Sevilla

La sangre del taxi de Sevilla

  • El gremio se vuelca estos días con las donaciones de sangre a raíz de una iniciativa ideada por el taxista Carlos Cataluña, donante experimentado

El taxista Carlos Cataluña, donando sangre.

El taxista Carlos Cataluña, donando sangre. / Juan Carlos Vázquez

Lo primero que hizo Carlos Cataluña, taxista de Sevilla, cuando cumplió 18 años, allá por 1982, fue donar sangre. “Me crie con mis tíos y ella era ATS. Trabajaba en el centro de donaciones que había en el Virgen del Rocío y fue quien me hizo mi primera extracción”, explica este profesional del volante, del que ha partido una campaña de donaciones de sangre que ha tenido una gran aceptación entre sus compañeros y que arrancó durante la jornada del lunes. Sólo por la mañana acudieron doce taxistas a donar y está previsto que lo hagan en los próximos días al menos 50, que se han adherido a la iniciativa ideada por Cataluña.

De izquierda a derecha: Javier, Mari Ángeles, Jésica, Carlos, Lorena y Andrés, taxistas y donantes de sangre. De izquierda a derecha: Javier, Mari Ángeles, Jésica, Carlos, Lorena y Andrés, taxistas y donantes de sangre.

De izquierda a derecha: Javier, Mari Ángeles, Jésica, Carlos, Lorena y Andrés, taxistas y donantes de sangre. / Juan Carlos Vázquez

“Siempre he estado muy implicado y suelo donar sangre cada tres o cuatro meses. Ya me tocaba cuando oí una cuña publicitaria en la radio en la que se decía que las reservas estaban muy bajas y se pedían donaciones. Así que pensé en organizar una donación masiva del sector. Me encontré con un compañero en la estación del Prado y comenzamos a idearlo”. El taxista con el que se encontró Cataluña es Rafael Baena, secretario de la asociación Elite Taxi, que le dio al proyecto un impulso más. “Queríamos que Elite respaldara el proyecto, pero que fuera algo del sector al completo, independientemente de las asociaciones y las siglas”, explica Baena.

Muestras extraídas a los taxistas sevillanos. Muestras extraídas a los taxistas sevillanos.

Muestras extraídas a los taxistas sevillanos. / Juan Carlos Vázquez

Y la idea fue calando. Se unieron los de Elite, los de la Unión Sevillana y algunos que no pertenecen a ninguna asociación de taxistas. Se fue creando una red solidaria que terminó de tejerse por completo cuando a la iniciativa se unió Juan Miguel Vargas, uno de los taxistas más volcados en este tipo de iniciativas. Vargas ha organizado entregas de juguete, traslados gratuitos de niños enfermos, colectas para proyectos como el de la Azotea azul en el Virgen del Rocío.

Una taxista, momentos antes de donar sangre. Una taxista, momentos antes de donar sangre.

Una taxista, momentos antes de donar sangre. / Juan Carlos Vázquez

Lo de la donación se fue pasando por los teléfonos móviles de los taxistas, que comenzaron a organizarse por los grupos de WhatsApp y los chats de Telegram. Cataluña se puso en contacto con el Centro Regional de Transfusión Sanguínea y le frenaron. “Me dijeron que la cuña publicitaria en la radio había surtido efecto y que en ese momento había colas de hasta cuatro y cinco horas para donar sangre, así que quizás fuera mejor esperar unos 15 ó 20 días para nuestra donación. Total, sangre siempre va a hacer falta”.

Extracción de sangre. Extracción de sangre.

Extracción de sangre. / Juan Carlos Vázquez

Y así lo hicieron. El lunes 1 de febrero comenzaron a desfilar los primeros taxistas por el Centro Regional de Transfusión Sanguínea. Allí estaba Carlos Cataluña con una camiseta negra en la que, en letras blancas, se lee bien grande la palabra “Taxi”. Y otros once compañeros. “Tampoco podíamos juntarnos muchos más con esto del coronavirus”. El resto de taxistas implicados en esta iniciativa está acudiendo durante estos días a la hora que mejor le convenga, de ocho de la mañana a las nueve de la noche. Eso sí, las donaciones se hacen en los días de descanso, pues son incompatibles con un turno al volante después de la extracción de sangre.

Carlos Cataluña, ideólogo de la iniciativa y donante experimentado. Carlos Cataluña, ideólogo de la iniciativa y donante experimentado.

Carlos Cataluña, ideólogo de la iniciativa y donante experimentado. / Juan Carlos Vázquez

Ahora que sólo trabajan uno de cada tres días, tampoco ese parece un problema de difícil solución.Pero no quedó ahí el asunto. Cataluña, mente inquieta, le dio una vuelta más. “Los hombres podemos donar cada tres meses aproximadamente. Las mujeres cada cuatro. Ya que estábamos allí, le planteé a mis compañeros qué les parecía que no hiciéramos únicamente una donación, sino que estableciéramos un calendario de donaciones para el futuro y donemos tres o cuatro veces año”. Y, obviamente, todos estaban de acuerdo. “Y ya que me brinda usted una oportunidad de aparecer en la prensa, me gustaría aprovechar para implicar a otras profesiones en este asunto”.

Los que donan sangre estos días son los mismos que la noche de los Reyes Magos dejaron lo que estaban haciendo y se fueron a las inmediaciones de la residencia de ancianos Domusvi para trasladar en sus taxis a los mayores desalojados en el incendio del centro. Y lo que hiciera falta. Así es la sangre de los taxistas de Sevilla.

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