Junta y Seprona retiran de emergencia 800 kilos de camalote de la dársena del río
Puerto de Sevilla
El lunes 10 debe acabar la actuación para detectar y eliminar dos núcleos grandes de camalote que estaban proliferando, sobre todo en el Lago de los Hippies
El profesor de Botánica Pablo García Murillo advierte del peligro de que florezca con el calor y sus semillas se queden en el fondo
El camalote, la planta invasora que ha aparecido por primera vez en las aguas de la dársena del Guadalquivir, se ha localizado sobre todo en el enclave conocido como el Lago de los Hippies, en el recodo del río que hay junto a la esclusa donde también está la dársena del Cuarto y donde empieza lo que iba a ser el Canal Sevilla-Bonanza. Así lo asegura el profesor de Botánica Pablo García Murillo, que corroboró la presencia de esta planta en esta zona tras detectarla los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil.
Escondida en su mayor parte bajo el agua entre cañas y juncos de la orilla, los equipos de buceadores van a sacar 800 kilos. Del 4 de mayo al lunes 10 de mayo, los técnicos de la consejería y agentes del Seprona retiran 100 kilos, 400 kilos y otros 300 kilos de esta planta localizados en dos núcleos grandes que se estaban propagando, según aclara la consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta.
Los expertos han encontrado camalote en un 10% de las aguas desde la esclusa hasta el tapón de la dársena y han concluido que el 90% del canal de Alfonso XIII está libre de esta planta invasora.
Los técnicos darán el lunes 10 por finalizada la actuación de emergencia, según ha precisado la Junta. Luego se establecerá un sistema de vigilancia y seguimiento para controlar que no haya más rebrotes en colaboración con la Autoridad Portuaria de Sevilla el procedimiento.
El profesor Pablo García Murillo explica en una entrevista con este periódico que "la invasión de esta planta es importante pero se ha cogido en una fase inicial en la que se puede actuar con más eficacia". Lo importancia, recalca, es que la administración andaluza actúe con rapidez para evitar las graves consecuencias que tendría su expansión antes de que florezca con los calores.
"La invasión que hay en la dársena es bastante grande. Hay que actuar muy rápido e intentar por todos los medios que esta planta no florezca. Con los calores empezará a crecer como loca y a desarrollar las flores, pero hay que actuar antes de que florezca. Eso es lo fundamental en esta caso", señala García Murillo, que da clases en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Sevilla y pertenece al departamento de Biología Vegetal y Ecología de la Hispalense.
"El asunto es muy muy grave porque las condiciones de la dársena son las idóneas para que esta planta prospere. Si esta planta se instala en la dársena puede costar muchísimo dinero no solo quitarla sino controlarla. La única manera de controlarla es en los estadíos iniciales, y la forma de actuar es quitar toda la planta y hacer luego un seguimiento periódico para que no quede ni una planta", relata.
"La cosa es que es muy difícil verla ahora porque son plantas no muy grandes, que pueden llegar al metro de altura, pero en estos momentos son pequeñitas y se ocultan entre las cañas y juncos de la orilla. Se ha localizado gracias al conocimiento que tienen los agentes del Seprona, si no pasa desapercibido a cualquiera", precisa el experto.
Desde la consejería de Desarrollo Sostenible de la Junta se confirma igualmente que la presencia de camalote estaba en fase inicial, "muy dispersa" y "en dos núcleos grandes que se estaban propagando".
La consejería recibió el aviso del Seprona el 28 de abril y desde el 4 de mayo dos embarcaciones con sus técnicos y con agentes del cuerpo de la Guardia Civil recorren la zona para corroborar la incidencia y retirar el vegetal.
La zona donde ha aparecido el camalote es competencia de varias administraciones: de la Junta de Andalucía y del Puerto de Sevilla.
El posible origen de su expansión: alguien la tiró al río
El profesor cree que alguien ha podido arrojar esta planta al río dado que es una planta ornamental y decorativa que se podía encontrar en los viveros y que la invasión ha debido comenzar tras el invierno a juzgar por las inspecciones periódicas que se realizan en el río.
La legislación española incluyó a esta planta en la lista negra de especies invasoras que no pueden comercializarse en un Real Decreto de 2018. La Unión Europea tampoco permite su comercialización ni venta por su enorme riesgo, ni su uso para decoración. Por eso lo mejor es prevenir. "Hay que tener mucho cuidado con las plantas y animales que uno se trae de por ahí", señala.
