Luz al final del túnel. La reapertura de la iglesia de Santa Catalina parece más cerca que nunca después de que el arzobispo, Juan José Asenjo Pelegrina, anunciara la intención de empezar las obras de la segunda fase de manera inminente. El Arzobispado está a la espera de recibir en las próximas semanas el nuevo informe sobre el estado de conservación del valioso templo mudéjar, declarado monumento nacional en 1912, que está ultimando la empresa Geocisa bajo la dirección técnica del arquitecto Francisco Jurado. La próxima semana la Archidiócesis firmará un convenio con La Caixa por el que la entidad financiera aportará 150.000 euros para las obras. Asenjo también recordó el compromiso de colaboración adquirido meses atrás por el Ayuntamiento, por boca del alcalde, Juan Ignacio Zoido, y reclamó que la Junta de Andalucía ponga su parte para abrir esta histórica iglesia del centro de la ciudad que se encuentra cerrada desde el año 2004.

Fue en la tribuna del Forum Europa, celebrado en el hotel Alfonso XIII, al que acudió Asenjo para pronunciar la conferencia La Iglesia en la encrucijada de dos pontificados, donde el prelado afirmó que los estudios técnicos que él mismo encargó a Francisco Jurado, arquitecto de su confianza con el que ha trabajado anteriormente, estaban llegando a su fin. "Todo parece indicar que Santa Catalina no corría peligro, ni corre peligro, porque en estos meses, en los que han estado situados los aparatos y los diferentes sensores, no ha habido ningún movimiento en el edificio". Los trabajos de investigación, auscultación y levantamiento de daños de Santa Catalina comenzaron a principios de año, tras la firma del contrato entre la empresa Geocisa y la Archidiócesis, que ha sufragado íntegramente los 59.543,37 euros que han costado. Este estudio, que estará sobre la mesa del arzobispo en las próximas semanas y que ofrecerá un diagnóstico certero sobre las afecciones de la iglesia, ha consistido en un levantamiento gráfico y cuantificado de las patologías actuales, el estudio de los materiales constitutivos estructurales, y un control monitorizado de movimientos del conjunto. Los datos técnicos servirán para decidir las actuaciones definitivas que hay que realizar de cara a la restauración integral del templo.

Los técnicos están ultimando la toma de datos pero, como ya se avanzó en febrero, no hay ninguno que haya advertido que el inmueble corra riesgo de derrumbe o sufra una patología que implique una restauración de manera urgente. "Una vez que tengamos el informe, que parece que será en este sentido, encargaremos el proyecto definitivo, cuyo importe pienso que será sensiblemente inferior al anterior. Infinitamente inferior", reveló Asenjo. Desde que se cerró la iglesia, los organismos públicos han cifrado en alrededor de 3 millones de euros el coste de la rehabilitación integral, una cantidad que redujo a los 1,7 millones el autor del proyecto de intervención, Francisco Granero, aunque esta cantidad no incluía la inyección en el subsuelo -a 20 metros de profundidad- que el doctor Granero pretendía llevar a cabo en su proyecto de rehabilitación integral para frenar el hundimiento, cuyo coste sería próximo al millón de euros.

En vista del más que previsible informe positivo, el Arzobispado tiene intención de iniciar las obras este mismo año, incluso se baraja que pueda ser durante el verano, una vez que se redacte el proyecto y se obtenga la oportuna licencia de obras. "En cuanto lo tengamos (el proyecto) comenzaremos las obras. Estamos decididos a iniciarlas y a buscar las fórmulas para que se puedan hacer sin interrupciones, de una tacada. Quiero tranquilizar a los amantes de Santa Catalina", puntualizó el arzobispo.

Para sufragar el coste de los trabajos la Archidiócesis ya cuenta con una aportación de 150.000 euros procedente de la Caixa, que se formalizará la próxima semana con la firma del pertinente convenio. Aunque el montante definitivo todavía se desconoce, el Arzobispado dispone de recursos propios presupuestados para Santa Catalina. Hay que recordar que el Cabildo Catedral reservó el año pasado una partida extraordinaria de 500.000 euros. En cualquier caso, el arzobispo se mostró abierto a recibir colaboraciones y recordó el compromiso de colaborar adoptado por el Ayuntamiento, que en su día dijo que tenía un millón reservado para el inmueble. Asenjo reclamó que la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía "ayude también" económicamente en la restauración integral, a pesar de que esta administración no tiene consignada ninguna aportación este año en sus presupuestos. La Junta de Andalucía abonó a principios del pasado mes de febrero los 93.490,16 euros que estaban pendientes de pago de los 405.150,51 euros comprometidos en el convenio suscrito el 11 de diciembre de 2008, entre la Archidiócesis, el Ayuntamiento de Sevilla y la administración autonómica, para la restauración de las cubiertas y financiación de proyectos de restauración integral del templo, una cantidad que había tenido que cubrir la Iglesia en este tiempo. El Ayuntamiento sigue adeudando 270.059, 46 euros.