CUANDO la Asociación de la Prensa de Sevilla cumple su primer centenario, los periodistas recordamos a compañeros que se distinguieron tanto por su profesionalidad y valores humanos como por sus aportaciones sociales al colectivo periodístico a través de la citada Asociación. Son los casos de tres periodistas excepcionales del siglo XX, Joaquín Carlos López Lozano, José Montoto y González de la Hoyuela y Celestino Fernández Ortiz, que presidieron la APS y dirigieron la Hoja del Lunes, base económica para sus tareas asistenciales. Pero sus logros más trascendentes fueron lograr viviendas para los periodistas sevillanos, un anhelo social iniciado en los primeros años del siglo XX y conseguido en los años sesenta del pasado siglo gracias a sus gestiones y prestigio personal. Y junto a la residencia digna en la capital, primero en Nervión y después junto al Prado de San Sebastián, una segunda residencia en la playa de Matalascañas. A estos logros debe unirse la cobertura sanitaria como nunca la tuvo la profesión, con un cuadro de médicos del máximo nivel científico, y otras aportaciones sociales frutos de la excelente administración de los beneficios obtenidos con la Hoja del Lunes.

Joaquín Carlos López Lozano (Granada, 1913-Sevilla, 1998), ejerció el periodismo vocacional desde muy joven y puede afirmarse que murió con la pluma en la mano, con ochenta y cinco años cumplidos y con medio siglo largo de profesión. José Montoto y González de la Hoyuela (Lora del Río, Sevilla, 15 de febrero de 1889-30 de mayo de 1977), fue el último periodista de costumbres según el canon del siglo XIX, que mantuvo su estilo hasta bien superada la primera mitad del siglo XX y cubrió toda una época del periodismo sevillano como director de El Correo de Andalucía (1934-1965), donde creó la sección Pajaritas de papel. Celestino Fernández Ortiz (Benacazón, 28 de enero de 1919-Sevilla, 27 de marzo de 2006), murió cumpliendo setenta años de profesión periodística, desde el verano de 1936, con apenas diecisiete años, hasta su muerte, porque nunca dejó de ejercer el periodismo aunque estuviera jubilado y ejerciera la abogacía.

Como decimos al principio, el contar con viviendas dignas fue un objetivo corporativo desde la fundación de la Asociación de la Prensa en 1909, incluso antes con otros proyectos asociativos que no prosperaron. Pero hasta la llegada de López Lozano a la presidencia de la APS no pudo lograrse, primero, la cesión municipal del solar de Nervión donde construir tres bloques de viviendas, obra que luego fue posible con José Montoto de presidente y Celestino Fernández de vicepresidente ejecutivo, y después de presidente. Sin la capacidad de gestión de los tres periodistas citados, sin su prestigio y relaciones, nunca hubiera sido posible contar con viviendas en la capital y segundas residencias en la playa onubense de Matalascañas. Por eso les recordamos con admiración y gratitud.