La lucha vecinal sacó a Bellavista de sus condiciones infrahumanas
Centenario del barrio
La asociación de vecinos Unidad quiere subrayar que Bellavista es lo que es actualmente gracias a las reivindicaciones y a la solidaridad del movimiento vecinal con el apoyo de las entidades ciudadanas
Bellavista: un siglo siendo barrio en Sevilla
En el centenario del barrio de Bellavista, la asociación de vecinos Unidad quiere subrayar que este barrio es lo que es actualmente gracias al movimiento vecinal con el apoyo de las entidades ciudadanas (25) de este enclave, y que la movilización vecinal logró acabar con las "condiciones infrahumanas" en las que vivieron sus habitantes entre 1937 y 1970. Los vecinos carecían de agua, pavimentación, alcantarillado y aceras porque la parcelación de los suelos aprobada tenía grandes carencias y no cumplía las mínimas condiciones urbanísticas. El Ayuntamiento permitió la venta de terrenos rústicos sin exigir previamente la dotación de servicios.
El barrio salió de este pozo negro gracias al potentísimo movimiento vecinal que se activó a partir de 1968. "Todos recordamos los regueros por medio de las calles por donde corrían los excrementos humanos, lagunas de aguas corrompidas, los barrizales, los estercoleros donde las ratas acampaban, la falta de agua potable, la falta de alumbrado público, la falta de ambulatorio... pese a que el Ayuntamiento de Sevilla ya cobraba impuestos a los vecinos desde la segregación de Dos Hermanas en 1937", explican tres de los 12 presidentes que ha tenido la entidad vecinal.
Esas malas condiciones de vida generaron un estallido social en 1968. La Plaza de las Cadenas de Bellavista (antes llamada Plaza de los Carros), el centro neurálgico del barrio, acogió el 26 de agosto de ese año la primera gran movilización de protesta convocada por unos 50 jóvenes del barrio. La marcha fue sumando apoyos hasta congregar a cientos de vecinos. "Esta primera gran movilización fue un exitazo y un aldabonazo en la toma de conciencia del conjunto de vecinos de Bellavista para avanzar a la solución de los problemas que padecía el barrio. Recuerdo las dos pancartas de esa protesta que decían No queremos vivir como las ratas y Agua sí, cieno no", relata Antonio Andrades (1947), actual presidente (desde 2013) de la asociación de vecinos. Nacido en el Cerro del Águila, llegó a Bellavista en 1951 a la zona denominada Villapenca (calle Espejo), fue tornero en la fábrica SACA (construcciones agrícolas) y luego pasó a Boliden Apirsa, donde dirigió el comité de empresa (CCOO) y perteneció a la dirección regional del sindicato. SACA era una de las múltiples fábricas que empleaban a los vecinos, además de Uralita, Tepesa, Prida, Imasa y Astilleros.
Las prioridades y necesidades más perentorias de Bellavista (guardería infantil, colegios, instituto de segunda enseñanza, hogar del pensionista, urbanización de calles, pavimentación, acerado y alcantarillado, mercado de abastos, sanidad, instalaciones deportivas, actividades deportivas, servicio de taxi, censo de la barriada) se fijaron el 13 de noviembre de 1970 en el embrión de la asociación vecinal que se bautizó como la Junta Colaboradora Municipal, compuesta por vecinos de todas las ideologías que venían trabajando codo con codo por el barrio. Su presidente era Alonso Balosa García. Desde entonces hasta hoy se ha recogido en actas todo el programa reivindicativo de Bellavista y el trabajo de la asociación de vecinos.
Aparte de los presidentes, 187 personas, vecinos y vecinas del barrio, que han pertenecido a las diferentes juntas directivas en toda su historia, han dedicado su tiempo a la mejora del barrio de forma altruista, pese a que muchos de los problemas han tardado hasta 30 a 35 años en resolverse, recalca Antonio Andrades.
Manuel Pena (1942), el segundo presidente vecinal, incide en "la solidaridad que se ha vivido en el barrio para la construcción de lo que hay actualmente en Bellavista. Ha sido gracias a la presión popular y gracias a la mano de obra que el barrio ha empleado para hacerlo". Manuel rememora el logro del hogar del pensionista y que durante muchos años no tuvieron ni bonobús porque allí llegaban los Amarillos, no Tussam, y hasta llovía dentro de los destartalados vehículos. Manuel, comercial de profesión que sigue trabajando, nació en El Ferrol, pero lleva casi 70 años en Bellavista en la zona del Cortijo de Cuarto.
