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Calle Rioja

El síndrome de Magallanes y Elcano

  • El mandato de Antonio Muñoz va a ser el más corto de la democracia, pero el Betis ganó la Copa, el Sevilla se trajo la Europa Liga de Budapest “y el Cachorro salió tres veces”

  • El pintor murió, el artista es inmortal

El nuevo paseo de Torneo, la principal herencia del mandato de Antonio Muñoz.

El nuevo paseo de Torneo, la principal herencia del mandato de Antonio Muñoz. / Juan Carlos Vázquez

Entramos en los últimos seis días de Antonio Muñoz Martínez como alcalde de Sevilla. El mandato municipal más largo de la democracia, el de Alfredo Sánchez Monteseirín (1999-2011), y el más breve, el de Antonio Muñoz (3 de enero de 2022-17 de junio de 2023) tienen en común no sólo las mismas siglas del PSOE, partido al que ambos pertenecen, sino que los dos son rinconeros de nacimiento, gentilicio de los hijos de La Rinconada, que ha estado estos días en Feria, la del Abrazo, porque la celebran conjuntamente con San José de La Rinconada.

Un mandato breve, pero intenso. La ciudad a la que ha representado con encono y dignidad ha traído para sus vitrinas una Copa del Rey, que el Betis le ganó al Valencia, y una Liga Europa, que el Sevilla conquistó en Budapest frente a la senatorial Roma de Marco Tulio Mourinho. Béticos y sevillistas que volverán a estar en Europa. “Y el Cachorro ha salido tres veces”, ha comentado el alcalde en alguna ocasión. Los dos Viernes Santo de su mandato y en el Santo Entierro Grande, otro de los hitos procesionales de su Alcaldía. A tenor de los datos del historiador y astrónomo José Luis Comellas, no sé si el Cachorro saldría más veces en los doce años de mandato de Monteseirín que en el año y medio de Antonio Muñoz. El alcalde saliente se trajo nuevamente los Goya y vendrán los Grammy en otoño. Un Corpus brillantísimo por las calles de la ciudad, el del 16 de junio de 2022, y otro por el interior de la Catedral por los imperativos pluviométricos, por el síndrome de Grazalema, patria chica del presbítero Mateos Gago.

El Corpus del año pasado se celebró el bloomsday por coincidir con un nuevo aniversario del día en el que transcurre la acción del Ulises de James Joyce, las andanzas de Leopold Bloom y el viaje onírico de Molly Bloom que muchos hemos conseguido desentrañar sin acudir a Freud por los buenos servicios de Francisco García Tortosa, murciano de La Ñora, editor y traductor de la novela del escritor irlandés.

El 'bloomsday' de los alcaldes

La toma de posesión del nuevo alcalde, José Luis Sanz, el noveno de la democracia, tendrá lugar un día después del bloomsday. Una celebración literaria que más de una vez ha coincidido con este traspaso del bastón municipal. Pasó en 1995, cuando como 28 años después, el signo político de las capitales andaluzas dio un vuelco en favor del Partido Popular. La llegada de Celia Villalobos, Teófila Martínez, Soledad Becerril… Hablé con los alcaldes salientes y con los alcaldes y alcaldesas entrantes. Imbuido por esa fascinación literaria hacia el día más largo de Dublín, titulé mi reportaje de junio de 1995 El bloomsday de ocho alcaldes. Se lo enseñé a mi compañero Diego Caballero, hijo predilecto de Trigueros, recientemente fallecido, que me respondió con un “¿mande?”. Le sonaba a chino y yo cambié el titular por este más expresivo: “Hasta luego, Lucas”. El hasta luego de alcaldes relevantes como Carlos Díaz o Alejandro Rojas-Marcos.

Doce años después, volvió a coincidir la toma de posesión con otro bloomsday. 16 de junio de 2007. La fecha no se me olvida porque ese día se casó mi hermano Mario en Córdoba, en la iglesia de San Hipólito. Y el 27 de mayo, cumpleaños de mi mujer, yo me perdí la celebración porque me tocó presidente de mesa en un colegio electoral de la calle Becas. El Ayuntamiento de Dublín es uno de los muchos escenarios que aparecen en la novela de Joyce que arranca con el orondo Buck Mulligan bajando las escaleras de la Torre Martello. La coincidencia más curiosa fue un 16 de junio de 2002, cuando después de la lectura de fragmentos del Ulises en la Casa de la Provincia, nos fuimos a Flaherty, el bar irlandés de la calle Alemanes, a ver el España-Irlanda del Mundial de Japón y Corea. El primero de Joaquín, que se ha ido unos días antes que el alcalde.

Juan Espadas vivió como alcalde de Sevilla la conmemoración del quinto centenario de la primera Vuelta al Mundo (1519-1522). La celebración del final de la gesta, tres años después, ya le tocó vivirla a Antonio Muñoz. Una asignatura pendiente en los fastos de la ciudad, con la salvedad de la fantástica exposición en el Archivo de Indias y unos cuantos heroísmos particulares. Una legislatura municipal dura un año más de lo que duró la vuelta al mundo, pero a Muñoz sólo le dio tiempo a un tercio. Espadas hizo de Magallanes, Muñoz de Elcano, con la réplica de la nao Victoria en los Bajos del Paseo Marqués de Contadero. Juan Espadas fue perdiendo las naves: la Alcaldía, la Junta de Andalucía en San Telmo, patrón de los Navegantes.

De muladar a bulevar

El legado de Muñoz Martínez quedará visible por otro paseo, el del paseo Juan Carlos I, que de muladar y estercolero tres décadas después de la Expo ha sido convertido en un bulevar lleno de árboles con sombra y bancos para el descanso y la lectura. Torneo como portada semiótica de los cambios de la ciudad: el tren, el río, el muro, la Cartuja, el paseo… Se va con dos pregoneros de Semana Santa: Julio Cuesta, el más largo por exigencias de la pandemia, y Enrique Casellas. Con Muñoz volvieron las imágenes a la calle y los feriantes al real después de dos años de Ley Seca.

Hace casi un siglo que no gobernaba la ciudad un alcalde de nombre Antonio. El último precedente sería Antonio Halcón y Vinent, conde de Halcón, que fue alcalde de Sevilla en tres periodos y tres décadas diferentes: entre 1909 y 1913, años de la Restauración borbónica; entre 1922 y 1923, año de la dictadura de Primo de Rivera (hace un siglo había otro Antonio en la Casa Grande), y entre 1930 y 1931, el último antes de la proclamación de la Segunda República, en que se hizo cargo de la alcaldía Hermenegildo Casas. Hubo otro precedente muy notable: el alcalde Antonio Machado Núñez, abuelo de los poetas y rector de la universidad.

Halcón y Vinent era lo que podríamos llamar un poder fáctico, una fuerza viva: empezó de concejal en Lebrija y sería alcalde en tres ocasiones, senador, presidente del Círculo de Labradores, presidente de la Diputación Provincial. Alfonso XIII le otorgó el título de conde de Halcón. Vivió casi un siglo (1865-1963). Formó parte del Comité de la Exposición Iberoamericana y fue quien trajo a Jean-Claude Forestier para hacer el trazado del Parque de María Luisa. Un siglo después, hay otro Antonio en la Alcaldía de Sevilla que volverá a sus quehaceres con el sueño de Molly Bloom. Irá al Senado, pero no el de Mourinho, porque celebró como el primero los éxitos del Betis, pero es sevillista y tiene una fotografía con Bobby Charlton cuando el Sevilla eliminó al Manchester United.

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