Calle Rioja

El Proceso 1001 de Isabel Pantoja

  • Todo ocurrió el mismo año 1973, el de la crisis del petróleo: el comienzo de Isabel Pantoja y el juicio contra los diez de CCOO

  • Dos vivencias unidas por la experiencia carcelaria

  • El Verbo que sigue sin nombre

Isabel Pantoja, en uno de sus últimos conciertos.

Isabel Pantoja, en uno de sus últimos conciertos. / Juan José Gardón

Podía valer el título de la película de Peter Weir que protagonizó Mel Gibson. El año que vivimos peligrosamente. En la Fundación Cajasol estaban tres de los diez protagonistas del Proceso 1001. Uno, Eduardo Saborido, porque presentaba sus Memorias con ese viaje equinoccial a Santiago de la Espada, que no fue precisamente una peregrinación. Otro, Nicolás Sartorius, escribe el prólogo y fue uno de los presentadores del libro. Y un tercero, Paco Acosta, se encontraba en primera fila. Vivieron peligrosamente, y no fue una película, porque el día que empezaba el juicio en las Salesas se produjo el atentado mortal contra el almirante Luis Carrero Blanco, presidente del Gobierno en el que ETA también asesinó al policía Juan Antonio Bueno y el chófer José Luis Pérez Mogena.

En los libros todavía se habla de la crisis del 73. La del petróleo. El golpe de estado del general Pinochet en Chile del 11 de septiembre que se cobró la vida de Salvador Allende. Un mundo convulso en el que la vida no tenía más remedio que seguir. En Sevilla se ven carteles de negocios que empezaron ese año y en 2023 celebran sus bodas de oro. El bar Donald, que regenta Mariano García Romero en la calle Canalejas, o la cadena de confiterías El Petisú nacieron en 1973.

La calle Entrecárceles que da al antiguo edificio de la Audiencia, que es la sede de Cajasol, está llena de carteles del concierto de Isabel Pantoja. Su nombre viene rodeado de la aureola del número 50, los años que lleva en el escaparate artístico. El 23 de julio hay elecciones y el 23 de septiembre la tonadillera del Tardón se presenta en el Estadio de la Cartuja. El 2 de agosto cumplirá 67 años. Cuando tenía 19, Juan Luis Manfredi la entrevistó, conversación que recogió en su libro Flamencos de ayer y de siempre.

Hija de cantaor y bailaora

El arte corre pos sus venas. Hija de cantaor (de Los Gaditanos) y de bailaora (su madre, Ana María, lo dejó al casarse), actuó por primera vez ante el público con siete años en un homenaje en el Teatro San Fernando a Pepe Pinto y la Niña de los Peines, compadres de los padres de Isabel Pantoja. Su primer trabajo profesional fue el en el tablao El Embrujo, en Castilleja de la Cuesta. Allí la vieron en la Semana Santa de 1972 Rafael de León y el maestro Juan Solano. Ellos, junto a Ochaíta y Manuel Benítez Carrasco, el poeta que terminó exiliándose a México, le escribieron los primeros temas de su discografía. La cantante empezó a cantar en El Corral de la Morería, donde actuaba cuando la entrevistó Manfredi.

50 años del Proceso 1001 y del debut de Isabel Pantoja. Es fascinante que a veces las imágenes se entrecrucen. Alejandro Rojas-Marcos acudió a la presentación del libro de Eduardo Saborido. El que fuera alcalde de Sevilla ente 1991 y 1995 está en las dos instantáneas. En las Memorias del sindicalista aparece fotografiado en una conferencia, mitin oficioso, en el Casino de la Exposición en febrero de 1976, con Arias Navarro todavía en la presidencia del Gobierno. José Luis Villar, que fue su portavoz municipal en la época de alcalde y ahora escribe la historia del andalucismo, lo puso en el contexto de la otra imagen. En 1991, Isabel Pantoja actuó en el cierre de campaña del Partido Andalucista en el Muelle de las Delicias, muy cerca del Prado de San Sebastián donde los primeros espadas del PSOE, Felipe González y Alfonso Guerra, hacían lo propio en el último acto del PSOE.

La vida está en los detalles

Como en las escenas de El resplandor de Kubrick, la gente se sale de unas fotos para entrar en otras. La vida nunca ha sido una línea recta y está en los detalles, en las tapas del Donald y las delicias del Petisú, palabra que hace medio siglo debió llevarle a Pepe Guzmán a la disyuntiva proustiana que planteaba en muchas de sus entrevistas: ¿Petisú o Magdalena? Ni Tezanos en el CIS es capaz de hilar tan fino.

En la fotografía del Casino de la Exposición hecha por José Julio Ruiz, el hijo del abogado, además de Saborido y Rojas-Marcos hay otros protagonistas. Estaba Manuel Benítez Rufo, primer alcalde democrático de Dos Hermanas. El único del Partido Comunista antes de que se convirtiera en feudo intratable del PSOE y Cabo Cañaveral de las expectativas de Pedro Sánchez cuando inició su travesía del desierto. El que fuera alcalde de Sevilla recordaba la buena sintonía que mantenía con el que fue alcalde comunista de Dos Hermanas. Un comunista nazareno, lo cual parece una estampa del compromiso histórico que en Italia suscribieron los demócrata-cristianos de Alcide de Gasperi y los comunistas de Palmiro Togliatti.

Benítez Rufo y Rojas-Marcos compartían una cartera de lo que el primero llamaba con gracia “burgueses demócratas” para darle fuste a sus respectivas formaciones. Nombres como Adolfo Cuéllar, un conservador que llevó a encabezar una candidatura de Izquierda Unida a la Alcaldía de Sevilla, o Rafael Álvarez-Colunga, el empresario y mecenas cultural al que Benítez Rufo propuso para ir en las listas del Pecé al Senado, lo cual fue considerado un anatema por los ortodoxos del partido. “Cuando le hablé del pintor Paco Cortijo, me dijo que ese nombre no era negociable”, dice Alejandro.

El 20-N de 2014

Los entresijos de la Transición, una muchacha jovencita como la mismísima Isabel Pantoja, que a su manera después de unos comienzos tan prometedores con los mejores letristas de la copla a su servicio vivió su particular Proceso 1001: la muerte de su marido en una tarde de toros en la plaza de Pozoblanco, un pozo de luto del que la sacó el disco Marinero de luces, de José Luis Perales, la persecución de los paparazzis, las compañías indeseables y su paso por la cárcel. Otra coincidencia entre la tonadillera y los sindicalistas que fueron de las Salesas a Carabanchel. Ingresó un 20-N de 2014, el día que muere la duquesa de Alba y Paco Ibáñez celebraba en La Carbonería su 80 cumpleaños.

Estampas de la crisis del 73 evocada por Javier Aristu en el epílogo de su libro Señoritos, viajeros y periodistas. Cuarenta años no son nada, titula este apartado. Y cincuenta no digamos. Con parada en tres periodistas: Antonio Burgos, que en 1971 publica Andalucía, ¿tercer mundo?Nicolás Salas, que un año después saca Los 7 círculos viciosos del subdesarrollo, y Manuel Halcón, que además de novelista, autor de Manuela, que llevó al cine Gonzalo García Pelayo con producción de su hijo Pío Halcón, y biógrafo de su primo el poeta del 27 Fernando Villalón, fue fundador y primer director de la revista Semana. Una publicación señera de la prensa del corazón que ha dedicado decenas de portadas a Isabel Pantoja. La reina de los carteles de Entrecárceles, musa del 73.

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