Enfermeros de la UCI de Trauma del Virgen del Rocío, al límite por la falta de personal: "No podemos dar una buena atención"
La plantilla alerta de la sobrecarga laboral y riesgos para pacientes críticos ante una situación que se arrastra desde el año pasado
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Los enfermeros de la UCI del Hospital de Traumatología del Virgen del Rocío se encuentran ante un verdadero dilema: la falta de personal les tiene sometidos a una sobrecarga de trabajo que les hace dudar de la calidad del servicio que están dando a sus pacientes.
Así lo reconoce un grupo de profesionales que, de manera anónima por miedo a represalias de la Administración, han decidido denunciar públicamente cómo es el día a día en un servicio que califican de "agónico". El problema, que se arrastra desde finales de 2024, ha empeorado con la llegada del verano, periodo que los profesionales comparan con "los juegos del hambre" debido a la reducción de plantilla por vacaciones.
Impacto en la calidad asistencial
"Hay pacientes que se quedan hechos cacas sin poder cambiarlos, porque si no tienes enfermeros suficientes, no puedes manejar a un paciente que está intubado en las condiciones adecuadas", afirma una enfermera. "Es estar continuamente en la tesitura de tener que dejar a un paciente para atender a otro", añade otra. Esta situación resulta especialmente grave considerando el perfil de pacientes atendidos en esta unidad: grandes quemados, lesionados medulares, pacientes con hemorragias intracraneales o politraumatizados graves. "Tenemos muchos pacientes con úlceras por presión. Estos pacientes se quedan sin recibir los cambios posturales necesarios o se quedan sin medicación por poner", apostillan los profesionales.
El problema fundamental reside en que las bajas por enfermedad, riesgo de embarazo u otras contingencias no están siendo cubiertas adecuadamente. Aunque existe un retén hospitalario para estas situaciones, resulta insuficiente ante la acumulación de ausencias, lo que obliga a los enfermeros en activo a asumir más pacientes de los recomendados, superando el ratio establecido de dos pacientes por enfermero.
Desde la dirección del centro aseguran que "se está tomando medidas" para solucionar la falta de personal que denuncian los enfermeros, pero también puntualizan que la UCI "ha registrado un incremento puntual en el número de pacientes atendidos, sobre todo por politraumatismos". La misma fuente destaca que "se destinan entre dos y tres profesionales de la Enfermería del retén a esta unidad para cubrir las eventualidades que se puedan presentar".
Aún así, las enfermeras sufren y aseguran que, sobre todo, lo hacen los pacientes. "Cuando a ti te falta un enfermero y alguien asume más de la cuenta, los errores están ahí, somos personas", relatan. La respuesta de la dirección del hospital a las peticiones de más personal en el servicio, según manifiestan los enfermeros consultados, no han terminado de implementar soluciones efectivas. Aseguran que las medidas adoptadas por la dirección se han limitado a redistribuir personal entre unidades, sin abordar el problema estructural de falta de contrataciones.
"Se ha intentado de muchas maneras, pero sigue siendo insuficiente. Seguimos con la misma situación y nos seguimos teniendo que cubrir entre nosotros", lamentan. Estos profesionales cuentan que la ratio ideal sería de dos pacientes por enfermero, pero, para ellos, sin embargo, no se trata de que todos tengan a su cargo la misma cantidad de personas, sino de que cada una pueda atender a sus pacientes de manera correcta. "Si a ti te faltan cuatro enfermeros, significa que hay ocho pacientes que no tienen enfermera", ejemplifican.
Respuesta insuficiente de la dirección
Los enfermeros denuncian que cuando plantean la situación, la respuesta habitual es que "no se organizan bien" o que "siempre se ha trabajado así", lo que una enfermera describe como "una especie de romantización de la precariedad laboral". A esto se suma que el personal que debe cubrir las ausencias no siempre cuenta con la experiencia necesaria para trabajar en una UCI, lo que aumenta la carga de trabajo para los enfermeros veteranos, que deben supervisar a los nuevos mientras atienden a sus propios pacientes.
La falta de personal también tiene su reflejo en la percepción de los familiares sobre la atención recibida. Según relatan los profesionales, ya se han presentado reclamaciones por parte de familias descontentas con el cuidado proporcionado a sus seres queridos. Un caso mencionado es el de un paciente lesionado medular que, consciente pero sin capacidad para hablar debido a la traqueotomía, comunicaba a su familia las deficiencias en su atención. "Hay familias que han puesto muchísimas reclamaciones por la falta de aseo, por ejemplo", explica una enfermera, ilustrando cómo la falta de personal repercute directamente en aspectos básicos de la atención que resultan evidentes para pacientes y familiares.
Más allá del impacto en la calidad asistencial y seguridad del paciente, esta situación también afecta a la salud de los profesionales. El estrés crónico al que está sometida la plantilla está pasando factura a su salud mental. "Yo creo que todos tenemos ansiedad", afirma una de las enfermeras entrevistadas. Otra describe cómo la incertidumbre afecta incluso a su descanso antes de acudir al trabajo. "La noche antes de ir a trabajar, no duermo sólo de pensar en qué me voy a encontrar al día siguiente", añade.
A esto se suma la frustración profesional por no poder ofrecer los cuidados que consideran necesarios. "Es muy duro irte a casa con la sensación de haber podido meter la pata con el paciente o de haber dejado algo serio pendiente. pero no damos para más. Es una sensación de desasosiego constante", sentencian.
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