Alberto González (1951), otro presidente vecinal e integrante de varias directivas, nació en Bellavista (calle Almena) en lo que antiguamente se conocía como La Salud (por la venta que regentaba una mujer con este nombre), también elogia la solidaridad del barrio. "Siempre he visto que este barrio ha sido muy solidario y todos juntos han colaborado para conseguir lo que es hasta ahora, desde el mercado de abastos, al centro cívico y todo lo que se ha logrado a través de muchos años y décadas. Se ha conseguido gracias no solamente a la asociación de vecinos, sino gracias a todos los vecinos de Bellavista que han colaborado muy desinteresadamente en todo". Recuerda que el taxi costaba casi el doble en Bellavista porque se cobraba una tarifa interurbana (pese a que ya no pertenecía a Dos Hermanas), que al no haber cabinas de teléfono llamaban a través de una central telefónica cuyos operarios escuchaban las conversaciones y que, antes de lograr el bulevar actual que acabó con los accidentes mortales en el barrio, los vecinos defendieron con uñas y dientes el único semáforo de la Nacional-IV (en el Caballo Blanco) que les permitía cruzar al otro lado de la carretera. Alberto ha trabajado en la fábrica de tableros de su familia en este barrio y señala que su familia regentó la primera panadería y la primera tasca.
Las necesidades actuales del barrio
Un centro de salud nuevo. Bellavista ha aumentado población y las perspectivas son que crezca más. "No es admisible que tengamos todavía un centro de salud de hace más de 10 años. Estamos descontentos. Solamente hay atención primaria y pediatría", se quejan. Necesitan que tenga algunos especialistas para evitar desplazarse al centro de Sevilla.
Ante la abundancia de personas mayores en el barrio, Bellavista requiere una residencia pública para mayores para dar mejor atención a esta población. Las administraciones saben que hay dinero más que suficiente en los fondos de cohesión.
Hace falta vivienda social para jóvenes que sea de alquiler y pública. Es un problema que se da a nivel nacional también.
Sobre el pulmón verde de Diputación (suelos del Cuarto) reclaman una solución consensuada. Que se compatibilicen las reivindicaciones de vecinos con las medioambientales, pero dando respuesta a la vivienda para jóvenes de alquiler en una parte de ese pulmón verde, aclara el presidente Antonio Andrades. Manuel Pena critica la actitud de la Diputación con esos terrenos verdes que rodean a la barriada (“cuesta muchísimo trabajo que quieran colaborar; a pesar de lo que digan”, afirma) y lamenta que se destruya una zona verde para construir viviendas. “Nosotros estamos totalmente en desacuerdo. Lo que queremos es que ahí haya un parque forestal y que haya viviendas de protección oficial para los jóvenes en sitios donde se pueda construir. No se pueden hacer estas viviendas a un precio entre 200.000 y 300 000 euros. Eso es un disparate. Es una de las necesidades más perentorias del barrio”.
En transporte, Bellavista cuenta con tren de Cercanías y con tres líneas de autobús urbano (el 3, la línea Sur y el 37). La asociación reclama que, de una vez, se termine de hacer el Metro hasta el hospital de Valme. Los vecinos temen que se acentúe el problema de la movilidad con las nuevas urbanizaciones de Pítamo y de Caballería.
En seguridad ciudadana, lamentan que todavía arrastran el déficit tanto de Policía Nacional como de Policía Local por los límites a la tasa de reposición de efectivos que se impuso cuando era ministro Montoro.
En salud, Manuel Pena explica que el barrio ha luchado y peleado para pertenecer al Hospital Virgen de Rocío porque los especialistas médicos están en Sevilla capital. Por cercanía les correspondería el Hospital de Valme pero, al ser un hospital comarcal, para ir a los especialistas médicos hay que desplazarse a Morón, a Dos Hermanas y a otros pueblos. "Nuestra reivindicación ha sido que pusieran especialistas médicos en el Hospital Militar, que prácticamente sigue vacío, que diera servicio a toda la zona sur, entre ellos a Bellavista. Entonces no tendríamos ningún inconveniente en trasladarnos allí", señala.
En el centenario de Bellavista, que arranca en septiembre, el barrio reitera que su mayor tesoro son sus vecinos reivindicativos y solidarios.
Más información en este vídeo del 50 aniversario de la AAVV Unidad
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