El Aeropuerto de San Pablo se reactivó ayer a las 16:40 una vez que se reabrió el tráfico aéreo tras permanecer casi 24 horas sin movimiento de aviones. El primer vuelo de la jornada partió de Sevilla con destino a Palma de Mallorca y las compañías aéreas trataron de retomar las actividades aeroportuarias por la tarde. Fuentes de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena) explicaron que ayer se cancelaron 83 de los 103 vuelos previstos. Alrededor de 150 afectados se vieron obligados a pasar la noche en San Pablo. Ante esta situación, el Centro de Coordinación Operativa (Cecop) facilitó mantas a los viajeros en un dispositivo de ayuda a los afectados en el que también participaron Cruz Roja y el Hospital Virgen del Rocío.

El grave trastorno que ha supuesto el paro protagonizado por los controladores aéreos en San Pablo requerirá de varios días para que se recupere completamente la normalidad. Ahora, las compañías aéreas tienen que reprogramar los vuelos, reorganizar a las tripulaciones y recolocar a los aviones en los distintos aeropuertos, una planificación que no se resuelve en una sola jornada. Junto a las reservas de vuelo, miles de viajeros ansían ser recolocados para realizar el viaje que tenían previsto. Mientras Aena y los trabajadores de San Pablo se afanan por recuperar la normalidad, cientos de personas continúan acudiendo a las distintas ventanillas en el aeropuerto para tratar de poner reclamaciones y recuperar las pérdidas por los vuelos frustrados. A primera hora de la mañana de ayer la gran afluencia de pasajeros ante los distintos puntos de información dejó San Pablo sin hojas de reclamaciones suficientes y se optó por facilitar fotocopias compulsadas a los afectados. Pese al caos, la indignación y la incertidumbre, miles de personas aguardaron largas esperas, algunas desde la tarde del pasado viernes, con "mucha paciencia y tranquilidad", reseñaron varios agentes de la seguridad en San Pablo.

El tren fue una de las alternativas para llegar al destino. Para ello, Renfe reforzó su servicio para la tarde y ofreció 1.290 plazas adicionales en el trayecto Madrid-Sevilla, así como en otras líneas de la alta velocidad como Madrid-Barcelona y Madrid-Valencia. La estación de Santa Justa acogió al gran volumen de pasajeros habitual de cada puente festivo, a los que se sumaron los viajeros frustrados que buscaron en el tren el medio para llegar a sus destinos.

El alquiler de vehículos fue otra de las opciones para continuar el viaje. Algunas empresas dedicadas a esta actividad han registrado un aumento de clientes directos del 30% entre la tarde del viernes y ayer sábado. Varias compañías y operadoras también han tratado de resolver los problemas de sus viajeros reservando coches de alquiler para facilitar los traslados.

El caos generado por la crisis de los controladores aéreos tendrá graves consecuencias económicas para los propios viajeros que tenían reservas realizadas y abonadas, para las agencias y los mayoristas del turirsmo. Otro de los sectores duramente golpeado por el cierre del tráfico aéreo son los taxistas. El presidente de la Unión Sevillana del Taxi, Fernando Morales, aseguró a Europa Press que el sector prevé realizar casi "un millar de servicios menos" de los que se hacen habitualmente en la ciudad. Prácticamente se han cancelado "todos los servicios de taxi" cuyo destino u origen es el aeropuerto de San Pablo al haberse cancelado los vuelos previstos.