Una familia numerosa sevillana se despide del papa Francisco: "El hombre propone, y Dios dispone"

Sevilla/Una familia numerosa de Sevilla ha visto completamente transformado su viaje a Roma este fin de semana.

Lo que inicialmente estaba previsto como una peregrinación para asistir a la canonización del beato Carlo Acutis, programada para el domingo, se ha convertido en la oportunidad de presenciar un acontecimiento histórico para la Iglesia Católica: el funeral del Sumo Pontífice.

Además, Teresita, tendrá la ocasión de presenciar el entierro de un papa por segunda vez en su vida, dado que ya asistió al de Juan Pablo II, en el año 2005.

De la canonización al funeral papal

Aunque el motivo original del viaje ha quedado en suspenso, la familia ha decidido mantener sus planes y aprovechar la oportunidad de vivir este momento histórico. "Tengo la gran suerte de vivir mi segundo entierro papal. Cuando murió Juan Pablo II, fuimos en coche desde Sevilla a Roma en 24 horas", recuerda la madre, quien describe al pontífice polaco como "un guía impresionante" que les acompañó en diversas Jornadas Mundiales de la Juventud.

Sobre el fallecido papa Francisco, la mujer destaca su cercanía: "Ha sido un papa muy cercano y querido. Lo hemos visto hasta el final, dando el Urbi et Orbi sin poder ni levantar las manos. Murió con las botas puestas", sostiene.

Teresita ha amanecido en Roma esta mañana junto a su marido y sus cuatro hijos mayores Javi (16), Teresa (15), Gonzalo (14) e Ignacio (12) en Roma, para asistir al funeral del papa Francisco.

Noche en San Pedro

El plan para estos días es intenso.

Llegaron el viernes y, tras dejar el equipaje en su alojamiento, se han dirigido directamente a la Plaza de San Pedro. Allí, equipados con sacos de dormir, han pasado la noche a la intemperie para asegurar un lugar en el multitudinario funeral. "Nos vamos a reunir con otros amigos que han volado también desde Sevilla. Estaremos hasta el lunes", detalla la madre.

Para esta familia católica, lo que comenzó como una peregrinación se ha transformado en una experiencia inesperada pero igualmente significativa: "El hombre propone, y Dios dispone".

La sevillana, que confiesa su especial devoción por el joven beato italiano Carlos Acuti, recuerda la figura del joven cuya canonización estaba prevista para este domingo: "Desde la pandemia, me conmovió su amor por la Eucaristía desde niño, su entrega a los pobres y cómo ofreció su sufrimiento por las almas del purgatorio".

Un joven santo con zapatillas Nike

Carlo Acutis, conocido popularmente como "el santo del chándal", falleció en 2006 a los 16 años víctima de una leucemia.

Para esta madre sevillana, se convirtió en un referente espiritual durante los complicados meses del confinamiento. "Está enterrado en Asís, con unas botas Nike. Su madre ha dicho que soñaba con él y que el día que lo canonizaran iban a llover gracias del cielo. Yo quiero estar allí para recibir esas gracias y pedir por los enfermos", concluye Teresita.