La discoteca Soho reabre con otro nombre hasta las ocho de la mañana

Los vecinos lamentan la inacción del Ayuntamiento, que no ha obligado al local a retirar un tubo de ventilación ilegal

Una mujer pasa ante la discoteca, ahora llamada Calypso.
Una mujer pasa ante la discoteca, ahora llamada Calypso.
F. Pérez Ávila

10 de abril 2012 - 05:03

La antigua discoteca Soho reabrió el pasado fin de semana con otro nombre y hasta las ocho de la mañana, confirmando así los peores temores de los vecinos del Porvenir. Los residentes en las inmediaciones de esta sala de fiestas, situada en la confluencia de la avenida de Felipe II con la calle Progreso, denunciaron ayer a este periódico las molestias y ruidos que la discoteca volvió a ocasionar durante la noche del sábado y el ambiente poco saludable que reinaba a las puertas de este negocio durante toda la madrugada.

La discoteca, cuyo nombre actual es Calypso, abrió a la una de la madrugada del sábado al domingo. "Al principio la música era suave, pero a partir de las tres y media ya era un estruendo y no paró hasta las ocho. No había mucha gente fuera como antes, haciendo botellona, pero era un ambiente peor que el de otras épocas, con motos y coches resonando y en el que se palpaba que había jóvenes consumiendo drogas. Teníamos miedo hasta de abrir las ventanas", explicó una de las vecinas damnificadas por los ruidos de este local.

Temiendo la inminente reapertura de la discoteca, los vecinos del Porvenir solicitaron una reunión con el Ayuntamiento de Sevilla. El encuentro se celebró el pasado 20 de marzo en el centro cívico Torre del Agua y a él asistió el delegado del distrito Sur, José Luis García. Los vecinos salieron muy descontentos de la reunión porque el concejal ignoraba las más de 200 denuncias presentadas en los últimos años contra la discoteca y no ofreció solución alguna a los afectados. El edil ni siquiera sabía a quién pertenece la licencia del local. Los damnificados solicitaron al Ayuntamiento que ejecutara una resolución de Urbanismo que obligaba al propietario de la discoteca a retirar un tubo de ventilación de la fachada del edificio. La colocación de este elemento incumple la normativa, ya que el edificio es una obra catalogada de Aníbal González. Si se retirase este conducto de ventilación, la sala no podría abrir al no reunir unas mínimas condiciones de seguridad.

Un día después del encuentro, el Ayuntamiento se comprometió con los vecinos a que requeriría a la propiedad que retirase dicho tubo en un plazo máximo de siete días. Urbanismo amenazó con retirar el tubo por sus propios medios con cargo luego al dueño del local y Medio Ambiente enviaría a sus técnicos a medir los ruidos de la discoteca. Ninguna de estas promesas municipales parece haberse cumplido, puesto que ya han pasado tres semanas desde el encuentro entre los vecinos y el concejal del distrito Sur y el conducto de ventilación sigue en la fachada del edificio. Además, los responsables de la sala de fiestas ni siquiera han solicitado permiso a la comunidad de propietarios del bloque en el que se ubica el local para cambiar los carteles de la discoteca.

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