Iglesia de Sevilla

El balance de 2022 de Cáritas en Sevilla: 13 millones de euros para atender a 46.000 personas

Mariano Pérez de Ayala y monseñor José Ángel Saiz en la presentación del balance de Cáritas.

Mariano Pérez de Ayala y monseñor José Ángel Saiz en la presentación del balance de Cáritas. / Antonio Pizarro

Pasan los años y las cifras no menguan. El volumen de personas atendidas por Cáritas en Sevilla sigue siendo muy alarmante. En 2022 la ONG católica prestó servicio a más de 46.000 ciudadanos con falta de recursos. En dicha labor invirtió casi 13 millones de euros. Se trata de un amplio colectivo en el que la pobreza se convierte en permanente por razones muy concretas: la subida de los precios, el encarecimiento de los alquileres y la precariedad laboral. Una situación para la que los responsables de esta entidad piden mayor amplitud de miras a los Servicios Sociales públicos, de forma que este grave problema se aborde de manera "integral" y no sólo se pongan "parches" en determinados momentos. 

El balance anual de Cáritas Diocesana de Sevilla no deja lugar a la duda. Los niveles de pobreza en la archidiócesis se mantienen en cifras muy similares a años anteriores. No se logra reducir los números, pese a las políticas sociales emprendidas por las distintas administraciones. 

La publicación de este cómputo ha contado con la presencia del arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses; el delegado episcopal de Cáritas, Salvador Diánez Navarro; y el director de la ONG católica, Mariano Pérez de Ayala. La presentación se ha realizado en vísperas de la solemnidad del Corpus Christi, considerado el Día de la Caridad. 

Un 12% de las familias sin recursos

Pérez de Ayala ha alertado de que los datos que contiene el balance muestran una pobreza y situaciones de exclusión "enquistadas" en la sociedad sevillana. Una precariedad que se agrava por los condicionantes económicos, hasta el punto de que un 12% de las familias no pueden afrontar por completo los gastos básicos. Esta necesidad se traduce en las 46.319 personas que Cáritas ha atendido en un año, 43.791 a través de las cáritas parroquiales. La cifra supone un ligero incremento respecto a 2021, cuando la asistencia directa llegó a 42.669 personas. También ha subido el número de hogares que han requerido este servicio: de los 14.233 a los 14.597 del año pasado.

Pero, sin duda, el aumento más considerable se ha registrado en la inversión destinada a tal fin: 12.978.870 euros, un 22% más (cinco millones). De este montante, 8,5 millones proceden de Cáritas Diocesana, mientras que 4,5 millones vienen de las 257 cáritas parroquiales que existen en la archidiócesis. 

En el capítulo de ingresos, éstos ascendieron a 10.862.341,21 euros. Casi tres cuartas partes de las aportaciones llegan a través de comunidades cristianas, socios y donantes. El resto, de los programas públicos a los que concurre Cáritas, según ha detallado Pérez de Ayala. 

Una pobreza crónica

Cifras al margen, la realidad a la que se enfrenta la ONG católica a diario revela un problema social muy complicado de remediar: la cronificación de la pobreza, situación que se materializa, en el caso de la capital, en barrios situados en el Distrito Cerro-Amate o el Polígono Sur. Pero también en la provincia, en municipios que destacan por poseer algunas de las rentas más bajas de España, como los que ha citado el arzobispo en su intervención: El Palmar de Troya, Pruna o El Cuervo. 

El hecho de que algunas zonas de la capital continúen integrando la lista de los barrios más pobres de España requiere, a juicio del director de Cáritas, una importante mejora en los Servicios Sociales. "No hay un abordaje integral de la situación, que sea de manera estructural. Sólo se ponen parches en determinados momentos", ha lamentado Pérez de Ayala, que ha insistido en que esta asistencia por parte de las administraciones públicas debe abarcar aspectos esenciales como la educación, la vivienda, la seguridad ciudadana y el acceso a los derechos básicos. También apunta otra carencia en este servicio: la necesidad de evaluar continuamente las políticas puestas en marcha, con el fin de que se sepa "qué se hace bien y qué ha de mejorarse". 

En este sentido, el director de Cáritas ha advertido de "la escasa incidencia" que tienen muchas veces estas políticas. Ha puesto de ejemplo la ley de dependencia. "Si se tramita por vía de urgencia, la dotación del servicio tarda un año. Si es de manera ordinaria, la valoración llega al año de solicitarla y los recursos, a los dos años", ha denunciado. 

El compromiso ciudadano

Ante el déficit detectado en estos servicios, Pérez de Ayala ha aprovechado que en pocos días se constituirán las nuevas corporaciones locales para exigir que las políticas sociales ocupen "un papel primordial" en el próximo mandato. No obstante, el director de Cáritas ha reconocido que la situación de estos barrios no es sólo responsabilidad de las administraciones, sino también de los ciudadanos. "Se necesita un mayor compromiso por parte de los sevillanos", ha abundado. 

Buena parte de las prestaciones de Cáritas en 2022 se dirigieron a facilitar recursos básicos, como alimentos, suministros de la vivienda y pago de alquileres. Ahora bien, dentro de las más de 46.000 personas atendidas, existen determinados colectivos con carencias específicas para los que la entidad ofrece programas concretos. Así ocurre con las 449 personas sin hogar y en situación de grave exclusión, a las que asistieron las cáritas parroquiales y el Centro Amigo, destinado a tal fin. En este punto, Pérez de Ayala ha expuesto que la última estadística publicada al respecto eleva a 800 los sevillanos que viven en la calle, 200 más que en el registro anterior, realizado antes de la pandemia. 

Especial resulta el servicio que se presta a los migrantes. En 2022 se atendió a 629 personas de este colectivo, para el que también existe un servicio específico, el que se dispensa en el Centro Nazaret. Desde la ONG se avisa de que un 38% de dicha población se encuentra en situación de pobreza extrema. Aquí también se hace una llamada a los responsables públicos: "Es necesario reiterar la denuncia de las dificultades en los procesos de regularización". Entre "las barreras" a las que se enfrentan las personas que proceden de otros países y quieren legalizar su presencia en Sevilla se encuentran la imposibilidad de acceder a las citas y la lentitud en los trámites administrativos, especialmente en la solicitud de protección internacional. 

Más allá de los servicios básicos

Otro de los fines que persigue Cáritas, más allá de la asistencia básica, es la búsqueda de empleo y la formación laboral de los colectivos más vulnerables. Para ello, cuenta con dos programas especializados: el Centro Diocesano de Empleo, al que acudieron el año pasado 605 sevillanos; y Bioalverde, donde se atendió a 30 ciudadanos en las distintas iniciativas puestas en marcha. 

Respecto a las condiciones actuales que influyen en el aumento de hogares que disponen de escasos medios para hacer frente al coste de la vida, lo que los sitúa en el umbral de la pobreza, Pérez de Ayala subraya la alarmante inflación de los precios, la precariedad laboral (marcada por la temporalidad y baja remuneración), el encarecimiento del alquiler y un aspecto desde el que se insiste cada vez más desde Cáritas: "las graves e inaceptables deficiencias en la atención de las personas con problemas de salud mental", una carencia que condena a muchos ciudadanos a la exclusión social.

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