Día Internacional del Síndrome de Asperger

Vivir con el síndrome de Asperger

El equipo de la Unidad de atención temprana del Hospital Victoria Eugenia, de Cruz Roja.

El equipo de la Unidad de atención temprana del Hospital Victoria Eugenia, de Cruz Roja. / M. G.

Aparentemente son personas comunes, sin ningún signo visible que les haga diferentes. Ven, escuchan, hablan...como el resto. Muchos piensan que son maleducados, agresivos o asociales. Pero realmente padecen el síndrome de Asperger, un trastorno severo del desarrollo que provoca una alteración en la forma de procesar la información que reciben del exterior.

Hoy, 18 de febrero, se celebra el Día Internacional del Síndrome de Asperger. Debido a la inexistencia de estudios que lo confirmen, según datos de la asociación de Asperger España, se estima que hay entre 1 y 5 casos por cada 1.000 nacimientos. Este síndrome se asemeja a otros, lo cual, dificulta su diagnóstico. Pero, ¿sabemos realmente qué es el síndrome de Asperger y cuáles son sus limitaciones?

"Aunque cada vez se hace más visible, gracias a la difusión de la clínica, las características o la inclusión, el trastorno de Asperger es un trastorno que sigue siendo muy desconocido y debido a ello quienes lo padecen sufren bullying y rechazo social, puesto que al ser personas que tienen dificultades en las habilidades sociales, por desconocimiento son apartadas en muchas ocasiones de los grupos", explica la coordinadora de la unidad de Desarrollo Infantil y Atención Temprana Especializada del Hospital Victoria Eugenia Cruz Roja, Ana Gómez.

El síndrome está enmarcado dentro de los trastornos del espectro autista, aunque por su inteligencia y forma de hablar está diferenciado del autismo clásico. "La persona que tiene Asperger es consciente de sus dificultades, por ejemplo, para entender el lenguaje no verbal, la ironía o la jerga. No obstante, tienen un lenguaje fluido, rico en vocabulario y expresiones muy correctas. Pero esa flexibilidad no la ven reflejada en su forma de interactuar, a nivel social, por lo que sí notan dificultades en muchas ocasiones", detalla la especialista.

El Asperger no tiene cura. Tampoco se conoce su origen, aunque se piensa que es una combinación de factores genéticos, ambientales y posiblemente hereditarios. Es algo innato con lo que se debe aprender a convivir toda la vida. "Todo un reto para familias y afectados", añade la doctora Ana Gómez. "Sobre todo de aceptación y entendimiento, y de divulgación de las necesidades de su hijo/a, y de todo lo que puede requerir y aportar a la sociedad. La familia debe interesarse por conocer bien los gustos, aficiones, intereses, debilidades y motivaciones, para reforzar las tareas que le ayuden así como darles las herramientas para dirigir sus intereses y apoyos sociales", plantea la doctora Gómez.

La terapia es la mejor medicina para estas personas y es una de las principales labores que realiza la Unidad de Desarrollo Infantil y Atención Temprana Especializada (UDIATE) del Hospital Victoria Eugenia, de Cruz Roja. "En nuestra unidad abordamos la problemática de forma personalizada e individualizada, desde el apoyo psicológico tanto al menor como a sus familiares, al trabajo emocional y de habilidades sociales. Les damos pautas y herramientas", indica la especialista. Para ello, los profesionales proporcionan una estimulación integral, es decir, física, intelectual, emocional y social, y todo ello "de una manera divertida, espontánea y mediante el juego y tratamientos especializados e individualizados", agrega.

"Dentro de todos los programas de reeducación cerebral, uno de los más interesantes para este trastorno son el de desarrollo social, logrando el aprendizaje de conductas apropiadas y adaptadas a las normas de comportamiento social y futura adaptación a la escolarización", apunta la doctora.

Actualmente el trastorno no tiene cura, pero una terapia e intervención adecuadas, también a nivel familiar, y los apoyos escolares necesarios, dotando de herramientas a los niños, pueden conseguir que se desarrollen y lleven una vida plena y feliz. "Los recursos son muy importantes para ellos", concluye la especialista.

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