El Corpus Christi recuerda a los barrios desfavorecidos de Sevilla

José Ángel Saiz Meneses menciona en su homilía a los colectivos más vulnerables: inmigrantes, ancianos, mujeres en situación de violencia de género, jóvenes sin horizonte y marginados

Corpus de Sevilla 2025: El acierto de los costaleros

Los seises realizaron su baile antes de empezar la procesión del Corpus.
Los seises realizaron su baile antes de empezar la procesión del Corpus. / Juan Carlos Vázquez

Si la ola de calor pretendía poner en jaque a la festividad del Corpus Christi, desde luego, no ha ganado la partida. Que esta ciudad no necesita grandes excusas para echarse a la calle no es ninguna novedad. Pero hoy, jueves 19 de junio, poco ha importado el sofocante calor y el festivo que invita a huir hacia las playas para aprovechar el puente. La parada del tranvía ya era un hervidero a las 08:00 de la mañana desde Nervión. Los trajes negros y tacones para asistir a la misa y el lino para afrontar la procesión solemne bajo un sol de agosto. Se mezclaban, en perfecta armonía, con la estampa de un día cualquiera. Como la propia ciudad. Como el baile de los seises. Los primeros bares dando desayunos, los runners a contracorriente y los patinetes desafiando la velocidad de un carril bici vacío.

El miércoles por la tarde fue la primera prueba de la cantidad de gente que, previsiblemente, madrugaría al día siguiente para disfrutar de una procesión que trae como gran novedad que el paso de la Custodia de Arfe ha vuelto a ser trasladada por costaleros después de que el cardenal Ilundain lo prohibiera hace un siglo. La calle Rioja estaba atestada mientras pasaba Santa Teresa. Los móviles se alzaban en Sierpes y Cuna para inmortalizar los altares. Lo cierto es que los turistas no sabían muy bien a qué estaban asistiendo y hubo alguno que contrató una excursión privada con un guía para que les explicara la grandeza de esta festividad. Uno de los puntos que más gente concentró fue la Plaza de San Francisco con José Manuel Soto cantando "Y cuando vuelva a Sevilla en primavera". Desde luego, qué razón tenía el que dijo que si Sevilla no existiera habría que inventarla.

Con todos estos preparativos previos no era de extrañar que a las 08:20 la Avenida de la Constitución estuviera abarrotada y no cupiera un alfiler en el interior de la Catedral. Este año, la misa se ha celebrado en el Altar mayor debido a las obras de restauración en el Altar del Jubileo. En el interior, los representantes de la sociedad civil y política se saludaban mientras tomaban asiento. Miembros de la Cámara de Comercio se estrechaban la mano a medida que iban llegando. El director de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, Pablo Gutiérrez-Alviz, era conducido a una de las primeras filas. El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, se sentaba junto a la consejera de Cultura, Patricia del Pozo y junto al presidente de la Diputación, Javier Fernández.

En otra bancada, aguardaban el resto de representantes municipales. Entre ellos, el líder de la oposición, Antonio Muñoz, junto al concejal de Hacienda, Juan Bueno; el delegado Fiestas Mayores, Manuel Alés y la portavoz de Vox, Cristina Peláez. Más de una veintena de representantes políticos vestidos con riguroso negro.

El alcalde preside la representación municipal.
El alcalde preside la representación municipal. / Juan Carlos Vázquez

A las 08:39 horas comenzaron a repicar las campanas y sonaron los primeros acordes de Pueblo de Dios, bendice a tu Señor. Aunque la Puerta del Príncipe estaba abierta de par en par y que el interior del templo catedralicio suele ser un lugar fresco, no corría un soplo de aire. Los abanicos se convirtieron en el bien más preciado de muchos durante toda la eucaristía.

En su homilía, el arzobispo, José Ángel Saiz Meneses, definió el Corpus como "proyección del Jueves Santo, con el carácter festivo y público de una profesión de fe gozosa" y abogó por una práctica eucarística renovada y comprometida, no sólo con la liturgia sino también con la acción social.

El prelado insistió en que "no hay verdadero culto eucarístico sin caridad fraterna", vinculando el Sacramento con la atención a los desfavorecidos. Recordó especialmente la situación de pobreza existente en muchos barrios sevillanos y abogó por que la participación eucarística lleve a reconocer "el Cuerpo de Cristo" en los colectivos más vulnerables. "Hemos de aprender a reconocer el Cuerpo de Cristo también en el hambriento, en el inmigrante, en el anciano solo, en la mujer maltratada, en el joven sin horizonte", manifestó Saiz Menes e hizo especial hincapié en pedir "al Señor que no permita que nos instalemos en la rutina y el conformismo, que no permita que se anestesie nuestra conciencia ante los más pobres y necesitados”.

José Ángel Saiz Meneses en la Avenida de la Constitución.
José Ángel Saiz Meneses en la Avenida de la Constitución. / Juan Carlos Vázquez

La celebración del Corpus Christi de 2025 se enmarca en el Año Santo Jubilar, convocado por el Papa, un periodo que el arzobispo calificó como "año de gracia y misericordia". En este sentido, animó a los fieles a vivirlo como "peregrinos de esperanza", participando en celebraciones penitenciales y misiones evangelizadoras. Remarcó que "la Eucaristía es el alimento del peregrino", capaz de acompañar a los creyentes en su camino de fe y de ayudar a transformar relaciones y comunidades.

Saiz Meneses también incluyó una reflexión sobre los grandes retos sociales: "El mundo de hoy se encuentra herido por muchos conflictos. Guerras crueles como las de Ucrania o Gaza, pero también violencias silenciosas en familias y ciudades", recalcó al vincular la Eucaristía con la búsqueda de paz. Dirigiéndose a los presentes, el arzobispo recordó el valor de la Eucaristía para la vida espiritual y el compromiso social de la Iglesia: "Jesucristo está aquí".

Un grupo de monaguillos delante del paso del Niño Jesús.
Un grupo de monaguillos delante del paso del Niño Jesús. / Juan Carlos Vázquez

Sobre las 10:40 horas, los diez niños seises comenzaron su danza cortesana en honor a Jesús Sacramentado. Una coreografía rítmica capaz de embelesar al más escéptico. El momento, como no, fue inmortalizado por el grueso de los presentes. Ninguna tradición se libra de la era digital. "Es una suerte poder verlos", comentaba uno de los presentes a su acompañante. Y no puede estar más en lo cierto. Cuando finalizó el baile, Sanz les entregó una moneda -llamada denario- que representa la limosna que tradicionalmente se ofrecía a estos jóvenes tras su danza ante Jesús Sacramentado, y que posteriormente vuelve a ser custodiada en el Ayuntamiento de Sevilla.

Cuando el reloj se acercaba a las 10:30 se produjo la tercera gran novedad de la jornada. El arzobispo y sus auxiliares portaron el ostensorio donado por Doña Isabel Pérez Caro bajo palio hasta la Custodia de Arfe, ubicada ya en la Puerta de San Miguel. El cortejo pasó por delante de la tumba de Colón en este corto recorrido, dando por finalizada la misa y comenzando una de las procesiones con más público que se recuerdan.

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