Un oasis para los músicos

Por sus locales de ensayo han pasado artistas como Junior, Falete, Manuel Lombo o Vanesa Martín pero también "ejecutivos, fontaneros, estudiantes" y músicos de toda condición que han encontrado en Calle 32 un auténtico oasis en plena ciudad para disfrutar de su gran pasión: la música.

Antonio Palomo está detrás de este proyecto que nació "de una conversación en un bar" y comenzó su andadura en 2006. La idea era crear un espacio alternativo en Sevilla que tuviera a la música como protagonista y hoy más de 400 músicos (profesionales o no) dan forma y vida a sus canciones en algunos de sus 32 locales de ensayo que se alquilan por horas y por meses.

Con el tiempo, Calle 32 ha ido ampliando su oferta y al pequeño bar con el que siempre ha contado se le han ido sumando otros servicios como una tienda de material musical. Pero el gran salto se dio con la apertura de una sala de conciertos, una agencia de manager y estudios de grabación profesionales que se alquilan por horas y que son accesibles para los bolsillos de los que empiezan.

Sin embargo, cuenta Antonio Palomo, el objetivo es aglutinar en torno a Calle 32 a todas las artes escénicas. Para ello, a sus instalaciones se ha sumado un edificio vecino en el que se imparten ya clases de baile moderno, salsa y próximamente también de flamenco. Aunque sobre el escenario de Calle 32 ya se ha representado alguna obra de teatro, aún no hay una programación constante y ése es otro de los objetivos.

Lo que no falta en Calle 32 son las actuaciones musicales que se suceden durante toda la semana. Además de los conciertos de los fines de semana, los lunes, distintos guitarristas comparten escenario e improvisan música "en estado puro" y los martes, el artista sevillano El Lui se rodea de músicos de distintos estilos para ofrecer algo nuevo cada semana. El miércoles Calle 32 se transforma en un club de jazz donde cualquier idea es bien recibida.