El asesino de Halloween, excarcelado para el funeral de su abuela, fallecida en el río

Manuel C. M., el Cardo, cumple nueve años de internamiento por el asesinato de Jesús Rosado Jiménez en Palomares del Río

Su abuela, Antonia Salas, fue hallada muerta en el Guadalquivir el pasado miércoles

El vehículo camuflado de la Policía que traslada al asesino de Halloween, entrando en el tanatorio La Estrella de Coria del Río.
El vehículo camuflado de la Policía que traslada al asesino de Halloween, entrando en el tanatorio La Estrella de Coria del Río. / D. S.

Manuel C. M., alias el Cardo, condenado por el asesinato de Jesús Rosado Jiménez en Palomares del Río, salió este viernes unas horas del centro de internamiento de menores en el que cumple su pena. Lo hizo escoltado por la Policía para despedir a su abuela, Antonia Salas, la mujer de 65 años que fue hallada muerta el pasado miércoles en el río Guadalquivir. El Cardo ya es mayor de edad, pero era menor en el momento del asesinato, que cometió la noche de Halloween de 2022. Fue condenado a nueve años de internamiento en régimen cerrado por matar a Jesús, que acababa de cumplir los 18 años, en la puerta de su casa, en la urbanización La Mampela de Palomares del río.

En el crimen hay más implicados. Está pendiente el juicio contra Antonio Manuel S. V., el Kirro, que ya era mayor de edad y cuya causa sigue en la fase de instrucción en el juzgado de Coria del Río, a pesar de que han pasado ya casi tres años de los hechos. Será este un caso como el de Marta del Castillo, el que el mismo crimen será juzgado dos veces, uno en la jurisdicción de menores y otro en la de mayores. El resto de la pandilla que rodeó a Jesús, de momento, se ha librado de cualquier responsabilidad penal y únicamente son considerados testigos.

El juicio del menor se celebró entre abril y mayo de 2024 y concluyó con la condena al Cardo a nueve años de internamiento en régimen cerrado y otros cinco de libertad vigilada por el asesinato de Jesús y otro delito de robo con violencia en grado de tentativa. Está cumpliendo esta pena en el centro de menores Los Alcores, en Carmona, desde donde la mañana del viernes fue excarcelado para acudir al funeral de su abuela.

La abuela es Antonia Salas, la mujer de 65 años vecina de Coria del Río que desapareció el pasado lunes 15 de septiembre. Sus familiares denunciaron la desaparición y aseguraron que la habían visto montándose en un autobús en San Juan de Aznalfarache. Sospechaban que podía encontrarse en Sevilla, donde había trabajado limpiando casas, y alertaban de que estaba atravesando una depresión y estaba sometida a tratamiento psiquiátrico.

La tarde del miércoles 17 de septiembre, sobre las ocho menos diez, unas personas que pasaban por el puente de la Señorita, que une Sevilla y Camas, vieron el cuerpo de una mujer flotando en el río Guadalquivir y llamaron al 112. Con una embarcación, los Bomberos llevaron el cadáver hasta la orilla de Camas, donde el cuerpo fue examinado e identificado como el de la mujer que había desaparecido dos días antes. Después trasladado al Instituto de Medicina Legal, donde se le practicó la autopsia.

El sepelio se celebró este viernes en el tanatorio La Estrella, en Coria del Río. El Cardo, su nieto, obtuvo autorización judicial para ser excarcelado y despedirse de su abuela, pues tiene derecho a ello como familiar directo de la fallecida. Tenía permiso para tres horas, entre las ocho y media y las once y media de la mañana.

El asesino llegó al tanatorio en un coche camuflado de la Policía Nacional, escoltado por un patrullero uniformado de la unidad adscrita a la Junta, conocida popularmente como Policía Autonómica y que tiene en Andalucía la competencia sobre menores. El vehículo camuflado llevaba los cristales traseros tintados, por lo que desde el exterior fue imposible ver la cara del joven que mató a Jesús.

Un policía esperaba en la puerta del garaje del tanatorio la llegada de sus compañeros con el asesino. Los dos vehículos se pasaron la entrada y tuvieron que maniobrar para acceder. El coche camuflado en el que iba el Cardo entró en el aparcamiento y rápidamente se cerraron las puertas del garaje, mientras que el patrullero se quedó aparcado en la calle. Los policías escoltaron al Cardo durante su estancia en el tanatorio.

Tras el sepelio, el asesino volvió al centro de menores en el que se encuentra, y en el que ya cuenta con un expediente por falta grave. Se trata de una persona muy conflictiva, que ya tenía múltiples antecedentes en el momento en que mató a Jesús y tenía condenas por cumplir en centros de menores.

La noche de Halloween de 2022, junto con al menos otras cuatro personas (tres de ellas también menores), el Cardo abordó a Jesús Rosado Jiménez, que regresaba solo a su casa y al que propinaron una brutal paliza en pocos minutos y al que atacaron con una navaja y una barra extensible.

La sentencia de la Audiencia de Sevilla que confirma la pena impuesta por el juez de menores hace el siguiente relato de la agresión: "La víctima fue primero golpeada con los puños, sobre todo en la cara; luego con la porra metálica extensible desde atrás y, finalmente, tras un corte en el brazo por una maniobra defensiva refleja de la víctima, el golpe fatal de frente, en la región precordial izquierda, con la navaja no recuperada, pero cuyas características han quedado determinadas sin género de duda por la herida infligida y las marcas persistentes de la empuñadura en el costado del finado, determinando igualmente que quien propinó ese tajo era diestro".

Al ser el menor zurdo, es improbable que fuera el autor de la cuchillada mortal, pero sí participó en la agresión. Queda por juzgar al que se acusa de ser quien dio la puñalada, el Kirro, que permanece en prisión preventiva y que también hace unos meses fue excarcelado para el entierro de un familiar.

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