Memoria histórica

Un memorial de Pico Reja para el recogimiento

  • El cementerio de San Fernando acogerá desde marzo de 2023 un monumento conmemorativo a las víctimas que sufrieron la represión de la dictadura franquista

Los familiares y asociaciones memorialistas podrán honrar a sus difuntos.

Los familiares y asociaciones memorialistas podrán honrar a sus difuntos. / M. G.

Desde que en 2017 se iniciaran los trabajos de localización y delimitación de la fosa común Pico Reja, ubicada en el cementerio de San Fernando, han transcurrido cinco largos años en los que solo se ha perseguido un objetivo: recuperar la memoria de aquellos cuya vida fue arrebatada y silenciada por la dictadura franquista.

Gracias a la implicación del Ayuntamiento de Sevilla, la Junta de Andalucía, la Diputación y la Sociedad de Ciencias Aranzadi, los trabajos de exhumación de las víctimas están a punto de concluir y, como colofón final, el gobierno municipal informó esta semana sobre el osario-memorial y columbario que se erigirá en el terreno donde se han estado desarrollando las labores de exhumación.

“Estamos a punto de terminar uno de los proyectos de memoria histórica más importantes que se han desarrollado en España. Los trabajos, desarrollados por la empresa Aranzadi por encargo municipal, están descubriendo que la realidad era mucho peor de lo que se estimó en las previsiones iniciales. Mientras, se siguen realizando los estudios de ADN y se ha conseguido dar un paso decisivo para lograr la verdad, la justicia y la reparación”, fueron las palabras que realizó el alcalde Antonio Muñoz en el acto.

“Esperamos que para finales de diciembre o principios de enero las labores estén ya finalizadas”, confirma a este periódico el antropólogo Juan Manuel Guijo, uno de los responsables del proyecto que ha participado durante estos años en la recuperación de los restos óseos de Pico Reja. “Al final, los restos de represaliados franquistas han sido más de los que se esperaban en un principio: un total de 1.661 víctimas”, declara Guijo.

Los tres vértices de la construcción simbolizan la verdad, la justicia y la reparación

El antropólogo detalla que, cuando concluyan las exhumaciones, tendrán que preparar y limpiar el terreno para que pueda levantarse el memorial. Es importante, en este sentido, tener en cuenta que Pico Reja se abrió en 1925, por lo que antes del golpe de Estado de 1936 ya había cuerpos depositados en ella que no pertenecen al periodo dictatorial. Estos restos serán entregados al cementerio, que serán los encargados de incinerarlos e inhumarlos, según explica el experto.

Por su parte, Anartz Ormaza, el arquitecto encargado del osario-memorial, también miembro de la Sociedad Aranzadi, detalla a Diario de Sevilla que el primer reto que se encontró en la ejecución del proyecto fue el de dar cabida a tantos cuerpos. Y es que Pico Reja es, en la actualidad, la fosa común abierta más grande de Europa occidental, solo por detrás de Srebrenica (Bosnia y Herzegovina).

Además, el memorial que está próximo a erigirse será el más grande que se haya construido en el país, una información que emitió el Ayuntamiento y que confirma Ormaza, quien explica que, aunque con anterioridad ha trabajado en otros proyectos del mismo estilo, en ningún caso las dimensiones han sido como las que se van a dar en el cementerio de San Fernando.

Respecto a la estructura y el diseño del memorial, el arquitecto indica que “tenía tanto peso el nombre de Pico Reja, que deviene precisamente de la forma de triángulo que tiene el perímetro de la fosa, que quisimos respetar la silueta”. Asimismo, los tres vértices del terreno sirvieron como metáfora a los tres pilares de la Memoria Histórica: verdad, justicia y reparación.

El osario-memorial respetará la silueta triangular de la fosa común. El osario-memorial respetará la silueta triangular de la fosa común.

El osario-memorial respetará la silueta triangular de la fosa común. / M. G.

El monumento conmemorativo constará de tres líneas de columbarios –que seguirá la trayectoria de cada uno de los ángulos– levantados con hormigón armado que generarán, en su interior, una plaza triangular. En medio de dicha plaza se ubicará un ciprés, que está considerado el árbol de la memoria. De este modo, el espacio está pensado para “ser un lugar transitable”, así como “para el recogimiento y para que los familiares y las asociaciones memoralistas tengan un rincón aislado para el homenaje”, detalla Ormaza. Sin embargo, también cumplirá su función como sepulcro, ya que en cada una de las líneas del columbario habrá nichos individuales en los que se podrán depositar los restos óseos de los represaliados, que serán debidamente sellado y numerado.

En cuanto a la fecha para la que se espera que el memorial esté erigido, el responsable de la Oficina de Memoria Histórica, Juan Tomás de Aragón, afirma a este medio que “se prevé que estará terminado para el 31 de marzo de 2023”. Y añade que este será un lugar para “recoger y dignificar”.

Finalmente, el socialista informa de que, al igual que se realizó un acto cuando se iniciaron las labores de exhumación, tienen previsto una clausura a principios de enero para dar por finalizado todo el proceso de recuperación de los restos óseos de las víctimas de la dictadura franquista, que será también el pistoletazo de salida para la construcción del memorial.

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