38 aniversario de la Constitución Española

Marilyn como símil de la Constitución

  • La Delegación del Gobierno entrega los XII Premios Plaza de España. Zoido destaca que la Carta Magna goza de una "envidiable salud" y pide no caer en el puro revisionismo.

Zoido preside la entrega de los XII Premios Plaza de España.

Zoido preside la entrega de los XII Premios Plaza de España. / Juan Carlos Vázquez

Juan José Padilla, parche en el ojo, gesto firme, se dirigió decidido al atril. Sonaba una ovación como la de sus mejores tardes. El torero titubeó antes de hablar. "Para esta faena no estoy yo tan preparado", dijo antes de empezar su discurso, y el público le arropó con unas risas. Padilla fue una de las ocho personas o entidades reconocidas con los premios Plaza de España, cuya duodécima edición se celebró ayer en la Delegación del Gobierno en Andalucía.

Padilla, emocionado, le contó al auditorio y al jurado que no saben bien lo feliz que lo ha hecho la entrega del premio. Porque no era un reconocimiento sólo para él, sino que reconoce el "esfuerzo, el sacrificio, la ética y la solidaridad de todas las personas que hacen posible la fiesta nacional, desde el último monosabio hasta las grandes figuras del toreo". "Con este premio, el Gobierno está impulsando la fiesta, y con él se premian también la libertad y la esencia de la Constitución", añadió el maestro.

Salió Padilla, siempre carismático, reforzado con el mayor aplauso de todo el acto, que estuvo marcado por un cierto protocolo y rigidez que, paradójicamente, rompería un diplomático. Inocencio Arias, otro de los premiados, provocó la carcajada del auditorio cuando contó una anécdota de Marilyn Monroe y Arthur Miller. El dramaturgo quiso llevar a la sex symbol a que conociera a su madre, a su modesto piso de Brooklyn. Marilyn pidió ir al baño y descubrió que las paredes del apartamento eran tan finas que se oía toda la conversación del salón. Así que, para que su marido y su suegra no la oyeran a ella si emitía algún ruido indecoroso, Monroe abrió todos los grifos que encontró en el aseo. Cuando la pareja se marchó, las vecinas acudieron rápidamente a preguntarle a la señora Miller cómo era en realidad aquella estrella del cine, si era creída o arrogante. "Y les dijo en voz tenue: no, qué va, es una chica muy simpática y dulce, pero mea como un caballo".

Con esta anécdota, Arias quiso referir que la Constitución es mejorable, sí, pero también es "justa, solidaria y contó con el consenso de todo el mundo". Recordó el diplomático que los mejores de sus 42 años de servicio público fueron los años de la Transición, en los que pudo explicar al mundo que "aquello iba en serio".Presidieron el evento dos ministros: el del Interior, Juan Ignacio Zoido, y la de Empleo, Fátima Báñez. El primero cerró el acto con un discurso en el que destacó que la Constitución disfruta de una "envidiable salud" y que "no es momento de ir a contracorriente y defender escisiones". Zoido pidió prudencia con la Carta Magna y apuntó la necesidad de "no caer en el revisionismo por el revisionismo, sino modificar sólo aquello que sea necesario". En ese caso, la reforma ha de hacerse "desde el sentido común, el diálogo y el consenso, como en el 78, cuando se logró que fuera casi unanimidad". Por ello, Zoido abogó por "tomar ejemplo del espíritu con que nació" la Constitución en lugar de "optar por cambios que no tienen justificación y que no podríamos explicar jamás".

Además de Padilla y Arias, fueron premiadas las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla; el presidente emérito del Tribunal Constitucional, Miguel Rodríguez Piñero; la Brigada de Infantería Mecanizada Guzmán el Bueno; Manos Unidas Sevilla; y el Centro de Acogida de Refugiados de la capital andaluza. A todos ellos les une la defensa de los valores recogidos en la Constitución española.

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