Enrique Osborne Isasi, uno de los accionistas sevillanos más importantes que tuvo en tiempos la marca de cervezas Cruzcampo hasta su venta en 1991 a Guiness, falleció en Sevilla víctima de una enfermedad degenerativa que le ha tenido retirado de su actividad y de la vida de la ciudad en los últimos meses. Nació en Sevilla en noviembre de 1939. Estaba casado con la señora María Dolores Halcón de la Lastra, con la que tuvo dos hijos: María Dolores y Enrique. Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Sevilla toda su vida laboral estuvo vinculada a la empresa Cruzcampo, de la que se prejubiló años después de su venta a Guinness.

Vecino del centro, hombre de profundas convicciones religiosas y muy ligado al mundo de las hermandades, fue pregonero de la Semana Santa de 1983. Era hermano de Los Panaderos, la Quinta Angustia, el Silencio y la Archicofradía Sacramental del Sagrario de la Catedral, de la que fue presidente.

En sus últimos años estuvo especialmente comprometido en causas como Proyecto Hombre, de cuyo patronato era vocal. Se trata de una entidad fundada en 1984 que ayuda a los drogodependientes a librarse de su adicción, recuperar su dignidad y reintegrarse en la sociedad.

Enrique era descendiente de los Osborne que en 1904 crearon una cerveza “especialmente elaborada para el clima del sur”, según las crónicas. Nació entonces una de las marcas que están presente con más fuerza en el imaginario colectivo de la ciudad.

En su pregón, celebrado en un abarrotado teatro Lope de Vega, fue presentado por José Luis Ortiz Nuevo, entonces concejal de Fiestas Mayores en el gobierno de Luis Uruñuela. “Enrique Osborne es sevillano y cofrade, son los títulos que ostenta con orgullo, los que enseguida le valdrán para acercarse a las raíces con misterio y desvelaros sus señas ocultas”.

Osborne llegó a denunciar al Ayuntamiento de Sevilla por la retirada de la calle que tenía su tío José María Osborne, una medida que el Ayuntamiento justificó en 2010 afirmando que fue “un militar fascista” y, por lo tanto, que procedía la aplicación de la Ley de Memoria Histórica . Su sobrino Enrique recordó entonces que su tío, hijo del fundador de la Cruzcampo, fue asesinado en la Guerra Civil cuando tenía 31 años. José María Osborne pilotaba avionetas, "por lo que lo mandaron a la contienda aunque no era militar. Allí le enseñaron a pilotar aviones más grandes y lo derribaron en el año 38”. Pese a su juventud, “cuando murió mi abuelo, lo nombraron a él presidente de la Cruzcampo, aunque no pudo ejercer como tal”.