En este barrio, San Pablo le escribe todos los días una carta a los Efesios. Hasta la calle Éfeso, pasado el Palacio de los Deportes, llegaba el eco de la música de Cantores de Híspalis. No era una actuación cualquiera. Lo hacían después de que el vecindario celebrara contar en el barrio D con una plaza que lleva el nombre del mítico grupo de sevillanas. Un género que universalizaron saliendo de este barrio construido en los años sesenta, los Beatles del desarrollismo.

Entre las calles Frascuelo y Arruza, un tendido de tropío. En el escenario, los cuatro fundadores. Como las provincias de Galicia, los evangelistas o los vértices de un cuadrado. Juani, Juan Luis Calceteiro, es el único superviviente de aquel grupo originario que tuvo que hacer las maletas como tantos emigrantes, un grupo que se reinventó en Salamanca y se recorrió media Europa.

Una fotografía del cuarteto fundacional. Se fueron Rafael Ojeda Durán, Falín (1957-2008), José Antonio de la Rúa (1950-2013) y finalmente Pascual González (1950-2022), que se fue en los comienzos del año que se llevó a Jesús Quintero, Javier Marías, la reina de Inglaterra, el rey de Brasil (Pelé) y el Papa Benedicto XVI.

Un José Gestoso del siglo XXI

“Polígono de San Pablo, barrio de barrios, de costumbres populares y corraleras”, escribe Pascual en el segundo volumen de La Trastienda Hispalense, esas memorias de un José Gestoso del siglo XXI. Y con esas galas se vistió el barrio para recibir a los nuevos Cantores: además de Juani, Álex Fernández, Diego Benjumea y Carlos Ruiz. Con una estética de velá o cine de verano.

Todo el Polígono se dio cita en el acontecimiento del viernes. Antonio Muñoz, alcalde de Sevilla, se convirtió en el quinto cantor. “En Sevilla decir Cultura es decir Sevillanas y decir Sevillanas es decir Cantores de Híspalis”. El regidor anunció que el cuarteto estará en la prueba del alumbrado de la Feria de Abril, la segunda de su mandato, prólogo de las elecciones municipales de finales de mayo.

La plaza Cantores de Híspalis del Polígono San Pablo es una conquista ciudadana en la que ha sido fundamental el empeño de Alfonso de Miguel, vecino del barrio, presidente de la asociación cultural Amigos de la Copla Marifé de Triana. No sólo amenizó la velada sino que en el cambio de vestuario de los Cantores regaló al auditorio una zambra y unos fandanguillos de Manolo Caracol y unas sevillanas de Rafael del Estad, el Demófilo de este género al que tanto admiraba Pascual.

Macarena y Triana

Se dieron vivas al Polígono San Pablo y también a la Macarena y a Triana, dos de los muchos nombres de la ciudad, barrios señeros de los que llegaron muchos de los pobladores de este barrio que habitaron matrimonios muy jóvenes a los que cinco décadas después se les han echado encima bloques sin ascensor. Macarena y Triana. Los Cantores nacen inicialmente como Los Macarenos. Muy cerca de la plaza que lleva el nombre del grupo está, bastante desangelada, la calle Jesús de la Rosa.

Barrio de buenos futbolistas. Al acto acudieron Antonio Álvarez y Rafael Gordillo, dos leyendas de los dos nombres balompédicos de la ciudad. El bético fue compañero de instituto de Alfonso de Miguel, el mismo donde enseñaba Juan Eslava Galán cuando en 1987 le dieron el premio Planeta buscando el unicornio. Gordillo creció con la amistad de este grupo, Juani en la calle Arruza, el futbolista del Betis y el Madrid en la calle Relampaguito. Era su primera aparición después de saberse que la nueva ciudad deportiva del Betis llevará su nombre. Pedro Buenaventura contaba que cuando el Gordo estaba en el Madrid (se separó del Flaco Cardeñosa) hablaba por teléfono con él y le pedía que bajara el volumen de la televisión. Estaba apagada, es que en su casa de Majadahonda estaban de visita los Cantores.

También acudió Salva Ballesta, de la cantera sevillista, Pichichi de la Liga el año 2000 con el Racing de Santander, donde Alberti escribió la Oda a Platko. El delantero, ahora comentarista en Canal Sur Radio, es cuñado de Juani, cantor de Cantores. Al alcalde le acompañó el delegado de Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera. El PP estuvo representado por Juan de la Rosa, su portavoz en el Ayuntamiento, e Ignacio Flores, que fue muchos años vecino de este barrio en el que residieron políticos como un presidente de la Junta de Andalucía, Rafael Escuredo, y un alcalde de Sevilla, Manuel del Valle. Alcalde de de los ochenta, cuando los Cantores de Híspalis se convirtieron en un fenómeno mundial. “El éxito nos empezó a superar”, admitió Juani.

La historia de un barrio

Los Cantores y sus músicos de siempre. En los teclados, José Carlos Seco, que no parará esta Feria. La abrirá el jueves, el día del Sevilla-Manchester United, con un festival de sevillanas en la calle Asunción para conmemorar el cincuentenario del traslado de la Feria del Prado a Los Remedios. El Polígono de San Pablo tiene su historiador de cabecera. Francisco José López González de los Ríos ha escrito la historia de los barrios A, B y C. “La del barrio D la tengo en imprenta, pero habrá que parar máquinas para meter lo de la Plaza Cantores de Híspalis”. Un barrio donde se formó este cuarteto, de nomenclatura taurina con nombres de calles como Palilleros, Mulilleros o Timbaleros, “un oficio que ya sólo existe en la plaza de toros de Pamplona”.

La plaza está entre la calle por donde pasan los autobuses de Tussam y un centro comercial de la cadena Día. Se ve la cruz de la iglesia San Ignacio de Loyola, sede parroquial de la Hermandad del Polígono de San Pablo con sus dibujos de Santiago del Campo, templo que marca la línea divisoria entre los barrios D y E, el único que le queda al historiador, en los límites con Santa Clara, el Greenwich Village de la Transición sevillana. La carta de San Pablo le llegaba perfectamente a los Efesios con el remitente en perfecto estado de revista. Llegaban sus voces cantarinas hasta la Plaza Antonio Mairena, ya en el barrio C.