AndrÉs Lozano. Neurocirujano y doctor honoris causa de la universidad de sevilla

"Estamos muy lejos de lograr una cura para el alzhéimer"

  • El nuevo honoris causa de la Hispalense, natural de Sevilla, dirige un grupo pionero en Toronto especializado en la estimulación cerebral profunda

Hijo de emigrantes sevillanos, el doctor Andrés Lozano (Sevilla, 1959) cambió de niño su Triana natal por Canadá, donde ha llegado a convertirse en uno de los neurocirujanos más reconocidos del mundo gracias a sus investigaciones sobre la estimulación cerebral a través de impulsos eléctricos y su aplicación en enfermedades como el párkinson, el alzhéimer o la depresión. Catedrático de Neurocirugía y Neurología de la Universidad de Toronto, Lozano fue investido doctor honoris causa ayer por la Universidad de Sevilla.

-¿Cómo acaba un sevillano en Toronto?

-Yo nací en Triana, en San Jacinto, cuando las mujeres aún daban a luz en casa. Tenía 3 años cuando mis padres decidieron emigrar a Canadá para reunirse con sus hermanos que ya vivían allí. Desde entonces, he hecho toda mi carrera en Canadá, pero me encanta volver a Sevilla, a mis raíces.

-¿Tiene familia en Sevilla?

-No, nosotros fuimos los últimos en irnos. Mi padre, que era contable, tenía ocho hermanos, todos andaluces y todos emigraron.

-Su español es bastante fluido pero su acento le delata.

-Mis padres me hablaban en español de pequeño pero ahora sólo lo hablo cuando vengo a Sevilla. El primer día me cuesta mucho pero luego mejoro. De hecho, mi conferencia en la Universidad de Sevilla iba a ser en inglés pero al final voy a intentar darla en español.

"En general sólo tratamos a enfermos que ya lo han probado todo, casos desesperados y cuanto más mejor"

-¿Qué significa para usted que la Universidad de Sevilla le invista doctor honoris causa?

-Es una gran honor, el más alto de mi carrera. Para mí tiene un significado muy importante porque ésta es la ciudad en la que nací. Espero que esto ayude a crear más vínculos y colaboraciones entre Sevilla y Toronto y poder sacar adelante proyectos que ganen batallas a las enfermedades.

-¿Colabora con algún centro de investigación de Sevilla?

-Soy asesor desde hace muchos años del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBIS), vengo todos los años. Estoy muy interesado en el trabajo del profesor José López Barneo, es uno de los grandes científicos de España y este centro tiene un nivel muy alto.

-Algunos le llaman el neurocirujano de los casos desesperados.

-Sí (se ríe). En general sólo tratamos a enfermos que ya han probado todo tipo de tratamientos, que piensan que la medicina ya no puede ofrecerles soluciones. Son casos desesperados y cuanto más mejor. Ese es nuestro punto de inicio. Nuestro trabajo se basa en tratamientos experimentales.

"Nací en el barrio de Triana, en la calle San Jacinto, cuando las mujeres aún daban a luz en casa"

"En algunos pacientes con alzhéimer que hemos operado, la enfermedad se ha frenado"

-¿En qué punto se encuentran sus investigaciones?

-Hemos desarrollado nuevas técnicas quirúrgicas para tratar enfermedades neurológicas y psiquiátricas. Se basan en ajustar la actividad de los circuitos del cerebro que controlan los movimientos, el ánimo, la memoria. Por ejemplo, si una persona tiene una actividad muy alta puede tener una crisis epiléptica. Lo que hacemos es introducir en el cerebro un cable de manera muy precisa y ajustar la actividad del circuito afectado con electricidad.

-¿Cómo descubrieron que esta técnica podía aplicarse a enfermos de alzhéimer y párkinson?

-Fue por casualidad. Estábamos tratando el caso de una persona obesa. Durante un experimento, le colocamos electrodos en el cerebro para controlar el apetito y la saciedad. El paciente estaba despierto cuando empezamos con los impulsos eléctricos. La idea era, a medida que aumentábamos la corriente, localizar un punto donde el apetito bajara, pero en lugar de eso encontramos una zona en la que su memoria se estimuló y el paciente empezó a tener recuerdos de cuando era niño. Estuvimos haciendo pruebas y descubrimos que con estimulación su memoria aumentaba y era capaz de recordar una larga lista de palabras. Eso nos dio la idea para utilizar esta misma técnica en ensayos clínicos de personas con alzhéimer.

-¿Cómo van estos ensayos ?

-Hemos operado ya a 42 pacientes con alzhéimer y hemos constatado que es una técnica segura. Durante la intervención, los pacientes están despiertos y cuando estimulamos el cerebro, estos tienen recuerdos de su niñez. Hemos visto que en al menos en la mitad de los pacientes hay una mejoría de la memoria y en algunos casos la enfermedad ha frenado. Esto es una gran victoria en el tratamiento de una enfermedad que siempre va a peor. No obstante, aún hay muchas preguntas por resolver. Me gustaría colaborar con otros países para poder tener más pacientes y avanzar más rápido.

-¿Veremos la cura del alzhéimer pronto?

-Es muy difícil. Creo que estamos muy lejos de lograr una cura. Hay científicos que dicen que en cinco años la veremos e incluso se habla de vacunas, pero yo tengo mis dudas. Solo tenemos modelos con animales. Si eres un ratón, tus posibilidades de curarte son muy altas, pero en los humanos aún no ha habido un gran impacto.

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