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Un plan 'anticangrejeo'

  • La Policía retirará a la masa que venga con el paso en tres zonas: el Postigo, la Cuesta del Rosario y Argote de Molina. En ninguno de estos cruces se permitirán las sillas plegables.

El dispositivo de seguridad de la Semana Santa 2016 presenta importantes novedades con respecto al del año pasado, que se reveló como absolutamente insuficiente tras los incidentes de la Madrugada. La gran innovación de este plan de seguridad es un sistema contra los cangrejeros, término con el que se conoce a aquellas personas que se colocan delante del paso y avanzan a la velocidad de éste. El plan se activará en los tres puntos que el Centro de Coordinación Operativa (Cecop) considera más conflictivos por la gran cantidad de público que se concentra en ellos. Son el arco del Postigo, la Cuesta del Rosario y Argote de Molina.

En los dos primeros se recurrirá a una serie de vías de evacuación, mientras que en la Cuesta del Bacalao se aforará la calle cuando la Policía estime que esté a punto de colapsarse. En las tres zonas habrá equipos conjuntos de policías locales, nacionales y agentes de Protección Civil que estarán desde antes que pase la cofradía y durante el discurrir de la misma. Estos equipos conjuntos velarán primero por que nadie coloque una silla plegable que obstaculice las posibles vías de evacuación. Después, cuando llegue el paso, se dedicarán a disolver la masa de cangrejeros, para dotar primero de fluidez al paso de la cofradía y, después, para favorecer al público que lleva esperando desde antes de la llegada de la cruz de guía.

Los cangrejeros serán retirados por los equipos conjuntos de policías y Protección Civil, que los derivarán hacia las vías de evacuación. En el caso del Postigo, se utilizará como tal Tomás de Ybarra. En el de la Cuesta del Rosario, si la hermandad avanza desde Francos hasta la plaza del Pan, se utilizarán calles como Huelva o Herbolario. Si el cortejo sube la Cuesta del Rosario hacia Pescadería, la masa de público que viene con el paso será derivada hacia la plaza del Pan. Para garantizar el éxito de este plan, las calles que se utilicen como vías de evacuación han de estar completamente libres de público. A esto se dedicará otro equipo de agentes.

En el caso de la Cuesta del Bacalao, al no haber calles que puedan funcionar como vías de evacuación rápida, la Policía aforará la calle y cortará el acceso de público en el momento en que ésta esté colmatada. Tampoco en esta calle se permitirá la colocación de sillitas y la Policía irá levantando a las personas que las pongan en el suelo. Las sillas plegables sí podrán colocarse en zonas más amplias en las que no hay tanto riesgo de bulla, como la plaza Jerónimo de Córdoba, por ejemplo.

El dispositivo está confeccionado por el Ayuntamiento y la Subdelegación del Gobierno en Sevilla, que llevan meses trabajando en ello, en numerosas reuniones presididas por el delegado de Movilidad, Seguridad y Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera, y la subdelegada del Gobierno, Felisa Panadero. También es fundamental la colaboración de los ciudadanos y de las hermandades para que todo transcurra con normalidad. Los días más conflictivos son el Domingo de Ramos, cuando más público se agolpa en las calles, y la Madrugada, por las circunstancias especiales que sufre esta jornada.

Las obsesiones del gobierno local y de la Policía Nacional pasan por evitar a toda costa lo ocurrido el año pasado en ambas jornadas. El Domingo de Ramos, la cofradía de la Hiniesta tuvo serios problemas para atravesar la Cuesta del Rosario, como se aprecia en las fotografías que ilustran estas páginas. La falta de policías obligó a la cuadrilla de costaleros de refresco de la cofradía a abrir paso a los nazarenos entre el público. Una escena parecida se vivió el Martes Santo con la hermandad de San Esteban cuando subía la Cuesta del Rosario. En la Madrugada, varias turbas destrozaron el cortejo de la cofradía del Silencio cuando cruzaba desde la calle Cuna hacia Orfila.

El Ayuntamiento reforzará el dispositivo de seguridad de la Madrugada. Aunque todavía no está cerrado, el gobierno local pretende sacar alrededor de 300 policías esa noche a la calle. La cifra puede variar en los próximos días, pero en cualquier caso supondrá un incremento bastante notable sobre el pasado año. En 2015, la Policía Local sólo tenía 22 agentes disponibles para atender posibles incidencias que surgieran durante la Madrugada.

Según figuraba en los estadillos, en las calles de Sevilla trabajaron esa noche 183 policías locales. De ellos, 72 se destinaron a regular el tránsito de personas por los pasillos de la carrera oficial. Esta cifra se vería aumentada en dos más esa misma noche, puesto que la Jefatura desmontó uno de los servicios preventivos para enviar dos policías más a los pasillos. Otros 47 funcionarios formaban parte del plan de tráfico. Los estadillos contemplaban otros 32 agentes en el servicio de la Unidad de Intervención Nocturna (UIN), el turno de noche habitual de la Policía Local. Estos policías se encargarían de atender las incidencias del resto de la ciudad.

En el dispositivo figuraban otros 22 policías destinados a Intervención. Estos agentes eran los que estaban disponibles para atender cualquier incidencia que surgiera en el centro y pudiera afectar al desarrollo de la Semana Santa. Cuatro agentes de este grupo fueron los que intervinieron en la reyerta que se produjo pasadas las cuatro y media de la madrugada en la Plaza de la Encarnación, que provocó una estampida hacia Cuna y Orfila, por donde pasaba en ese momento el Silencio.

Para prevenir este tipo de situaciones, el Ayuntamiento multiplicará casi por diez el número de agentes municipales que estarán en las calles y vigilará con especial atención dos puntos que pueden resultar conflictivos. Son la calle Daoíz y el cruce de Amor de Dios y San Miguel. La primera es una novedad para la cofradía del Silencio y la segunda para la de los Gitanos. Previendo que ambas zonas se pueden colapsar de público, habrá varios equipos de la Policía en estos dos lugares. Además, entre las dos y media y las cinco y media de la madrugada, los agentes se desplegarán por la plaza de la Encarnación y la zona de Reyes Católicos, para garantizar que la masa de público que acude hacia el centro de la mano de las cofradías de la Esperanza de Triana y Los Gitanos lo haga de manera controlada y no se generen más embotellamientos de los previstos.

La Policía Local también vigilará a los bares y los obligará a cerrar a su hora. No se concederán, por tanto, aplazamientos en los horarios de cierre. En cuanto a las tiendas, se velará por el cumplimiento de los horarios también en la venta de alcohol. A las tiendas de chinos y de alimentación, por ejemplo, se les inspeccionará desde las siete de la tarde del Jueves Santo en adelante. En la zona de la Encarnación, se restringirá el acceso a la planta alta y a las escaleras de las setas. Para coordinar todo este plan, el Cecop estará físicamente ubicado junto a la carrera oficial, en el Círculo Mercantil. Allí habrá al menos un representante de cada cuerpo de seguridad, así como de los Bomberos y Protección Civil.

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