La contundente fachada del Palacio de San Telmo y su eje compositivo tendrán su reflejo en el pavimento proyectado, más acorde con el entorno urbano donde se localiza la actuación que robará al tráfico rodado un área con una superficie aproximada de 5.500 metros cuadrados (137 metros de fachada del palacio por 40 del viario). El material elegido para ello será la piedra natural, con la losa de granito como elemento básico en distintos formatos. El color escogido para las mismas varía desde el blanco (piezas de mayor tamaño que formalizan el ámbito de acceso al Palacio) al gris claro y el negro, que se usarán para encintados y líneas de recogida de aguas pluviales. El acabado de todas las piezas será el flameado.

El mobiliario urbano propuesto se reducirá a marmolillos monolíticos y cilíndricos de granito y algunas pilonas neumáticas para definir el carril de transporte público y la instalación de cinco columnas de 9 metros de altura para el alumbrado público que sustituirán a las farolas fernandinas actuales. La reurbanización de la zona incluye la reforma y mejora de las redes de abastecimiento y saneamiento por parte de Emasesa, que instalará 400 metros de tubería de fundición dúctil dotada de cuatro válvulas de compuerta y tres hidrantes en el perímetro del Palacio de San Telmo. En cuanto a la red de saneamiento, se invertirá el sentido actual de los vertidos a la red que pasa junto a la fachada principal de San Telmo. Además, se ampliará la red de riego actual de los Jardines de Cristina a lo largo de las cuatro aceras que circundan el Palacio. En Jardinería, se completará la alineación de los árboles existentes y se repondrán las maras de Olmos Pumilla perdidas en la calle Rábida. Hasta hace no muchos años, toda la Avenida de Roma presentaba una doble alineación de plátanos de sombra que cubrían la fachada del palacio con su gran porte y que fueron reemplazados por laureles podados en forma cónica para permitir la visión del conjunto arquitectónico.