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Lo que se le escapa a los sabios y entendidos

  • Tradición. El Corpus se instituyó a mediados del siglo XIII. Casi ocho siglos después, el misterio sigue despertando la sensibilidad espiritual de miles de personas en la procesión

Lo que se le escapa a los sabios y entendidos

Lo que se le escapa a los sabios y entendidos

En su segunda de las Cartas de España, fechada en 1798, en la que Blanco White describe a sus lectores ingleses las costumbres de la gente de Sevilla, su ciudad natal de la que se exilió, habla de los oficios de aguadores, mozos de cuerda y lacayos que desempeñaban por lo general hombres procedentes de Asturias. “Forman una cofradía que goza del uso exclusivo de una capilla en la catedral”, dice Blanco White en referencia a la capilla de Nuestra Señora de la Granada situada en lo que el vulgo conoce como nave del Lagarto. “Pero el privilegio que tienen en más aprecio”, añade el escritor nacido en el barrio de Santa Cruz, “es el que veinte de los más fornidos de entre ellos son los que llevan el paso de la hostia consagrada en la procesión del Corpus, que va entronizada en un templete de plata maciza”. Faltaba un siglo para la pérdida de las colonias. Y 225 años para la procesión del Corpus de este año anunciada con un cartel de Uta Geub.

Esta artista se ha entregado en cuerpo y alma a esta encomienda, uno de los retos más difíciles de su carrera, un reto que parte de una premisa que ella misma plantea: “¿Cómo se pinta un misterio?”. Un misterio ininteligible pero real, al que se refiere el Evangelio de san Mateo: “Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños”. Por eso los aguadores y lacayos asturianos querían llevar el Corpus por las calles de Sevilla, porque no formaban parte de ese círculo de los sabios y entendidos.

Uta Geub nació en Sulzburg, localidad alemana muy próxima a Friburgo. Llegó hace veinte años a Sanlúcar de Barrameda, donde este año también ha hecho el cartel de la Feria de la Manzanilla de su localidad adoptiva. No es una viajera romántica al uso. En su caso se fundieron una vida consagrada al arte con el arte de vivir, la asignatura en la que ha terminado doctorándose. Ha tocado casi todos los palos festivos de la ciudad de Sevilla. Este cartel del Corpus es un peldaño más en su fascinación por la ciudad.

La fiesta del Corpus fue instituida para toda la Iglesia por el papa Urbano IV en 1264. En Sevilla tiene unas características singulares. Hace más de dos siglos, en 1806, en la novena de sus Cartas de España, Blanco White explicaba a sus lectores ingleses en qué consistía la procesión del Corpus de Sevilla. Ya hablaba del baile de los seises, que empiezan a danzar en la fiesta del Corpus en 1613. En 1700 un arzobispo ultramontano, Palafox, consiguió que la Santa Sede los prohibiera, pero la feligresía, el pueblo, se rebeló y tres años después repusieron esta tradición inseparable de la historia de la ciudad. Un niño seise comparte con el Niño Jesús montañesino el protagonismo del cartel de Uta Geub.

“Este es el único día del año”, escribe Blanco White, “en que la hostia consagrada es expuesta por las calles a la contemplación de la multitud que viene a adorarla”. Y el vulgo remata: “Tres Jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión”. Las predicciones no son halagüeñas y las rogativas para que llueva salen del mismo sitio donde se adora al Santísimo.

Sanluqueña de Alemania, alemana de Sanlúcar, paisana de Ratzinger y de Caballero Bonald a partes iguales, Uta Geub primera de España y quinta de Alemania usando los números ordinales del emperador que también bajó desde Centroeuropa hasta el sur y patrocinó la primera vuelta al mundo. Una expedición del Moluco de la que acabamos de celebrar en su orto y ocaso el quinto centenario. Uta es la autora de la mascota oficial de esta conmemoración.

El Corpus del que Blanco White le habla a sus lectores ingleses desde el barrio de Chelsea ha sido muchas veces novelado. Una procesión que aparece con todo lujo de detalles y contrastes en la novela de Eva Díaz Pérez El color de los ángeles. El Corpus en la Sevilla de Murillo y un siglo antes en la Sevilla de Magallanes, en esta ocasión en el relato de Manuel Romero Tallafigo Andanzas de Diego Arias, hombre de armas de la nao Trinidad, incluido en el libro colectivo Los tres jóvenes de Sanlúcar en la primera Vuelta al Mundo (Navantia), andanzas ilustradas por la propia Uta Geub.

Deudora de Andy Warhol o Robert Rauschenberg, adscrita artísticamente al cubismo pop, estas credenciales tan internacionales, tan vanguardistas, no la han alejado un milímetro de las tradiciones que fue descubriendo al llegar a Andalucía: ganó el concurso del cartel del Carnaval de Chipiona el año que lo pregonó Rocío Jurado; ilustró la Cabalgata de Reyes Magos del Ateneo; las carreras de caballos de Sanlúcar; y en un solo año, 2009, presentó los carteles del Sicab, de las Fiestas Primaverales de Sevilla y el mural para el Instituto Andaluz de Tecnología de la Cartuja.

Los visitantes del Palacio de Dueñas pueden comprobar la afición y devoción que Cayetana tenía por la fiesta del Corpus y por los carteles que la anunciaban. Se podría hacer una exposición con ellos. Le hubiera encantado a la duquesa de Alba incorporar el de Uta Geub, que por su boda le regaló a la aristócrata un retrato que también forma parte del museo de Dueñas. Este cartel coincide con los noventa años de la bendición de la iglesia del Corpus Christi, en la avenida de la Palmera, que tuvo lugar el 1 de abril de 1933. Una obra del arquitecto Vicente Traver, que sustituyó a Aníbal González como comisario del pabellón de la Exposición de 1929.

Un cartel en el 775 aniversario de la entrega de las llaves de la ciudad por Axataf al rey Fernando III. Desde entonces a nuestros días, todas las Sevillas posibles han sido contemporáneas de la procesión del Corpus: la que visitaron Lope y Cervantes; la que dibujaron Velázquez y Murillo; la que evocaron en sus versos Bécquer, los Machado y Cernuda; la del 29 y la del 92; la que asistió con asombro a los quites de Joselito y Belmonte; la que cantaron Juanita Reina y Silvio.

La Semana Santa de 2023 fue precedida y anunciada por el Via Crucis del Cristo de las Almas de la hermandad de los Javieres. El binomio perfecto. Una ciudad en Alma y Cuerpo. El Cuerpo de Cristo, al que reconocieron los dos de Emaús por la forma de partir el pan. Partirlo para compartirlo. El sueño colectivo de la ciudad soñada que un día al año no despierta. Y que resucita como a su modo también resucitó la autora de este cartel. La que un día se preguntó: ¿Cómo se pinta un misterio? El más grande. El Corpus es la procesión de Jesús sacramentado.

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