El estudio sobre las necesidades de los demandantes de alimentos desvela que la mayoría de ellos achacan los problemas que sufren a la mala gestión política, como primera opción en un 48%; seguida por el funcionamiento de la economía, en un 40%. La mala suerte o la situación familiar son sensiblemente inferiores en importancia en los resultados de esta encuesta. Para los más afectados por la crisis, los políticos y las administraciones públicas son los responsables principales en la lucha contra la pobreza, pero muestran una mayor confianza hacia la labor que realizan las ONG y entidades benéficas.

El desempleo estructural, las sombrías expectativas de encontrar pronto un empleo en el actual contexto de crisis y el hecho de que el 84% manifestaron que conocen a alguien que ha perdido su puesto de trabajo en los últimos seis meses, complican las posibilidades de insertarse en el mercado de trabajo, que es el objetivo mayoritario de los usuarios del Programa de Alimentos. El estudio recuerda que "todas las encuestas consultadas inciden en destacar el paro como el problema más importante en Andalucía ya que coinciden el 83% de los entrevistados". Los porcentajes de Sevilla (90%), Cádiz/Jaén (92%), y Almería (90%), superan el promedio regional.

Según el barómetro de opinión pública de Andalucía de 2012, para el 99% de los sevillanos y el 98% de los andaluces el empleo ha empeorado en los últimos 2-3 años; porcentajes similares corresponden a las restantes provincias de la región. Desde 2008 el paro es el principal problema económico de Andalucía (89%), seguido a mucha distancia por la crisis económica (24%), la educación (17%) y la clase política (16%).

Ante esta radiografía sobre la pobreza en Sevilla y la provincia, el profesor de la Hispalense y coordinador del estudio, Alfonso Rodríguez, lanza dos cuestiones: ¿son conscientes las administraciones públicas de esta realidad?, ¿destinan lo suficiente para combatir la pobreza?