en condiciones para poder albergar ya algunos usos antes de que se acometa el proyecto de restauración, que es una fase posterior que todavía no se va a abordar.

La intención que persigue la plataforma ciudadana creada hace una década para reivindicar este patrimonio industrial, Salvemos la Trinidad, es precisamente proponer la utilización de las naves para exposiciones y otras actividades que ayuden a difundir el valor de esta construcción y a alimentar el debate sobre los futuros usos mientras se construyen las viviendas, unas 200, previstas en el resto de la parcela.

Según comenta el profesor Julián Sobrino, uno de los integrantes de dicha plataforma, una vez que concluyan las obras de consolidación y haya un cerramiento seguro, su propuesta será organizar este tipo de actos, siempre con un aforo controlado y con garantías.

La plataforma ha podido conocer en detalle el proyecto visado por el Colegio de Arquitectos de Sevilla y adjudicado a “empresas solventes”. La intervención, mínima porque se trata de obras de consolidación, se hará en los puntos donde los estudios de diagnóstico previos han detectado algún problema de humedad, pudrición o falta de masa que posibilite algún derrumbe... También se va a proceder a una limpieza de carácter general que cambiará sustancialmente el aspecto exterior, e interior, de la Fábrica de Vidrio. Así, los paramentos se limpiarán, se picarán las partes dañadas y se enfoscarán y pintarán a la cal respetando los colores tradicionales. Las instalaciones (electricidad, evacuación, suministro de agua...) todavía no se acometerán porque no se han definido oficialmente los usos que estas naves tendrán en un futuro.

Sólo la limpieza que se acometerá mejorará el aspecto interior y exterior del complejo, cuyos mayores daños están en la planta semisótano

Basilio Moreno, otro de los integrantes de la plataforma ciudadana, también muestra su satisfacción por el proyecto que ya se está ejecutando y adelanta que pedirán que puedan ir supervisando las obras con la intención de “disfrutar de los avances o corregir algo si fuese necesario”.

De momento y después de distintos aplazamientos, el procedimiento es el que se corresponde con un edificio de esta entidad, uno de los escasos ejemplos que ha pervivido de la arquitectura de la primera expansión industrial de Sevilla. Los mayores daños, según el diagnóstico realizado, se encuentran en la planta semisótano. El forjado de la planta principal, debido a los 20 años que la fábrica ha estado abandonada y a la propia deficiencia de los materiales utilizados, requiere ya intervenciones puntuales. Cerchas y maderas se sanearán si ese necesario también antes de acometer una rehabilitación integral y la chimenea, que presenta un aspecto muy deteriorado a primera vista, se reforzará con anillos metálicos, sobre todo, en su parte media y en su coronación para asegurar que no haya desprendimientos.

La plataforma insistirá para que los cimientos de las estructuras lineales y los ladrillos de los hornos de enfriamiento situados entre la nave 2 y la 3 derribados hace unos años queden a resguardo para que en un futuro proyecto puedan ser sean restituidos y restaurados.

El debate sobre los futuros usos

Una vez que las obras están en marcha, uno de los próximos retos es definir un proyecto para recuperar la fábrica como punto estratégico de la ciudad. Esta fase se abordará por parte del Ayuntamiento de Sevilla cuando acaben las obras de consolidación por parte de la junta de compensación del inmueble, cuya titularidad pasará a ser municipal. Pero la plataforma ciudadana que ha promovido la recuperación de La Trinidad ya tiene claros algunos posibles usos como un centro cívico, una escuela taller y un museo del vidrio, entre otros.

La plataforma quiere estudiar también una propuesta consistente en utilizar las cubiertas de la Fábrica de Vidrio como central solar y constituir una cooperativa de energía para el sector de Miraflores. Además, insiste en la necesidad de diseñar un proyecto de jardines y huertos urbanos para el entorno del complejo fabril, muy carente de zonas verdes.