"Tengo las manos vacías de tanto dar sin tener..."

Recuerdo. Misa 'in memoriam' de Carrillo Salcedo en la iglesia de los Venerables

Marcelino Oreja, Rogelio Reyes y Juan Antonio Carrillo Donaire.
Marcelino Oreja, Rogelio Reyes y Juan Antonio Carrillo Donaire.
Francisco Correal

14 de junio 2013 - 05:03

TENGO las manos vacías de tanto dar sin tener / pero las manos son mías... Esta soleá la escribió Pedro Laín Entralgo oyendo a Enrique Menese y después la interpretó el cantaor de La Puebla de Cazalla. La recordó ayer Juan Antonio Carrillo Donaire en la glosa que hizo al final de la misa-concierto en memoria de su padre, Juan Antonio Carrillo Salcedo, fallecido el 19 de enero.

La misa-concierto tuvo lugar en la misma iglesia de los Venerables donde el catedrático de Derecho Internacional se casó hace más de medio siglo con Matilde Donaire. Ella, emocionada, sabía que sus hijos se enfrentaban a un trance difícil. Pedro situó la cuestión en la lectura de San Pablo a los Corintios: "¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo?". María del Mar, profesora de Canto en el Conservatorio de Granada, se enfrentó, acompañada al órgano por José Enrique Ayarra, al concierto más complicado de su carrera, con un repertorio formado por Faure, Puccini, Bach y Haendel, el más inglés de los músicos alemanes, un guiño a quien fue maestro de las relaciones internacionales. Juan Antonio emocionó con el retrato del padre. Desde su última lección en la Fábrica de Tabacos, 20 de mayo de 2008, a la llamada por teléfono de Sevilla a Rotterdam para comunicarles el fatídico diagnóstico. Desde entonces, "cinco años en los que vio nacer a dos de sus nietos, inundó de risas y sueños su infancia y no dejó de luchar ni un solo día".

De los cuatro hijos, faltó Rosario, que vive en Atenas, donde es profesora de Griego moderno. Pero estaba bien próxima con un padre que sabía "ver de cerca y mirar a lo lejos", evocado desde el altar con la inscripción griega sobre la Última Cena de Lucas Valdés. La misa la ofició Fernando García Gutiérrez, que destacó los valores del profesor con una frase del teólogo Karl Rahner: "Sólo los humildes son empujados por el viento de Pentecostés".

La iglesia de los Venerables, sede de la Fundación Focus-Abengoa de la que Carrillo Salcedo fue vicepresidente, fue el último sitio público donde coincidió con su amigo Marcelino Oreja. El que fuera ministro de Asuntos Exteriores con Adolfo Suárez evocó al amigo que compartiendo estancia en la Academia de Derecho Internacional de La Haya evocaba los magisterios de Sevilla: los de Manuel Giménez Fernández, Mariano Aguilar Navarro y Ramón Carande Thovar. Dos colegas unidos por una idea de Europa "refugio y no fortaleza".

"Vive el que ha vivido". Con estos versos de Antonio Machado terminó su glosa literaria Rogelio Reyes. Los unió la pasión juanrramoniana de Matilde y los once números de la revista Papeles de La Alacena. Su hijo Juan Antonio lleva en la cartera una frase que su padre pronunció cuando recibió el título de hijo predilecto de Andalucía. "La edudación es mucho más que la instrucción y el conocimiento. Es una herramienta para la subversión del desorden establecido".

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