Sevilla

Rafael Cómez Ramos

Atarazanas versus Hospital de la Caridad

tribuna de opinión

El autor reflexiona sobre las obras de restauración que se están realizando desde hace meses en el hospital de la Caridad de Sevilla para recuperar la solidez y el brillo de esta joya barroca

El Hospital de la Caridad, un edificio "roto en mil pedazos" que busca recuperar la solidez y el brillo

Un operario trabajando en el hospital de la Caridad recientemente. / josé angel garcía

10 de julio 2025 - 06:30

El Hospital de la Santa Caridad de Sevilla que se edificó a expensas de las Reales Atarazanas, ocupando y aprovechando sus naves al tiempo que la iglesia se levantaba en lo que constituía su espacio central –al que llamaban el patio de las Atarazanas–, ahora parece ser devorado por ellas.

Las noticias que revelan el artículo de Juan Parejo y el elocuente reportaje gráfico de José Ángel García (24-6-2025)nos ha helado el corazón. Las grietas de los arcos de la iglesia que pudimos contemplar durante aquel memorable funeral de Valdivieso a comienzos del mes de febrero no eran más que una anécdota dentro de lo que descubren las actuales obras de restauración del edificio en su conjunto ya que se ha afirmado que el Hospital de la Caridad se encuentra “roto en mil pedazos”.

Roto en mil pedazos significa que no sólo el presbiterio con grietas de 12 cm, sino también el sotocoro donde contemplábamos los famosos cuadros de “Las Postrimerías” de Valdés Leal está peor de lo que pudiéramos ver bajo el enmascaramiento de las yeserías barrocas diseñadas por Murillo. En la bóveda y en la cúpula partida en dos se inyecta ahora hormigón. Sin embargo, el problema mayor es el conjunto del Hospital que se ve también seriamente afectado, habiendo tenido que alterar el orden de funciones de sus respectivos espacios: cocinas, comedor, despensas, patios, habitaciones de Mañara. Pensemos en la espectacular Sala de San Antonio con su bóveda de cañón apuntado que fuera convertida en comedor general o la más pequeña de San José transformada en sala de rehabilitación. Todo ha sido cambiado para poder atender a todas las personas allí acogidas con los inconvenientes de las necesarias obras de restauración.

En su momento se dijo que el causante de las grietas visibles entonces había sido un colector subterráneo que ya ha sido reparado. No obstante, resulta evidente como afirman los arquitectos que se ocupan ahora de su reparación que “todo lo que linda las Atarazanas está afectado” aunque los responsables de aquellas obras no han admitido que ellos sean la causa. Por otra parte, todo el sector Norte del edificio, es decir, la iglesia y las habitaciones de Mañara concentran las grietas, O sea, en otras palabras, que la causa de la desgraciada situación en que se encuentra hoy el Hospital de la Caridad de Sevilla han sido las largas y discutidas obras de intervención en las Reales Atarazanas. No hay que darles más vueltas a la cuestión. El origen del daño viene de las Atarazanas y conviene recordar que también afectó a la cocina y cuarto de baño de una vecina del Arco del Postigo del Aceite.

Consideramos que las obras de intervención en las Atarazanas de Sevilla debían haber tenido en cuenta la historia del edificio y del Hospital de la Caridad situado entre sus naves adaptándose a las estructuras medievales. En la coyuntura actual nos preguntamos de qué han servido cinco libros sobre la historia y construcción del edificio, tantos artículos en la prensa y en revistas especializadas, un trabajo de fin de grado, conferencias, mesas redondas, y años de discusiones sin fin. Todo para esto.

Esperemos que los refuerzos estructurales mantengan la solidez de un edificio que durante siglos no se movió y tan solo se destruyó en el sector Sur para levantar la Delegación de Hacienda. Esperemos que una joya del barroco universal que don Antonio Bonet Correa incluyera en el Atlas mundial de la arquitectura barroca, publicado por la UNESCO, no sufra menoscabo alguno. La memoria de Enrique Valdivieso, Juan Miguel Serrera, o Jonathan Brown, entre los modernos que estudiaron este singular edificio está presente.

La población sevillana, aturdida estos días por el calor africano, la guerra de Irán o la discutida restauración de la Macarena, que ha originado toda una manifestación ante su basílica, apenas se ha enterado de la desgraciada situación en que se encuentra el Hospital de la Santa Caridad de Sevilla, un edificio vivo en su función benéfica desde su fundación en el siglo XVII por el venerable Miguel Mañara. Entendemos que se deben exigir responsabilidades de los daños causados y los responsables de las obras de construcción, restauración y rehabilitación, no suelen ser otros que los profesionales de la construcción, es decir, los arquitectos.

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