El Hospital de la Caridad, un edificio "roto en mil pedazos" que busca recuperar la solidez y el brillo

La hermandad afronta una importante y compleja restauración con un coste de 5,7 millones sin descuidar su razón de ser: la atención a los 83 acogidos

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Así avanzan las obras de consolidación del Hospital de la Caridad / José Ángel García

Devolverle la estabilidad y recuperar el esplendor. Esos son los dos objetivos de las complejas y urgentes obras de restauración que afronta el Hospital de la Caridad desde hace unos meses. Las obras de rehabilitación de las Atarazanas (el hospital se levanta en algunas de las antiguas naves del astillero) provocaron la aparición de varios centenares de grietas que ponían en grave riesgo la estabilidad tanto de la iglesia de San Jorge como de las dependencias civiles.

Pese a que los responsables de las obras de las Atarazanas nunca han reconocido que esta rehabilitación fuera la causa (todos los problemas están en el extremo norte, el que linda con este edificio) la Consejería de Cultura ha otorgado una ayuda de 2,6 millones de euros que servirán, al menos en parte, para solucionar los problemas. El montante total de la rehabilitación, dividida en 5 fases y con un presupuesto de 5,7 millones, alcanza ya el 12% de ejecución. Por el momento, se está inyectando hormigón para que esta joya de Sevilla recupere la estabilidad.

Los andamios que ya se han colocado en el interior de la iglesia de San Jorge del Hospital de la Caridad.
Los andamios que ya se han colocado en el interior de la iglesia de San Jorge del Hospital de la Caridad. / José Ángel García

Las obras en la Caridad se han tenido que acometer de manera urgente por el riesgo evidente que había. “Lo primer que tenemos que hacer es devolverle la estabilidad. Está partido en mil pedazos. La bóveda, por ejemplo, estaba rota en dos. Cuando hemos subido para ver los daños de verdad, ha habido cosas que nos han sorprendido muy negativamente”, explica el aparejador Javier Villa, director de ejecución de unas obras cuyo proyecto corresponde al arquitecto Enrique Carvajal, y que están realizando las empresas Reepox, en los refuerzos estructurales; y Sanor, en lo referente a las fábrica.

El colector de la polémica restaurado.
El colector de la polémica restaurado. / M. G.

Lo primero que se hizo en el año 2024 fue una reparación del colector, que según los técnicos de las Atarazanas era el causante de las grietas. La inversión fue de 600.000 euros y, como no podía ser de otra manera, se descartó que fuera el detonante de la situación tan delicada que afrontaba el hospital. “El edificio está en una situación muy mala. La falta de mantenimiento durante 4 siglos (sólo dos actuaciones en el siglo XX) nos han llevado hasta aquí. Algunas de esas intervenciones no fueron las más adecuadas y a ello hay que sumar la incidencia negativa de las obras de las Atarazanas. Los problemas estructurales eran muy graves”, explica Villa.

Un operario trabaja en el presbiterio.
Un operario trabaja en el presbiterio. / José Ángel García

La segunda fase, ahora en ejecución, es la del refuerzo estructural. Posteriormente, vendrán la restauración de la iglesia y sus valiosas pinturas y yeserías, la fachada y la torre. “Actualmente está ejecutada el 12% de la obra, aproximadamente. Hemos acabado el presbiterio, que se estaba abriendo y levantando, con grietas de hasta 12 centímetros. Teníamos que darle estabilidad para poder montar el andamio para proteger el altar mayor. Además de la iglesia, su fachada y la torre, las obra abarcan las cocinas, el comedor, las despensas, varios patios, las dependencias de Miguel Mañara y la sala de las monjas. Todo lo que linda con las Atarazanas está afectado”, explica Félix Arenado, hermano mayor.

Un operario trabaja en la zona del coro, donde se pueden observar importantes grietas.
Un operario trabaja en la zona del coro, donde se pueden observar importantes grietas. / José Ángel García

A la bóveda y la cúpula, que se encontraban muy mal, se les ha inyectado hormigón y resina para el sellado y el cosido de las grietas. Esto mismo se está haciendo en el comedor, la cocina o la despensa. “Estamos haciendo inyecciones para consolidar los muros y volverlos a coser”, añade el aparejador.

Todas estas obras han alterado ya la vida diaria de los acogidos. El comedor se ha trasladado al salón de actos, el gimnasio o la sala de fisioterapia. Dependencias que han tenido que ser reubicadas en los salones de televisión de toros y de películas del oeste. “La cocina provisional se ha instalado en el Patio de la Virgen. Una estructura modular, efímera con todas las garantías. Este espacio era un lugar muy agradable donde los acogidos pasaban muchas horas al día”, subraya el hermano mayor.

