El legado de Aníbal González en Sevilla: entre el cierre, la rehabilitación y la dejadez
Sevilla encara el centenario de la Exposición de 1929 con sus grandes pabellones en una delicada situación
El Pabellón Real sigue sin presupuesto para hacer el centro de interpretación del regionalismo y su obra
La falta de protección arruina las viviendas de Aníbal González
Sevilla se encamina hacia la celebración del centenario de la Exposición Iberoamericana de 1929, y lo hace con el legado de su gran hacedor, Aníbal González en el punto de mira. Aquel certamen transformó la ciudad, permitió su expansión hacia la zona sur y la modernizó. En definitiva, se puede afirmar que Sevilla no entró de lleno en el siglo XX hasta ese momento. El gran legado monumental de aquella cita lo forman, fundamentalmente, dos plazas y cuatro pabellones realizados por el gran arquitecto regionalista: la Plaza de España y el que fuera Pabellón del país anfitrión; y la Plaza de América y sus tres grandes edificios: los actuales Museo Arqueológico, el Museo de Artes y Costumbres Populares y el Pabellón Real. La situación de los edificios de Aníbal González no es la mejor. Conocidos son los problemas de conservación de la Plaza de España. Por su parte, el Pabellón Real se encuentra cerrado y sin presupuesto para convertirse en el centro de interpretación el regionalismo y Aníbal González; el edificio del Arqueológico está en obras; y el de Artes y Costumbres Populares vive un importante letargo con parte del inmueble clausurado.
La Plaza de España es, sin duda, el mayor exponente de la arquitectura de Aníbal González. Se trata del monumento más visitado de la ciudad, aunque no existan registros, pero por sus particularidades constructivas la preservación de su decoración cerámica se hace compleja. El enclave es objetivo frecuente de los vándalos y la continua organización de eventos, ahora se está celebrando el Icónica, tampoco ayuda. Actualmente, la Plaza de España y su espacio más cercano cuenta con un importante contrato de conservación puesto en marcha por el anterior equipo de gobierno. El alcalde, José Luis Sanz, aboga por cerrar el espacio y cobrar una entrada para revertir ese dinero en su mantenimiento. La propuesta no cuenta por el momento con el apoyo de todas las administraciones implicadas y ha sido más criticada que elogiada.
Restauración del edificio de Capitanía
Esta misma semana la Comisión de Patrimonio autorizó el proyecto de reparación de las fachadas exteriores de la Capitanía de la Plaza de España. Este proyecto tiene como objeto la adecuación de las fachadas con el objetivo de evitar desprendimientos, mediante la reparación, sujeción y consolidación de los diversos elementos que la componen, para lo que se proponen tres líneas de actuaciones para la restauración, reposición de piezas y limpieza del edificio.
La línea de actuación 1 es la de urgencia, pues los elementos a tratar corren el riesgo de caída a la vía pública, aunque se procedió a solventarlas durante la inspección. La segunda línea de actuación contempla las acciones a realizar a medio plazo en los elementos que no corren riesgo de producir daños de forma inminente, pero que tienen el potencial de hacerlo en un futuro. Principalmente se centra en la limpieza (ya que hay algunas zonas que pueden verse dañadas si no se mantienen de una forma correcta), reparaciones en la cubierta y otras pequeñas actuaciones puntuales.
Por último, la línea de actuación 3, que es la de las actuaciones a largo plazo, son las necesarias para que el edificio tenga un mantenimiento correcto y no aparezcan patologías mayores en un futuro. Principalmente se centra en el arreglo de fisuras y llagueados, además de la sustitución de piezas rotas o ya inexistentes.
Hace apenas un año, el Consejo de Ministros aprobó la declaración de los edificios de la Plaza de España de Sevilla como Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría de monumento, por lo que esta construcción obtenía el grado máximo de protección que establece la Ley de Patrimonio Histórico Español. La incoación de y tramitación del expediente le correspondía al Ministerio de Cultura, dado que los edificios de la Plaza de España están adscritos a varios servicios públicos de titularidad y gestión estatal.
La Plaza de América y el letargo de los museos
La situación de los otros tres grandes pabellones de la Plaza de América, otro de los espacios icónicos diseñados por Aníbal González, también es delicada. A principios de año comenzaba la gran rehabilitación del que fuera Pabellón de Bellas Artes, edificio construido entre 1912 y 1919 en estilo renacentista que desde 1942 acoge el museo Arqueológico de Sevilla y que por calidad y cantidad es el segundo de España en importancia.
