El campeón de la calle. Así definió Javier Arenas a Juan Ignacio Zoido al presentar al alcalde como paso previo a la intervención del regidor en el Foro Joly. Sus 20 concejales y 160.000 votos, datos que repitieron varias veces en el acto, parecen atestiguarlo. Pero pasada la celebración electoral la ciudad requiere soluciones y, sin profundizar demasiado, aparecieron algunas.

Apenas esbozos, a grandes rasgos, alguna declaración de intenciones asomó dentro de un guión bastante estudiado. Cambiar el PGOU si así se favorece la creación de empleo –“dentro de la legalidad”, puntualizó Zoido– fue una de ellas. No privatizar Emasesa, la única empresa pública sin losas en forma de deudas, fue otra. Poco más, de momento. Zoido insistió en que lleva 26 días como alcalde. Y que requiere tiempo. El tiempo dirá, pues.

“Austeridad, ejemplaridad, transparencia y gobernanza 2.0 se verán desde el primer minuto”. Zoido enumeró los pilares de su primera etapa de gestión. La austeridad va a marca su gobierno sí o sí. “La austeridad de hoy es el mejor antídoto contra los recortes de futuro. La austeridad es una necesidad y también una virtud”, sentenció, antesala de la complicada época que se atisba para un Ayuntamiento “con 600 millones de deuda”. 

Si Emasesa seguirá bajo control público, ¿qué ocurrirá con Tussam? Otras capitales han privatizado el servicio. “¿Dónde voy yo con una empresa que debe 80 millones de euros? El transporte municipal era antes rentable y desde 1999 empezó a ir a pérdidas”, lamentó, subrayando el comienzo del primer mandato de Monteseirín como inicio de la curva descendente hacia la precaria situación económica actual de Tussam. Más sobre autobuses y transporte público en general: “Un sevillano no puede tardar más en ir al centro que en ir a la playa”.

“Cada vez que se mira un proyecto, lo malo no es cómo va el proyecto sino qué se debe”, avisó Zoido. Y hablando de proyectos, dos muy procelosos: Metropol Parasol y Torre Cajasol. “Ese proyecto (las setas) no se hubiera hecho bajo mi mandato. Soy preso de decisiones de otros”, aseguró, refiriéndose también a las condiciones de concesión concedidas a Sacyr. 

De la polémica torre, Zoido matizó que hará “lo que digan los técnicos”. “Habrá que valorar el riesgo de perder la declaración de patrimonio de la humanidad para ciertas zonas de la ciudad. Es necesaria una opinión clara de la Unesco”, pidió antes de sorprender a los presentes con dudas sobre la marcha del proyecto: “Oiga, las obras... muy rápidas no van, no? Lo dejo ahí”. Otros proyectos, como Altadis, parece que van para largo. Zoido, he hecho, no concretó nada sobre el tema salvo que se generará empleo.

Zoido, que se comprometió a devolver el dinero de los aparcamientos no ejecutados, avanzó que este 2011 será imposible acometer una bajada de impuestos municipales ante la necesidad de cumplir con pagos del Ayuntamiento. “Se mantendrá, y a partir del año próximo se bajarán de forma paulatina para atraer inversión”.

Atraer inversión y empleo. Dos de los términos más utilizados por Zoido en su intervención. A veces de forma exagerada y poco concreta. Otro fue “luz y taquígrafos”. Justo lo que, sostiene, ha faltado en la época anterior.