Sevilla

Del Sínodo de Roma a la Avenida de la Palmera

La celebración eucarística en el Seminario.

La celebración eucarística en el Seminario. / José Ángel García

Del Sínodo de Roma a la Avenida de la Palmera. Marcello Semeraro (Monteroni di Lecce, Italia, 1947) pronunció ayer la lección inaugural del nuevo curso, el quinto, de la Facultad de Teología San Isidoro de Sevilla. “Todos los meses voy yo a verle a Roma, él es mi jefe”, decía su anfitrión, José Ángel Saiz Meneses, arzobispo de Sevilla y gran canciller de la Facultad, al que acompañaban media docena de obispos para este acto de solemnidad académica y pastoral: además de sus auxiliares, Teodoro León y Ramón Valdivia, Rafael Zornoza, obispo de Cádiz y Ceuta, Demetrio Fernández, de Córdoba, Santiago Gómez, de Huelva, José Rico, de Jerez-Asidonia, y Jesús Pulido, de Coria-Cáceres, diócesis de la que también fue obispo el beato Marcelo Spínola.

La Teología, un camino para la santidad. Era el tema de la lección inaugural pronunciada por el cardenal italiano. Algo entiende del tema. El 5 de junio de 2022, el Papa Francisco lo nombró Prefecto del Dicasterio de las Causas de los Santos. Tiene la llave de las causas de sevillanos de cuna o adoptivos como Miguel Mañara o el propio Spínola y el próximo mes volverá a Sevilla para beatificar a los mártires de la diócesis como consecuencia de la guerra civil.

Juan José Asenjo está ahora en Sigüenza, su ciudad natal, que tiene obispo y catedral. Desde allí verá cómo florece uno de sus frutos más queridos, esta Facultad de Teología abierta durante su mandato pastoral, que ha pasado el listón de la madurez de los cinco cursos y que ya cuenta incluso con parada específica en los autobuses de Tussam que pasan por la Palmera. Y en la que el año pasado, según datos proporcionados en la memoria que leyó la secretaria general de la institución, Teresa Aguilar, dieron clase 49 docentes y se matricularon casi un millar de alumnos (921 para ser exactos). Se imparten ciclos de Liturgia y Religiosidad Popular y de Nueva Evangelización y Formación para el Liderazgo. Hay que sumarle los cursos que imparte el Instituto Superior de Ciencias Religiosas.

El cardenal Semeraro junto al arzobispo Saiz. El cardenal Semeraro junto al arzobispo Saiz.

El cardenal Semeraro junto al arzobispo Saiz. / José Ángel García

Marcello Semeraro fue ordenado sacerdote el 8 de septiembre de 1971, en el paso del ecuador de Pablo VI. Juan Pablo II lo nombró secretario de la décima Asamblea del Sínodo de Obispos. En 2020 accedió al cardenalato, con lo que por edad sigue siendo papable. Por tradición, los cardenales tienen la obligación de defender al Papa “incluso físicamente”, según fuentes vaticanas. Benedicto XVI da nombre a la biblioteca de la Facultad de Teología.

Una treintena de sacerdotes y los nuevos seminaristas asistieron a la misa previa en la Capilla Menor y al acto académico. En el altar coincidieron Manolo, el secretario del arzobispo Saiz Meneses, que ya le acompañaba en la diócesis de Tarrasa, con el hermano Pablo, que forma parte del alumnado del Seminario con un régimen especial para alcanzar el orden sacerdotal “cuando Dios quiera”, dice quien fuera inseparable de don Carlos Amigo Vallejo. El hermano Pablo, nacido en Avignon, antaño sede pontificia, fue reconocido el año pasado con la medalla de la ciudad de Sevilla.

¿Ciencias o Letras? Setenta veces siete es una lección de Matemáticas; Jerjes y Artajerjes, de Historia; el camino de Emaús, de Geografía. “La Teología es una disciplina que nos permite ahondar en el misterio de Dios, escudriñar las Escrituras y conocer el testimonio de los santos”, dijo en su homilía el arzobispo de Sevilla. Es patrimonio de una verdad “a la que podemos acercarnos, pero no poseerla del todo; es más bien ella la que nos posee. La verdad nos protege de la vanidad que nos cierra el acceso”.

El conocimiento de Dios, asignatura estelar de cualquier manual de Teología, no puede convertirse “en un fin en sí mismo, es en todo caso una herramienta”. La Teología es un camino ‘científico’ para la santidad (¿no hay ciencia en San Francisco de Asís, Tomás de Aquino o San Juan de la Cruz?) y “la caridad es el don de la Teología”. Con palabras de san Pablo, Saiz Meneses dijo que de nada sirve “una fe que mueve montañas pero no tenemos amor”. La Teología debe ir acompañada “de una auténtica vida cristiana, de acciones de amor y servicio a los demás, especialmente a los más necesitados”.

El cardenal nacido en la región de Apulia, con más de medio siglo de vida sacerdotal, inauguró un curso en el que en palabras del arzobispo de Sevilla “afrontaremos desafíos académicos, personales y de la sociedad”. Cuando el cardenal Semeraro fue ordenado sacerdote, era arzobispo de Sevilla el cardenal Bueno Monreal que da nombre a la avenida que se cruza con la Palmera a la altura del Seminario Metropolitano.

En el informe del curso 21-22, la secretaria de la Facultad dio cuenta de las numerosas actividades, las tesis doctorales y tesinas de licenciatura o las jornadas científicas en las que participaron especialistas en patrimonio de la Iglesia como Nuria Casquete de Prado, María Isabel González Ferrín y Amparo Rodríguez Babío.

Después de la misa y del acto académico, precedido del rezo del Angelus, se sirvió un refrigerio. Asistieron autoridades académicas y militares. Y el alcaide del Alcázar, Andrés Luque Teruel, catedrático de Historia del Arte, que recogerá en nombre de la institución a la que representa un reconocimiento en las Jornadas Históricas de Olivares, la tierra del Conde-Duque. Actuó el Coro del Seminario.

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