La reforma se adjudicó a la empresa Ferrovial Construcción S. A. por un importe de 20.693.375, 99 euros (sin IVA). Las obras durarán 40 meses, según los plazos establecidos, por lo que no terminarían hasta 2027, y tras otros doce meses aproximados de instalación, volvería a reabrir a lo largo de 2028. Durante los últimos tres años, la Junta de Andalucía, de quien depende la gestión, ha invertido 3,2 millones de euros en el traslado de piezas y adecuación de las mismas en el Centro Logístico del Patrimonio Cultural ubicado en La Rinconada (Sevilla).
Una reforma para "rescatar" a Aníbal González
La reforma proyectada por el Ministerio de Cultura y firmada por Guillermo Vázquez Consuegra busca llevar al Arqueológico al siglo XXI. La actuación más significativa y definitoria del proyecto se desarrollan sobre su eje transversal. Se trata de “rescatar” el espacio del óvalo central como acceso y vestíbulo principal del museo. Para ello, se añade un núcleo de comunicación vertical que permitirá la conexión de los tres niveles expositivos. El nuevo núcleo vertical de comunicaciones se realiza al exterior, en la fachada trasera, preservando así inalterada la imagen de la Plaza proyectada por Aníbal González, retrasado con respecto a la línea de proyección de los torreones. Estará compuesto por dos volúmenes simétricos que alojan una escalera y un ascensor accesible, que recorrerá los tres niveles públicos de museo conectándolo con el vestíbulo.
La Sala Oval se convierte, retomando la idea de Aníbal González, en el espacio de ingreso y acogida: acceso a los distintos recorridos, información, área de descanso, venta de entradas, organización de grupos, etcétera. Desde este espacio central, se podrá ir tanto a las exposiciones temporales como a la exposición permanente del museo. También se potencia la comunicación entre las fachadas Norte y Sur, gracias a la apertura de la gran puerta situada al fondo (hoy clausurada) al nuevo espacio de comunicación y circulación vertical que mira a los jardines.
Una planta cerrada desde 2005: la vergüenza del Museo de Artes y Costumbres Populares
El que fuera Pabellón de Arte Antiguo acoge actualmente el Museo de Artes y Costumbres Populares. Fue construido por Aníbal González entre 1913 y 1915. Su decoración con ladrillo y cerámica hace que se le conozca como Pabellón Mudéjar, por su clara vinculación con este estilo andalusí. Abrió sus puertas como museo el 4 de marzo de 1973 y, casi desde el principio, con importantes problemas de conservación en el propio edificio. Sus dependencias pasan a ser museo íntegramente el 26 de marzo de 1980 cuando el Ayuntamiento firma el acuerdo de cesión de uso, con carácter indefinido mientras sea para ese cometido, al Estado, que adquiere el compromiso de acondicionarlo. Tras la rehabilitación, en la que se crea la plata semisótano, la reapertura se produce en 1984, coincidiendo con la transferencia de la gestión de museos de titularidad estatal a Andalucía. En 2023 se cumplieron 50 años desde su reapertura y lo hizo con su principal planta cerrada desde 2005.
Hace apenas un par de meses Patrimonio informaba favorablemente el reformado del proyecto básico y de ejecución para la realización de obras de conservación y reparación de la techumbre que se ubica sobre la galería del edificio.
A la espera de dinero para dar uso al Pabellón Real
Por su parte, tras varios varapalos, Patrimonio autorizaba en diciembre de 2023 el proyecto de rehabilitación del Pabellón Real para adaptarlo a uso expositivo y de estudios de la obra arquitectónica de Aníbal González, su autor, quien lo realizó en 1916 en un estilo gótico isabelino. Su exterior, con una fastuosa decoración cerámica, fue restaurado por el Ayuntamiento, que invirtió más de un millón de euros.
El edificio recuperará la espacialidad interior original y su relación directa con el exterior del Parque de María Luisa, devolviéndole su función como espacio museístico y de interpretación de la obra de Aníbal González. Para ello se procederá al vaciado interior del edificio, eliminando las entreplantas del proyecto de 1968, mediante el cual se adaptó a sede administrativa.
Por el momento no se sabe nada del inicio de la reforma y permanece cerrado tras el traslado de las oficinas municipales.
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