Como el lucero de la Aurora

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La historia de Carmona encierra la historia de España. Un recorrido con la guía de algunos de sus hijos: Maese Rodrigo, José María Requena, Losada Villasante, González Jiménez, Andrés Jiménez

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Plaza de San Fernando, cuya biografía escribió el carmonense Manuel González Jiménez
Plaza de San Fernando, cuya biografía escribió el carmonense Manuel González Jiménez / M. G.

Como el lucero de la Aurora, tal que reza la leyenda del escudo de la ciudad, así sigue brillando la luz de la historia, el esplendor de su pasado en la villa de Carmona. Pasear por sus calles es hacerlo por la historia de España por no decir de todo el Occidente. “Sicut Lucifer lucet in Aurora, ita in Vandalia Carmo”. Carmona en Vandalia, prueba fehaciente de su historia. Vándalos de una Vandalia que además de repartirse con suevos y alanos la hegemonía entre los periodos romano y musulmán evoca el nombre de una colección de poesía que dirige Jacobo Cortines y un equipo de fútbol de la población granadina de Peligros.

Se puede recorrer la historia de Carmona a través de algunos de los más preclaros e ilustres de sus hijos. Allí nace Rodrigo Fernández de Santaella, Maese Rodrigo, el arcediano que funda la Universidad Hispalense que tras más de cinco siglos de historia por primera vez tendrá al frente de su timón a una mujer, la rectora Carmen Vargas. Carmona es además una de las sedes de los cursos de verano de la Universidad Pablo de Olavide, una suerte de Palacio de la Magdalena de la campiña.

La Biblioteca Pública lleva el nombre de José María Requena (Carmona, 1925-Sevilla, 1998). El Ayuntamiento de Carmona editó su obra completa, que incluye novela (en 1972 ganó el premio Nadal con ‘El Cuajarón’), poesía, ensayo y, por lo que más me concierne, su impresionante obra periodística. Dirigía El Correo de Andalucía cuando llegué a hacer prácticas el verano de 1977. Uno de esos directores de periódicos, como Miguel Delibes en El Norte de Castilla o Álvaro Cunqueiro en El Faro de Vigo, que conquistaron el prestigioso premio Nadal.

Lo he visto recientemente y olvidé preguntarle en qué parte de Carmona nació Manuel González Jiménez (Carmona, 1940). Da igual. Su nombre tiene una presencia subliminal en la plaza de San Fernando de su localidad natal. Un espacio precioso que antes se llamó Plaza de Arriba y que lleva el nombre del rey con cuya biografía el profesor González Jiménez ganó el premio Antonio Domínguez Ortiz. El libro se titula ‘Fernando III el Santo. El rey que marcó el destino de España’. En sus primeras líneas dice que sabemos mucho más de este rey (1199-1252), en buena parte gracias a él, que de su época, el apogeo de la Edad Media. El profesor González Jiménez dirigió la Academia de Buenas Letras, siempre ha presumido de Carmona, que tiene una entusiasta embajadora consorte en su esposa, la irlandesa Mary O’Sullivan.

Manuel Losada Villasante (Carmona, 1929) ha llevado a Carmona en su corazón, incluso cuando en Estados Unidos formó parte del equipo de Severo Ochoa (premio Nobel de Medicina en 1959). Los Losada aparecen estas Navidades por partida doble. Don Manuel, bioquímico de prestigio internacional, nunca deja de felicitar las fiestas junto a su esposa, Antonia Friend. En esta ocasión lo han hecho con una ‘Adoración de los Pastores’ de Bernardo Strozzi (1581-1644) un pintor genovés que murió en Venecia. El cuadro está en el Museo de Baltimore. Y su hija María Losada Friend, decana de la Facultad de Humanidades de la Universidad Pablo de Olavide, ha felicitado las fiestas con la conferencia que ha impartido en el Ateneo bajo el título de ‘Washington Irving y Charles Dickens, defensores de la Navidad’, en un ciclo sobre la Navidad coordinado por el doctor Fernando de la Portilla, el historiador José María Miura y el ateneísta Pablo Borrallo.

Pese a la biografía de Fernando III, el rey que cambia la historia de España (empezando por la de Sevilla), el monarca que permanece para siempre unido a la historia de Carmona es Pedro I de Castilla, para unos Pedro el Cruel, para otros el Justiciero. En Carmona mandó construir el Alcázar que desde entonces lleva su nombre y el 30 de marzo de 1976 los reyes de España Juan Carlos I y Sofía inauguraron como Parador Nacional. Unos meses antes de que el monarca cesara a Arias Navarro y nombrara presidente del Gobierno a Adolfo Suárez.

En Carmona muere Julián Besteiro y ‘nace’ el Estatuto de Andalucía

El Alcázar del rey don Pedro es una de las joyas arquitectónicas de Carmona, como así consta en la Guía Artística de Sevilla y Provincia. Una Guía que identifica en dicha ciudad once iglesias y cuatro ermitas. En la de Santa Clara, clarisas africanas vendían dulces conventuales. En la de San Bartolomé se celebraba una boda el día de nuestra visita con el coche nupcial reptando por las escarpadas cuestas de la ciudad. La torre de la iglesia de Santa María fue restaurada con la ayuda de dos benefactoras locales, las hermanas Carlota y Dolores Quintanilla y Montoya, que sufragaron los costes del reloj y el pararrayos. Una obra que según reza en la lápida costó 32.419 pesetas (de la época) y fue dirigida por el arquitecto Francisco Aurelio Álvarez. Es temporada alta en el parador de Carmona, desde cuyo mirador se asiste al espectáculo de la campiña, una verbigracia del infinito. El Alcázar del rey don Pedro (Juan Rey le dedicó una espléndida novela) llegó a tener ocho torres de las que sólo se conservan un par de ellas, la del Oro y la del Homenaje.

Carmona tiene Torre del Oro y también sus Siete Revueltas, que en su caso terminan en la calle Los Flamencos. Carmona cuenta con una Necrópolis romana que además da nombre al equipo de fútbol de la localidad. El deportista más relevante da nombre al Pabellón Deportivo. Andrés Jiménez (Carmona, 1962) formó parte del equipo de baloncesto que ganó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Los Angeles 1984 y fue el que más puntos consiguió en aquella final contra Estados Unidos. Formó parte del Barcelona de Epi y Solozábal.

Carmona conserva sus Puertas de Sevilla y de Carmona. Otra de las puertas fue derribada para hacer el Arco de Felipe II, derribado a su vez en 1895. Felipe IV visitó la ciudad en 1624 con el conde-duque de Olivares y con Quevedo. Carmona da nombre al Estatuto de Andalucía. En su parador se reunieron sus siete ponentes: Juan Carlos Aguilar, Ángel López, Javier Pérez Royo, Miguel Ángel Pino, José Rodríguez de la Borbolla, Carlos Rosado y Pedro Luis Serrera. La plaza junto a la Puerta de Sevilla lleva el nombre de Blas Infante, fusilado el 11 de agosto de 1936 en el kilómetro 4 de la carretera de Carmona. El 27 de septiembre de 1940 moría en la cárcel de Carmona el socialista Julián Besteiro, presidente de las Cortes entre el 14 de julio de 1931 y el 9 de octubre de 1933. Entre diciembre de 1925, hace ahora un siglo, y febrero de 1931, fue presidente del PSOE. En este cargo y en la presidencia de la UGT relevó a su muerte a Pablo Iglesias.

La historia de España sin salir de Carmona.

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