El legado gráfico del fabuloso Palacio de los Pinelo, al descubierto
Una investigación de los profesores de la US Antonio Gámiz y Pedro Barrero saca a la luz documentos gráficos inéditos que nunca habían sido analizados de manera conjunta
Casa de los Pinelo: La evolución de una joya del Renacimiento en Sevilla
Un reciente artículo científico de los profesores de la Universidad de Sevilla, Antonio Gámiz Gordo y Pedro Barrero Ortega, analiza el valioso legado gráfico del Palacio de los Pinelo en Sevilla, ofreciendo una nueva perspectiva sobre la rica historia y las transformaciones arquitectónicas de este emblemático edificio.
El palacio renacentista de los Pinelo, situado en la calle Abades, fue erigido hacia el año 1500 por el mercader genovés Francisco Pinelo, una de las figuras más adineradas de la ciudad, conocido por financiar importantes empresas de la Corona Española, como las guerras de Granada y Nápoles, e incluso el segundo viaje de Cristóbal Colón a América.
A lo largo de su dilatada existencia, el palacio ha sido objeto de numerosas transformaciones y usos distintos, que han dejado huella en imágenes creadas por personajes muy diversos. El artículo de los arquitectos Gámiz y Barrero, publicado en la prestigiosa revista italiana Disegnarecon (2025) https://doi.org/10.20365/disegnarecon.34.2025.19, ha reunido y analizado meticulosamente estos documentos gráficos, cotejándolos con otras fuentes históricas y con la configuración arquitectónica actual del palacio.
Para esta investigación, se ha llevado a cabo una exhaustiva búsqueda de imágenes en archivos tanto públicos como privados. El artículo no solo incluye material ya conocido, también saca a la luz documentos gráficos inéditos que nunca habían sido analizados de manera conjunta. Cada imagen ha sido interpretada como un “registro biográfico” del palacio, considerando datos del contexto de los autores, sus intereses y las técnicas utilizadas, presentándose todo ello con un orden cronológico para ilustrar su evolución a lo largo de siglos.
El estudio revisa los orígenes del palacio y un texto o apeo de 1542, conservado en el Archivo de la Catedral de Sevilla, que ya confirmaba la existencia de las galerías altas del patio de honor, descartando otras hipótesis. El documento gráfico más antiguo conservado es un plano de 1790 de José Álvarez, que verifica la concordancia de la extensión del palacio con la actual.
El legado continúa en el siglo XIX con dibujos de Richard Ford y su esposa Harriet Ford (hacia 1830), conservados por sus descendientes en Londres, y con dos dibujos del patio de honor del distinguido arquitecto Matthew Digby Wyatt en 1869, cuando el palacio funcionaba como escuela infantil tras su desamortización. Posteriormente, entre 1885 y 1964, el edificio se transformó en Pensión Don Marcos, https://doi.org/10.30827/quiroga.v0i18.0002, un periodo del que se conservan numerosas fotografías, entre las que destaca una vista de su patio principal en una postal editada por Purger & Co. en Múnich en 1902.
Tras la declaración del inmueble como monumento nacional en 1954, el arquitecto municipal Jesús Gómez Millán elaboró planos esquemáticos que precedieron a su expropiación en 1964. Estos planos revelan la acusada compartimentación del edificio para crear las cerca de 80 habitaciones de la pensión, así como cambios en la distribución y el cegado de galerías. Tras pasar a manos del Ayuntamiento, el palacio fue consolidado entre 1967 y 1971 por el propio Gómez Millán.
Las restauraciones del arquitecto y catedrático Rafael Manzano Martos entre 1969 y 1981, documentadas en otro artículo de Barrero y Gámiz en la revista Conservar Patrimonio (2023), https://doi.org/10.20365/disegnarecon.34.2025.19, fueron bastante más precisas. Desde entonces, el Palacio de los Pinelo alberga la sede de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras y de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, junto a la Real Academia de Medicina construida de nueva planta en la parcela colindante.
En el siglo XXI se mencionan otros interesantes dibujos digitales y manuales. Entre ellos destaca una reconstrucción gráfica del pabellón de cubierta desaparecido en el patio del Apeadero, por Rafael Manzano, y un dibujo del torreón en esquina del arquitecto Gerard Michel, miembro del colectivo Urban Sketchers.
Los investigadores enfatizan que “cada imagen refleja visiones personales con intenciones y grados de aproximación a la realidad variados”. La colección de imágenes reunida y valorada en este estudio constituye una fuente documental imprescindible para comprender los elementos transformados o desaparecidos a lo largo de la historia del palacio. “Estas imágenes no sólo son un símbolo de identidad cultural, sino también un referente esencial para conocer el pasado de la arquitectura sevillana y difundir sus valores patrimoniales”, resaltan los autores.
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