Un punto importante de su expansión fuera de Suramérica es que en el continente de donde procede tiene sus depredadores naturales (roedores de gran tamaño y multitud de insectos que se la comen), lo que no sucede aquí.
Recuerda que hace años en Doñana en El Rocío se encontró esta planta que se usaba para decorar un aljibe, y algún jardín de Huelva tenía una estanque lleno de camalote.
A la pregunta de cómo es que este problema ha llegado tan tarde al río Guadalquivir, el experto en botánica responde que esto se debe a que hasta los años 80 la calidad de las aguas de nuestro país no estaban tan mal. A partir de los 80 las aguas se llenan de nutrientes con el desarrollo de la agricultura y el desarrollo urbanístico. Eso perjudica a las especies nativas y se abre un hueco para las invasoras.
Esta planta se cita por primera vez en España en 1988 en Alicante. En cambio, en Portugal se cita en el año 1939 en la desembocadura del río Sado, cerca de Lisboa. "Estas plantas invasivas no crecen en unas aguas con pocos nutrientes con plantas nativas que crecen bien. Pero sí en el momento que hay sustancias que atacan a las plantas nativas, como son unos niveles muy altos de nutrientes".
Asegura el profesor que la presencia de gran cantidad de nutrientes en el agua del Bajo Guadalquivir no se puede solucionar con el aporte de más agua dulce al cauce. "Esto estaba cantado y tenía que ocurrir desde el momento en que se están llenando de nutrientes las aguas, las temperaturas van subiendo...a consecuencia del cambio global que estamos provocando en la naturaleza".
"Un monstruo" que causa estragos en la fauna y flora
Su veloz crecimiento que obstruye la entrada de agua en zonas de regadío, su reproducción en aguas con exceso de nutrientes por la agricultura que afecta a otras plantas y el hecho de que perjudique el crecimiento de plantas autóctonas en la zona donde aparecen convierten al camalote en un peligro, explica el botánico García Murillo.
"Crea un ambiente allá donde se implanta donde solo ella puede crecer. Hace sombra a todas las demás plantas que hay en el agua y al plancton que hay debajo, con lo que el agua se vuelve anóxica sin oxígeno porque no hay fotosíntesis. El efecto es que cambia la fauna, la fauna, la flora y todo el ecosistema de la zona a donde llega. Por eso se llama especie invasora. Es un monstruo", advierte el profesor.
La planta es originaria de Sudamérica. Al reproducirse con enorme velocidad ("cada 5 o 10 días duplica su biomasa", precisa), causa muchos problemas a los regadíos porque el agua no puede entrar en los canales y en las acequias por la presencia de una masa de esta planta.
Respecto a su reproducción, basta que un cogollo del camalote viaje por el río como un barco de vela para que se reproduzca. También lo hace por las semillas que tienen en la época de floración que caen al fondo del agua. Si se forma un banco de semillas ya no hay manera de atajarlo, advierte el botánico.
Los nutrientes de la parte baja del río (fósforo, nitrógeno..) son idóneos para la reproducción veloz de esta planta, a diferencia de lo que sucede a otras plantas a las que le vienen muy mal estos nutrientes.
También aguanta muy bien los herbicidas y antibióticos de la agricultura que afectan a otras plantas. Por esto soporta todo lo que otras plantas no resisten.
Antecedentes
Hay antecedentes de casos en los que se ha logrado erradicar el camalote. En otras partes de Andalucía apareció en Cádiz, cerca del Parque de los Alcornocales, en 2010 y la consejería de Medio Ambiente consiguió erradicarla. A finales de 1990 en un arroyo que desemboca en el Guadalquivir al Norte del Pinar de la Algaida, en Sanlúcar, hubo una invasión de otra planta exótica flotante como el camalote y que causa los mismos problemas y la consejería de Medio Ambiente también actuó muy rápidamente y logró erradicarla antes de que afectara a Doñana.
Cerca de la Barqueta se encontró recientemente otra planta acuática que no es tan agresiva. "Hay muchos profesionales pendientes de lo que está sucediendo en el río", comenta el profesor.
"En Extremadura afecta a 175 kilómetros del río Guadiana que están ocupados por el camalote. Se han gastado casi 50 millones de euros en su control y no han logrado controlarla. Desde el año 2018 llevan un millón de toneladas recogidas. Es una auténtica locura", señala.
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