Zoido promete que "no se tirará el dinero" al quitar el mobiliario

El alcalde electo confirma una retirada paulatina de las 16 farolas de diseño y de los diversos bancos de las plazas de la Alfalfa, la Pescadería y el Pan · Asegura que así lo quiere la mayoría de sevillanos

Una de las farolas de diseño instaldas en la Plaza del Pan dentro del proyecto urbanístico 'La Piel Sensible'.
Una de las farolas de diseño instaldas en la Plaza del Pan dentro del proyecto urbanístico 'La Piel Sensible'.
Carlos Navarro Antolín / Sevilla

27 de mayo 2011 - 05:03

El alcalde electo de Sevilla confirmó ayer que retirará el mobiliario urbano del proyecto urbanístico denominado La Piel Sensible en respuesta a la demanda "mayoritaria" de los sevillanos. Juan Ignacio Zoido precisó que la sustitución se llevará a cabo de forma "paulatina" y en función de la "disponibilidad económica" del Ayuntamiento. Las plazas afectadas serán las de la Alfalfa, la Pescadería y el Pan. Su intención es "buscar la coherencia y la armonía en el casco histórico" y admitió que no comparte el diseño de las farolas y los bancos instalados en algunas zonas del centro. "Creo que me hago eco de la opinión de gran parte de los sevillanos". Aprovechó la ocasión para criticar al gobierno local saliente: "Ha estado improvisando y arriesgando demasiado en el casco histórico". Por este motivo, garantizó que con sus políticas tenderá a "buscar la normalidad".

Fuentes autorizadas del gobierno saliente confirmaron ayer a este periódico que el coste total de todo el mobiliario urbano de La Piel Sensible y su ejecucion es de 390.000 euros, IVA incluido. El equipo de gobierno entrante dejó claro que existen varias opciones de llevar a cabo la retirada. Se puede apostar por una reutilización del mobiliario de la ciudad en zonas cuya estética sea más acorde al diseño de las farolas y bancos. En otros casos, se puede esperar a que se deteriore con el uso y el paso del tiempo y no proceder a su sustitución. "En ningún caso se va a derrochar un euro".

El mobiliario de estas plazas se compone de farolas, bancos y papeleras. En la Plaza de la Alfalfa hay ocho farolas con tres puntos de luces cada una y bancos corridos de madera alrededor de zonas vegetales o de tierra. En la Plaza de la Pescadería hay seis farolas y seis bancos de madera combinada con material metálico. Y en la Plaza del Pan hay tres farolas de tres puntos de luces cada una con tres bancos de las mismas características. Los diseños de las farolas son de dos tipos: con brazos de luces cortos o largos (éstas conocidas como farolas duchas). El material de madera de los bancos presenta un grado de deterioro notable como consecuencia de la acción de los rayos del sol.

En cualquier caso, Zoido dejó claro que el objetivo prioritario es el de conocer la deuda real del Ayuntamiento. "A continuación se irán dando pasos a medida que se tenga disponibilidad económica", explicó.

El proyecto denominado La Piel Sensible ha sido uno de los que ha provocado mayor polémica en el tercer mandato de Monteseirín como alcalde. Fue el proyecto ganador del concurso convocado por el Ayuntamiento para decidir el diseño del eje peatonal conformado desde la Plaza de la Alfalfa a la del Salvador, aunque en esta última se optó por una superficie basada en el adoquín y unas farolas de estilo clásico.

El presupuesto municipal de todos los trabajados ejecutados en este proyecto ha ascendido a 3.080.746,46 euros. La Piel Sensible fue el proyecto vencedor de un concurso de ideas que ganó el arquitecto José Carlos Mariñas en el verano de 2004 para la recuperación de las plazas de la Alfalfa, el Pan, la Pescadería y el Salvador. Las obras en la Plaza de la Pescadería se terminaron en abril de 2007, debido a que con los trabajos de vigilancia arqueológica se descubrió un importante yacimiento arqueológico, correspondiente a tres grandes aljibes o cisternas de la época romana del siglo II, que abastecían a la ciudad de entonces. Se habilitó un sótano arqueológico que permite la visita pública.

El gobierno de Monteseirín ha criticado siempre que el debate suscitado como consecuencia de la estética del mobiliario urbano de este proyecto ha eclipsado el gran objetivo de las obras: la reconquista de este espacio público por parte de los ciudadanos. Urbanismo ha recordado que, anteriormente al proyecto, tres de estas cuatro plazas estaban invadidas por las bolsas indiscriminadas de aparcamientos, una circunstancia que impedía su disfrute por parte de los sevillanos. Monteseirín ha usado su verbo preferido (transformar) para referirse al cambio practicado en cuatro de los paisajes más característicos del centro de Sevilla.

En el caso de la Plaza del Salvador se apostó por una "única volumetría" al desaparecer los acerados" y por un pavimento que mantendrá el sistema actual de adoquín con un diseño semejante al de la Plaza de la Contratación, aunque, al contrario que en ésta y por sus características, hay muchos más metros cuadrados de adoquín que de granito. Los criterios estéticos que se siguieron en el caso de la Plaza del Salvador no generaron ninguna polémica, como sí ocurrió en las otras tres plazas, donde el gobierno entrante ya ha dejado claro que irá suprimiendo las farolas duchas y los bancos Ikea, como se les ha llamado coloquialmente.

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