Las tareas de refuerzo de la cimentación en la cocina.
Las tareas de refuerzo de la cimentación en la cocina. / José Ángel García

Otra de las zonas de la iglesia que se encontraba muy mal era el coro. Se ha levantado el suelo y se va a reparar al completo. “Habían salido unas grietas muy importantes. Al moverse el edificio había cedido hacia abajo y había afectado al sotocoro”, revela Arenado.

La recuperación e la parte ornamental

La restauradora Julia Ramos será la encargada de llevar a cabo la recuperación de la parte ornamental. Está previsto que esta tarea comience tras el verano con la limpieza y restauración de todas las pinturas y las yeserías que decoran el templo, entre ellos, los frescos de Valdés Leal de la cúpula. Al finalizar las obras se limpiará el retablo mayor. Por su parte, las obras de Murillo, Valdés Leal y Pedro Roldán que decoraban la iglesia se han trasladado ya al Museo de Bellas Artes, donde serán expuestos hasta junio de 2026. “Estamos muy agradecidos a la Consejería de Cultura por el dinero que nos ha dado y por la exposición de estas obras en el museo. Han sido todo facilidades”, ensalza el hermano mayor.

El impresionante retablo mayor de la iglesia.
El impresionante retablo mayor de la iglesia. / José Ángel García

El anhelo del hermano mayor es poder celebrar la Nochebuena de 2026 en la iglesia. Para ello, las obras deberán continuar, aunque no cuentan todavía con todo el presupuesto: “Van a ser dos años muy complicados, de muchas apreturas. Ahora mismo, el futuro es incierto, pero al final las obras de Dios siempre salen. Esperamos que aparezcan esas personas y entidades que nos puedan ayudar”. Y es que el principal esfuerzo y dedicación de los 564 hermanos de la Caridad es desvivirse por los 83 acogidos. “Hemos perdido los ingresos por las bodas, unas 70 año, y la visita turística. Pero nuestra preocupación no es la obra ni conseguir el dinero. El desvelo son los acogidos. Ellos son el motivo de la existencia de esta casa. Tenemos 83 cristos que son nuestros amos y señores. Lo demás saldrá”.

En el horizonte, la Caridad tiene la celebración del IV centenario del nacimiento de Miguel de Mañara en 2027. Un aniversario que llegará con el anhelo de que surja ese milagro que posibilite su beatificación.

El imprescindible legado de Miguel de Mañara

Los andamios en la fachada.
Los andamios en la fachada. / José Ángel García

El alma máter de la Caridad sigue siendo hoy día el venerable Miguel de Mañara.En sus orígenes, la hermandad se ocupaba de darle cristiana sepultura a los condenados y a los que morían ahogados en el río. Con la llegada de Mañara se transforma en una institución para ayudar y cuidar a los más necesitados, alimentándolos y dándoles un techo, dotado de un hospital para enfermos terminales. Mañara desarrolla en el hospital las obras de misericordia, tanto espirituales como corporales, y así está reflejado en el discurso iconográfico de la iglesia, cuya construcción dirige Murillo.

Para perpetuar su mensaje, Mañara encargó obras de inestimable valor a los grandes autores de la época, como el propio Murillo, que era amigo de la infancia, Valdés Leal y Pedro Roldán. Además de por acoger a los más necesitados, la Caridad se caracteriza por el vasto patrimonio artístico que conserva. En la iglesia del Señor San Jorge se reúnen las pinturas de las postrimerías de Valdés Leal, los cuadros de Murillo sobre las obras de caridad, cuatro de los cuales fueron robados por los franceses, siendo sustituidos hace unos años por copias idénticas; o el gran retablo de Bernardo Simón de Pineda, con tallas de Roldán y bajo relieve de Valdés Leal.

El estado de las yeserías.
El estado de las yeserías. / José Ángel García

Las pinturas murales y yeserías de la iglesia también fueron ideadas por Murillo. El sistema es prácticamente calcado al de Santa María la Blanca. Están prácticamente sin tocar, salvo unos repintes muy groseros en la cúpula. Cuando se intervengan, se va a descubrir una iglesia totalmente diferente en volumetría, luz y color.

Se calcula que cerca de cien mil acogidos han pasado por la casa en sus cerca de 400 años. Un legado de caridad y arte para la ciudad todavía desconocido para muchos.

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