El Hospital de Valme impulsa un plan de deshabituación tabáquica en pacientes cardiovasculares

El programa interdisciplinar busca mejorar el pronóstico y la calidad de vida de los pacientes con enfermedades cardiovasculares

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Profesionales de Neumología y Cardiología del hospital implicados en el proyecto.
Profesionales de Neumología y Cardiología del hospital implicados en el proyecto. / M. G.

El Hospital Universitario de Valme ha puesto en marcha un innovador programa interdisciplinar cuyo objetivo principal es reforzar la estrategia de abstinencia tabáquica en pacientes con enfermedades cardiovasculares. Esta iniciativa surge con el fin de mejorar tanto el pronóstico como la calidad de vida de este colectivo de alto riesgo.

Según los especialistas, aunque en la fase aguda del evento cardiovascular los pacientes suelen adherirse en un alto porcentaje al abandono del tabaco, las tasas de recaída resultan preocupantes. Apenas el 50% de los afectados permanece abstinente transcurridos tres meses desde el alta hospitalaria. Por ello, el nuevo programa busca disminuir ese considerable porcentaje de recaídas en el tabaquismo tras el episodio agudo que motivó el ingreso.

"La brújula se orienta a potenciar la prevención secundaria tratando de disminuir eventos cardiovasculares adicionales y reducir la mortalidad en pacientes de alto riesgo", subraya Sebastián Rufián, responsable de Rehabilitación Cardíaca del centro hospitalario. El plan, desarrollado conjuntamente por los servicios de Cardiología y Neumología, aborda la dificultad que supone para estos pacientes mantener la abstinencia inicial tras sufrir la enfermedad, confrontándola con el impacto que tiene en su propia supervivencia.

Un enfoque integral e interdisciplinar

El programa de deshabituación tabáquica del Hospital de Valme ofrece una intervención interdisciplinar con un enfoque integral. No solo se centra en lograr el abandono del tabaco, sino que también busca aumentar la concienciación de los pacientes sobre los riesgos del tabaquismo y su estrecha relación con las enfermedades cardiovasculares.

Los estudios evidencian que dejar de fumar es una de las medidas de mayor impacto para la prevención secundaria de patologías cardiovasculares. En este sentido, resulta fundamental implementar programas coordinados y multidisciplinares para alcanzar los objetivos de salud pública y reducir el impacto del tabaquismo en la población.

Francisco Javier Molano, cardiólogo, y Nuria Reyes, neumóloga, responsables de los servicios clínicos implicados en este programa asistencial, destacan el plus que supone la deshabituación tabáquica para la salud cardiovascular: "Dejar de fumar después de un diagnóstico de enfermedad cardiaca reduce el riesgo de nuevos eventos graves en un 44%. Un año después de abandonar el tabaco, el riesgo de enfermedad arterial coronaria se reduce a la mitad en comparación con los fumadores".

Sesiones monográficas y consultas especializadas

La intervención se activa dentro del programa de Rehabilitación Cardíaca, con sesiones monográficas quincenales impartidas por Nuria Reyes, responsable de Neumología, junto con Juan Manuel Díez, neumólogo que comparte las consultas de Deshabituación Tabáquica. En estas reuniones se proporciona información a los pacientes y se resuelven sus dudas, derivándolos posteriormente a la consulta monográfica de Neumología sobre esta materia.

Asimismo, los pacientes que acaban de sufrir un infarto o angina de pecho y están ingresados en la planta de Cardiología también están incluidos en este programa asistencial. Durante su estancia hospitalaria, reciben la visita de profesionales de la consulta de Deshabituación Tabáquica.

El tabaquismo es uno de los principales factores de riesgo modificables para las enfermedades cardiovasculares. Fumar aumenta significativamente las probabilidades de sufrir un infarto de miocardio, un accidente cerebrovascular o una enfermedad arterial periférica. Además, el consumo de tabaco contribuye al desarrollo de otros problemas de salud, como el cáncer de pulmón y las enfermedades respiratorias crónicas.

Abandonar el hábito tabáquico es fundamental para reducir el riesgo cardiovascular y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Sin embargo, muchos fumadores encuentran dificultades para dejar de fumar por su cuenta, especialmente aquellos con una adicción más intensa o prolongada en el tiempo.

Los programas de deshabituación tabáquica, como el implementado por el Hospital de Valme, brindan un apoyo integral y especializado a los pacientes que desean dejar de fumar. Combinan intervenciones psicológicas, farmacológicas y educativas para abordar la adicción desde múltiples frentes y aumentar las posibilidades de éxito a largo plazo.

La iniciativa del Hospital Universitario de Valme refleja un sólido compromiso con la prevención secundaria y la mejora de la salud pública. Al abordar el tabaquismo en pacientes cardiovasculares de alto riesgo, se busca reducir la incidencia de nuevos eventos, complicaciones y muertes prematuras asociadas a estas enfermedades.

El éxito de este tipo de programas depende, en gran medida, de la implicación y coordinación de los diferentes servicios y profesionales sanitarios involucrados. La colaboración entre cardiólogos, neumólogos, psicólogos, enfermeros y otros especialistas permite ofrecer una atención integral y personalizada a cada paciente, adaptada a sus necesidades y circunstancias específicas.

Además de los beneficios individuales para los pacientes, los programas de deshabituación tabáquica tienen un impacto positivo en el sistema de salud en su conjunto. Al reducir las complicaciones y los reingresos hospitalarios relacionados con el tabaquismo, se optimizan los recursos sanitarios y se disminuye la carga asistencial.

En definitiva, el plan de deshabituación tabáquica impulsado por el Hospital de Valme representa un avance significativo en la prevención secundaria de las enfermedades cardiovasculares. Su enfoque interdisciplinar y su apuesta por la concienciación y el apoyo a los pacientes sientan las bases para lograr un cambio duradero en los hábitos de vida y, con ello, mejorar la salud y el bienestar de las personas afectadas por estas patologías.

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