Sevilla

Los hosteleros sevillanos: “No contemplamos que se reduzcan las terrazas”

Veladores herencia de la pandemia en la Plaza de San Lorenzo.

Veladores herencia de la pandemia en la Plaza de San Lorenzo. / Juan Carlos Muñoz

La Asociación de Hostelería de Sevilla trabaja con el Ayuntamiento en la nueva ordenanza que a partir de febrero regulará los veladores. Esperan los hosteleros que no haya recortes en el número de veladores y sí una mayor vigilancia con los elementos que se ponen fuera de la cobertura legal de la autorización. Por su parte, los vecinos esperan una llamada y la creación de una mesa de trabajo para que poder opinar en algo que les afecta en su día a día, ya que advierten que la situación es insostenible y está a punto de colapsar.

“Nosotros vamos de la mano con el Ayuntamiento. Les dijimos que tenía que haber una actualización y estaban de acuerdo. Ya hemos tenido un par de reuniones y avanzamos poco a poco. Ellos han hecho algunas propuestas que pensamos que hay que matizar y nosotros hemos hecho otras que se están considerando”, explica Alfonso Maceda, presidente de la patronal. Una de las cuestiones será adaptar la ordenanza a la normativa de accesibilidad. Otros asuntos por resolver sería la agrupación de mesas y la aceleración de la concesión de licencias, que están tardando hasta dos años. En cualquier caso, “no contemplamos que se reduzcan los veladores. Sí que se vigile a los que ponen más”, señala Maceda.

Por su parte, David López, representante de la plataforma ciudadana Sevilla se muere, advierte que la nueva ordenanza se está cocinando sin la presencia de los vecinos: “Está bien que se redacte una nueva ordenanza y debería haber una mesa con los vecinos. Lo que pasa es que la que está en vigor no se cumple. En Sevilla son muy pocos los establecimientos que respetan el número de veladores. Es evidente y lo comprobamos a diario en nuestras calles y plazas”.

Desde esta asociación que es de reciente constitución señalan que la nueva ordenanza va a partir de la situación inflada por la pandemia y lamentan cómo la ciudad se está vulgarizando al descartar sus comercios o elementos diferenciadores. “La situación está al borde del colapso. Los incumplimientos son generalizados y llaman a más incumplimientos. Hay un problema de ruidos, de pérdida de identidad, de movilidad... y se está mirando hacia otro lado. Y no sólo sucede en el casco histórico”.

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