El convento de Santa Isabel necesita ayuda para restaurar la portada y el suelo de la iglesia
El relieve, obra de Andrés de Ocampo, está muy mal y la solería está rota y levantada por la humedad
Las monjas han abierto una campaña para hacer donativos
Una ingente labor social en favor de las mujeres y los niños sin recursos
Una joya que hay que recuperar y una solería que hay que arreglar. Las religiosas filipenses de Santa Isabel buscan ayuda para acometer estas dos importantes tareas. Por un lado, se quiere restaurar la magnífica portada renacentista de la iglesia, realizada por Alonso de Vandelvira con un fabuloso relieve de le Visitación, obra de Andrés de Ocampo. Ya en el interior del templo, construido en 1600, existe la imperiosa necesidad de cambiar la solería, que se encuentra en muy mal estado por la humedad que penetra desde los arriates de la plaza. El coste de estas dos importantes tareas asciende a 120.000 euros, una cantidad que las monjas no tienen, ya que dedican prácticamente todos sus recursos a su ingente labor social. Por ello, han abierto una campaña de ayuda con el fin de recabar los fondos necesarios.
La Plaza de Santa Isabel, que recibe este nombre por el convento que allí se levanta desde el siglo XV, es sin ningún género de dudas, una de la más bellas y evocadoras de toda la ciudad. Buena parte de culpa la tiene la fantástica portada de piedra de la iglesia del cenobio, uno de los pocos ejemplos renacentistas de Sevilla. Como toda la iglesia, su traza se debe a Alonso de Vandelvira, mientras que el escultor Andrés de Ocampo realizó el relieve. Todo ello a principios del siglo XVII.
Actualmente, la portada se encuentra en un estado de conservación bastante deficiente. Las palomas y su exposición a la intemperie, ha borrado buena parte de las expresiones y de los rasgos de las esculturas. “Hay que consolidar la piedra puesto que se está desprendiendo”, señala Enrique García Cumbreras, miembro del equipo de Economía de la Congregación Filipense Hijas de María Dolorosa.
La comunidad ya cuenta con un presupuesto de la empresa Joaquín Pérez Díez, con una amplia experiencia en la rehabilitación del patrimonio, para acometer las dos obras que son necesarias. La restauración de la portada está calculada en 33.752 euros.
Se trata de una tarea que hay que acometer de manera urgente puesto que la piedra se está desprendiendo. Los trabajos consistirán en la limpieza de la piedra, la eliminación de depósitos y restos orgánicos, la limpieza de relieve y llagas, el relleno de oquedades provocadas por la erosión, la aplicación de consolidantes y la colocación de sistema anti palomas.
La intención que tiene la comunidad es que se acompañe esta actuación con la instalación de un cancel, como los que tiene la iglesia de San Juan de Dios o la capilla de Montesión, para evitar que los indigentes puedan hacer sus necesidades en la intimidad que les brinda el umbral de la puerta. “La puerta no se podía abrir porque el orín había oxidado las bisagras. A través de una señora que nos brindó su ayuda lo pudimos solventar”. Esta solicitud ya se ha cursado a la Gerencia de Urbanismo, no teniendo hasta la fecha respuesta.
La humedad provocada por la frondosa vegetación que se sitúa pegada a la pared del templo es, según los técnicos, la causante del lamentable estado en el que se encuentra la solería, repleta de roturas y levantamientos que están señalizados mediante un importante número de conos. Tras padecer alguna denuncia por caídas, pese a advertirse de la situación, la comunidad tiene la necesidad imperiosa de cambiar la solería, que está prácticamente perdida en un 50%. Esta tarea está presupuestada en 78.650 euros. Los trabajos consistirán en sustituir la solería actual por una nueva, colocando aislantes y respiraderos para minimizar en lo posible la humedad del suelo.
Esta actuación debería ir acompañada de la eliminación de los arriates colindantes a la Iglesia, y en su caso , de la tala del gran ciprés, puesto que están identificados como una de las causas del hundimiento del suelo. Esta solicitud se ha cursado al Servicio de Parques y Jardines, no teniendo hasta la fecha respuesta.
Contando con algunas partidas no presupuestadas, como tasas, permisos de obras, protección de altares y limpieza general de la iglesia, una vez que se acaben los trabajos, el coste de las actuaciones se elevará hasta unos 120.000 euros. Como la comunidad no dispone de esta importante suma, ya se han iniciado conversaciones con el Patronato de la Vivienda por si puede echar una mano; y han puesto en marcha una campaña para recaudar fondos. Se han colocado algunos carteles en el barrio, y se han dirigido a las asociación de vecinos para buscar su colaboración. Las personas que deseen colaborar pueden hacerlo mediante un donativo a la cuenta ES12 2100 2143 6102 0027 6702; o mediante el código Bizum 03082. Además, se han puesto en marcha una serie de visitas guiadas al convento, cuyo donativo va destinado a las obras.
La orden de Malta
La iglesia y la congregación son fundadas por Isabel de León en 1490 para la rama femenina de la Orden de Malta, que se llamaba entonces de San Juan Bautista. En aquellos años de finales del siglo XV se dedicaban a tejer lienzos, cuidar a los enfermos cuando venían de Tierra Santa, o rezar por ellos. De ese primer momento sólo queda un claustro mudéjar muy original que cuenta con unos pilares ochavados y una fuente que muestra la fecha de construcción.
En el año 1600 se hace la iglesia actual por parte de Alonso de Vandelvira. Todas las pinturas del retablo mayor eran de Juan del Castillo, maestro de Murillo, pero el mariscal Soult las expolió todas durante la ocupación francesa. Originales sólo quedan las pequeñas del ático, relativas a la infancia de San Juan Bautista. Posteriormente se hicieron copias de las pinturas robadas por los franceses, que con las que se ven ahora.
Cuando era convento de la orden Sanjuanista, el retablo estaba presidido por una imagen de San Juan Bautista de Juan de Mesa, que ahora se sitúa en un altar lateral. El espacio principal lo ocupa ahora la Virgen de los Dolores, obra de Cristóbal Ramos (siglo XVIII). El retablo entero es de Juan de Mesa y lo ensambló junto a su cuñado, Antonio de Santa Cruz.
Tras la Desamortización de Mendizábal de 1836, el convento pasa a manos civiles. Se convierte en la cárcel de mujeres de Sevilla y luego en una casa de arrepentidas y en un colegio gratuito para niñas pobres. En el último tercio del siglo XIX pasa a las actual congregación que le da la misma orientación que tuvo con la Orden de Malta.
Son muchas las joyas patrimoniales que se pueden ver en la iglesia en el coro, como el Crucificado de la Misericordia, realizado por Juan de Mesa en 1622, que ha sido objeto de deseo de numerosas cofradías.
Antiguamente, el convento se llamaba de la visitación de Santa Isabel, de ahí el relieve de Andrés de Ocampo de la portada.
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