Universidad

La UPO se da un mes de margen para aprobar un nuevo calendario de exámenes

  • La propuesta es que los exámenes de recuperación se celebren una semana después de los ordinarios y no en verano

  • El principal incoveniente es el escaso tiempo que los profesores tienen para corregir las pruebas

Exámenes realizados el pasado enero en la UPO.

Exámenes realizados el pasado enero en la UPO. / D. S.

La Universidad Pablo de Olavide (UPO) quiere implantar el próximo curso un novedoso calendario de exámenes. Por tal motivo, en el consejo de gobierno celebrado este viernes se ha debatido una propuesta que lleva tres semanas planteada y con la que esta institución académica se acercaría a la modalidad europea en cuanto a fechas de evaluación. 

La intención es que los exámenes de convocatoria extraordinaria, también llamados de recuperación, no se celebren en julio, sino que tengan lugar poco después de los ordinarios. Sirva un ejemplo: un alumno que haya suspendido una asignatura del primer semestre en enero no tendrá que esperar al verano para aprobarla, sino que lo hará en febrero, con lo que pasaría a la segunda parte del curso sin esta evaluación pendiente. Lo mismo ocurriría en el segundo semestre. 

Se trataría, según explican fuentes de la UPO, de que entre una y otra convocatoria sólo mediara una semana. Eso sí, para ello cada evaluación debe ceñirse a dos semanas de exámenes y no tres, como ahora

Las ventajas e inconvenientes del cambio han sido analizados en el consejo de gobierno de este viernes. Entre los beneficios debe incluirse el hecho de que el nuevo calendario se adapta al modelo imperante en la mayoría de las universidades europeas. También los alumnos erasmus que se vayan al extranjero al terminar un semestre podrán hacerlo sin tener que pensar en la asignatura que les quede pendiente del anterior. De igual modo, los profesores asociados que sólo imparten una enseñanza durante un semestre, tampoco tendrán que esperar hasta julio para la segunda evaluación. 

Los inconvenientes

Pero este modelo también tiene ciertos inconvenientes que se han puesto de manifiesto este viernes. Por un lado, obliga a constreñir el tiempo de realización de cada convocatoria de exámenes, que pasaría de las tres semanas actuales a dos. La rapidez con la que las actas de la primera evaluación tendrían que estar firmadas, por lo que los profesores disponen de menos tiempo para corregir los exámenes y revisarlos a petición de los alumnos. Y por último, en algunas asignaturas, como las relacionadas con la traducción e interpretación, la mejora en los conocimientos no se puede lograr en tan corto periodo. 

Las fuentes de la UPO consultadas por este periódico han aseverado que el debate sobre este asunto ha sido "calmado y académico". "La mayoría de los estudiantes están conformes con el cambio, y las facultades también, excepto algunas que son más reticentes por las dudas que entraña la propuesta", afirman quienes han asistido al último consejo de gobierno. 

Por tal motivo, se ha decidido dar un mes más de margen para tomar la decisión definitiva. "Es un cambio que no se puede tomar por votación, sino que debe haber un gran consenso", detallan. Será el 26 de marzo, antes de Semana Santa, cuando se sepa si este modelo se implantará en la UPO el próximo curso

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