El legionario que salvó la vida a una policía nacional en Sevilla: "Estaba ya inconsciente"
El sargento primero Juan Manuel Serrano Crespo desbloqueó la técnica de estrangulamiento conocida como el mataleón que asfixiaba a la agente
"La policía tenía la cara prácticamente amoratada, entre su compañero y yo pudimos reducir y detener al agresor", cuenta el militar
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El sargento Primero de la Legión Juan Manuel Serrano Crespo fue el suboficial del Ejército de Tierra que salvó la vida el pasado fin de semana a una policía nacional en Sevilla. Su participación fue clave para deshacer la maniobra de estrangulamiento, conocida como técnica del mataleón, que un hombre estaba aplicando sobre el cuello de la policía, que estaba ya inconsciente. Ocurrió a las siete menos veinte minutos de la mañana del sábado 28 de enero en la avenida de Kansas City.
El sargento Serrano acababa de salir de su casa y había llegado a su coche, estacionado en las inmediaciones. Se disponía a emprender el viaje hacia Madrid donde iba a realizar un examen, dentro del curso de actualización para ascender al empleo superior, el de brigada. Estos días se encuentra en Talarn (Lérida), en el Pirineo catalán, donde está realizando esta formación y desde donde atiende a este periódico por teléfono.
Serrano es de Sevilla, tiene cuarenta años y está destinado en el Tercio Duque de Alba de la Legión. Pertenece a la Comandancia General de Ceuta. La mañana del 28 de enero salía en su coche para Madrid cuando vio a unos policías junto a un coche y escuchó, muy cerca de la estación de Santa Justa, a uno de los agentes que pedía refuerzos por la emisora. "Escuché bastante alboroto y pensé que iban a detener a alguien. Me acerqué y bajé las ventanillas, oí a un policía pidiendo apoyo. La situación que me encontré era la siguiente: un hombre tenía a una agente de la Policía Nacional bloqueada con un mataleón", explica el sargento primero.
"Su compañero trataba de deshacer esa posición y reducirlo. Yo noté que la policía tenía la cara prácticamente amoratada, como si le hubieran cortado la circulación. Estaba ya inconsciente, claramente le estaba faltando oxígeno. Le dije a la persona que la tenía cogida que depusiera su actitud, pero no lo hizo. Ya procedí a deshacer ese triángulo de fuerza, ese bloqueo, que tenía sobre ella".
El militar consiguió liberar la presión sobre el cuello de la policía. En el lugar estaba también un vigilante de seguridad, que se encargó de auxiliar a la agente en el momento en que se deshizo el bloqueo. "La arrastró y la atendió, mientras yo me dediqué a auxiliar al otro policía para, entre los dos, reducir y detener al agresor. Ya en ese momento, cuando le puso los grilletes, aparecieron varias unidades del Cuerpo Nacional de Policía y ya siguieron con ellos con las diligencias".
Explica el sargento primero Serrano que su formación como militar fue clave para reaccionar rápidamente ante lo que estaba sucediendo. "Nosotros, los militares, estamos desplegados en ambientes hostiles por el mundol. La instrucción policial no es el eje de nuestro trabajo, pero todo jefe de una unidad militar la implementa siempre y adiestra a sus hombres en este tipo de técnicas, pues al final participamos en misiones de mantenimiento de la paz y podemos encontrarnos en situaciones de este tipo. Además, no deja de ser una forma de poder contribuir a la seguridad, aunque no seamos tan expertos ni tengamos los mismos conocimientos que puedan tener los policías".
Cuenta que se dejó guiar por los principios del Ejército. "Soy legionario de corazón. Nosotros tenemos un credo legionario que se compone de doce máximas, que hizo nuestro fundador, el general José Millán Astray. Y uno de esos principios dice así: 'La Legión, desde el hombre solo hasta la Legión entera, acudirá siempre a donde oiga fuego, de día, de noche, siempre, siempre, aunque no tenga orden para ello".
Se quita méritos y protagonismo. "He leído y oído que soy un héroe, pero en absoluto es así. Que me califiquen de esa manera no deja de ser un orgullo, pero cualquier otro compañero lo hubiera hecho igual o mejor. Soy una persona sencilla, la vida son momentos y hay veces en los que estás inspirado y salen las cosas bien, y otras veces no es así".
Este aspirante a brigada del Ejército de Tierra ha participado en dos misiones internacionales. Estuvo en Afganistán en el año 2013 y en 2022 formó parte del contingente español en Mali. Es y se siente legionario, pero también destaca otras unidades en las que estuvo en el pasado y donde aprendió buena parte de lo que sabe. Una de ellas es la Brigada Canarias 50 y otra es la Guardia Real.
"En el Ejército profesional hay subordinados de los que he aprendido mucho y compañeros de los que aprendo todos los días. Y, por supuesto, me he encontrado con jefes brillantes. He tenido la suerte de haber estado rodeado de los mejores en los veinte años que llevo como militar de carrera", concluye con modestia. Aquel sábado llegó a Madrid pasado el mediodía e hizo el examen para brigada.
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