San Luis recuperará el pavimento de adoquín en una obra de nueve meses

Emasesa levantará la calle casi al completo para retirar las antiguas tuberías de hierro por unas de fundición dúctil. Desaparecerá la capa de asfalto en una obra de 1,3 millones.

San Luis recuperará el pavimento de adoquín en una obra de nueve meses
San Luis recuperará el pavimento de adoquín en una obra de nueve meses
Carlos Navarro Antolín

10 de febrero 2014 - 05:03

Emasesa intervendrá este año en ocho calles de la capital, entre ellas una de las grandes arterias de acceso al centro, como es San Luis, que dejará de tener la capa de asfalto para tener un pavimento completo de adoquín. Esta calle del casco antiguo sólo conserva el tradicional firme de adoquines en el tramo más próximo al Arco de la Macarena. La gran obra que Emasesa proyecta para renovar las redes será aprovechada para continuar con el plan de recuperación de un pavimento de mayor resistencia y mucho más estético. El esfuerzo inversor de Emasesa será importante, pues contempla un gasto de casi 1,3 millones de euros en una obra de nueve meses de duración. Comenzará antes del verano y debe estar lista en nueve meses para no perjudicar en ningún momento la Semana Santa.

Todas las calles adoquinadas a mitad de la década de los 60 de la pasada centuria se terminaron cubriendo de asfalto con la denominada marea negra de aglomerado. El retorno paulatino al adoquín, que comenzó en los años ochenta, tiene dos causas: la apuesta en los últimos tiempos por una peatonalización progresiva del casco histórico y la comprobación del mal resultado que ofrece la capa de asfalto como pavimento.

Todas las obras de Emasesa previstas para este año darán comienzo antes de que finalice el primer semestre. La inversión en renovación de redes prevista para este año es de 5,2 millones de euros. Además de San Luis, que es el proyecto estrella, se intervendrá en una primera fase en la Avenida de República Argentina, aunque se hará por medio de la técnica de intervención interior sin necesidad de abrir zanjas con el objetivo de renovar un colector en particular. En el mismo distrito de Los Remedios se levantará un tramo de la calle Virgen del Valle. Y la obra destacada del distrito Nervión será en Marqués de Nervión, en el tramo comprendido entre la avenida Ramón y Cajal y Santa María de Mazzarello.

La necesidad de poner en marcha un programa paulatino de renovación de las redes comienza en los años posteriores a la Exposición Universal. Hasta entonces, las obras consistían fundamentalmente en crear nuevas infraestructuras, no en su sustitución.

La red de Sevilla capital tiene 3.800 kilómetros de tuberías, de los que 3.700 transportan agua potable. El 34% son de fibrocemento, un material barato que se comenzó a colocar en la década de los setenta del pasado siglo, y un 7% de hierro fundido, que coinciden con las más antiguas. El resto de la red es de fundición dúctil, un material que cuenta con un revestimiento interior antioxidante. En el caso de la calle San Luis, los conductos presentan ya una antigüedad considerable.

La red de abastecimiento del casco antiguo tiene una longitud total de 173,9 kilómetros, de los que 147,3 son para la conducción de agua potable. Casi un 40% de las tuberías son de hierro fundido, un material de complejo mantenimiento y que tiende a niveles de oxidación elevados que deja el interior de las tuberías cargadas de costras, una especie de colesterol que obliga a Emasesa a aumentar la presión del agua para garantizar el abastecimiento y salvar los obstáculos y que tiene como consecuencia lógica un aumento de las fugas. A mayor presión más riesgo de pérdidas en unas tuberías de por sí obsoletas.

El más claro ejemplo de la debilidad de la red de abastecimiento en el casco antiguo se manifiesta en las causas de fugas. El defecto de material y la corrosión externa suponen más del 60% de los casos, lo que arroja unas pérdidas 13,3 metros cúbicos.

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