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El hombre que dejó morir a su madre enferma de cáncer acepta una condena de 15 meses de cárcel

  • El acusado, de 46 años, alcanza un acuerdo con la Fiscalía, que inicialmente pedía 14 años por un delito de homicidio en comisión por omisión que ha dejado en una imprudencia grave 

  • La mujer apenas pesaba "25 kilos" cuando falleció sola, dado que el hijo se había ausentado durante unos días, y su cadáver fue hallado en un colchón lleno de agujeros y sin sábanas

En el centro de Salud del Polígono San Pablo no había constancia de ningún historial médico sobre la madre del acusado.

En el centro de Salud del Polígono San Pablo no había constancia de ningún historial médico sobre la madre del acusado. / J.A. García

La Audiencia de Sevilla ha condenado a 15 meses de cárcel a un hombre de 46 años que dejó morir en octubre de 2014 a su madre, enferma de cáncer en una vivienda de Sevilla, hechos por los que ha sido condenado por un delito de imprudencia grave. El juicio iba a comenzar este viernes ante un jurado popular, pero el acusado, Miguel Ángel G. V., llegó a un acuerdo con la Fiscalía de Sevilla, que inicialmente le reclamaba 14 años por un delito de homicidio en comisión por omisión, y la acusación pública modificó los cargos, con la importante rebaja de la condena.

El acusado no ingresará en prisión porque el magistrado encargado del caso ha acordado la suspensión de la pena, al considerar que reúne los requisitos que exige el artículo 80 y siguientes del Código Penal, por cuanto se trata de un "delincuente primario, la pena impuesta no excede de dos años de privación de libertad, no existen responsabilidades civiles" y no consta información alguna que aconseje su denegación, precisa la resolución, que advierte al condenado que no podrá volver a delinquir en los próximos dos años dado que en caso contrario se podría revocar al suspensión.

La sentencia recoge como hechos probados que el acusado y su madre vivían en una vivienda que carecía de las condiciones mínimas de habitabilidad, "sin apenas fuentes de luz, gran suciedad en la cocina, y el baño prácticamente inutilizado".

La mujer padecía un cáncer de pecho "en estado avanzado" del que por su propia voluntad no se estaba tratando y de hecho el centro de salud que le correspondía, en la barriada de San Pablo, carecía de cualquier tipo de historial médico de la paciente.

Según la Audiencia, Miguel Ángel G. V. "apenas atendía a su madre pese a que era conocedor del estado avanzado de su enfermedad, ni hacía nada para que recibiera una atención médica adecuada", tan sólo "ocasionalmente compraba algún alimento a su madre pero no se preocupaba de que ésta lo ingiriera".

En julio de 2014 una persona anónima telefoneó al teléfono del mayor del Ayuntamiento de Sevilla, informando de la situación en la que se encontraba la mujer". Así, el 21 de julio personal de los servicios sociales municipales se presentaron en la vivienda, donde pudieron comprobar el grado de "semi-abandono del piso", aunque el acusado se comprometió a atender debidamente a su madre y a llevarla al centro de salud para que fuera atendida de la enfermedad que padecía". Pero esto no se produjo y el acusado "puso ciertos obstáculos para una nueva visita de los servicios sociales" que finalmente no tuvo lugar.

Mientras tanto, la situación de la anciana se iba deteriorando día a día, tanto por el avance del tumor como por una "caquexia-anorexia de la que tampoco fue tratada", lo que lleva a la Audiencia a afirmar que "pese a que pudo ser consciente de la situación y de su obligación de actuar, con notoria negligencia nada hizo, y de esta forma su madre se iba consumiendo día a día".

En una fecha no precisada, pero situada en torno al 10 de septiembre, el acusado visitó a su madre y le compró algún alimento, pudiendo comprobar cómo la enfermedad "avanzaba de forma inexorable", pero a pesar de ello "con notoria negligencia nada intentó para que los servicios sanitarios pudieran acudir al domicilio".

La mujer falleció sobre las siete de la mañana del 6 de octubre de 2014 como consecuencia de un fracaso multiorgánico en el contexto de la otra patología que presentaba y asociada a la enfermedad tumoral.El acusado no se percató de la muerte de su madre hasta que regresó a la vivienda sobre las 21:30 horas de ese mismo día, sin que diera aviso a los servicios sanitarios hasta las 00:15 horas del día siguiente a la muerte.

La Policía y los servicios sanitarios que acudieron a la vivienda encontraron el cadáver encima de un "colchón lleno de agujeros, sin sábanas, con los muelles hundidos". La mujer "apenas pesaba 25 kilos, era de una delgadez extrema consecuencia de su falta de alimentación y era perfectamente visible la tumoración en su mama izquierda", precisa la sentencia, que añade que "de haber mediado una rápida y eficaz atención médica y si se le hubiera proporcionado una alimentación adecuada, podría haber salvado su vida". 

La víctima tenía otros dos hijos con los que no tenía ninguna relación desde hacía más de 20 años y ambos ignoraban la situación en la que se encontraba su madre.

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