Aparentemente, el dato de diciembre del paro registrado en la provincia de Sevilla es bueno, muy bueno: el desempleo descendió en este mes exactamente en 3.400 personas, hasta situarse en 254.855 al cierre del año. En lo que respecta a los últimos 30 días, es la mejor evolución desde el año 2000, cuando el paro bajó en 3.700. Es, también, el único mes de diciembre de la crisis en el que el desempleo no ha aumentado.

Sin embargo, por debajo de ese titular positivo hay bastantes sombras. En porcentaje el retroceso del paro (-1,32%) es ligeramente superior a la media nacional (-1,20%) pero muy inferior a la andaluza (-2,43%). En todas las provincias de la región, salvo en Huelva, el empleo se ha comportado mejor. Además, la afiliación sigue cayendo, con 5.008 personas menos ocupadas. Ya se está muy cerca de la barrera de las 650.000 personas (650.394), un nivel que no se conoce desde hace doce años. Y no se comporta mejor la evolución de la contratación: en Sevilla se firmaron el mes pasado 12.360 contratos menos que en noviembre (-17,82%) y 2.235 menos que en diciembre de 2011 (-3,58%). Ni siquiera en términos cualitativos, y al contrario que en España, hay lugar para el optimismo. La contratación indefinida se desplomó un 37,58% respecto al mes de noviembre, con 1.145 contratos menos, y también se registraron 2.235 menos (-3,58%) que en diciembre de 2011. Sólo el 3,16% de los contratos que se efectuaron en diciembre fueron fijos, frente al 7,31% a nivel nacional.

¿Dónde está el origen de la paradoja de que baje el paro al mismo tiempo que cae la ocupación y la contratación? Hay varias causas. Por un lado, está el factor estacional de la campaña de Navidad, que ha compensado el ascenso del paro en agricultura, industria y construcción. A pesar del frenazo del consumo, el desempleo ha descendido mucho más en diciembre de 2012 (-2.668 personas) que en el mismo mes de 2011(-642), y ello se puede deber en buena medida a que este año las contrataciones se han retrasado en consonancia con el comportamiento de los consumidores. Por otro lado, el fuerte descenso del paro en el colectivo sin empleo anterior (-1.357), y especialmente entre los más jóvenes, lleva a pensar en que está cundiendo en este grupo el llamado efecto desánimo. El abandono de las listas de los servicios públicos de empleo no se produce porque se haya conseguido un trabajo, sino por todo lo contrario: no hay esperanza de encontrarlo, y, por tanto, no merece la pena estar registrado como demandante de empleo. La marcha al extranjero o a otro lugar de España de muchos jóvenes ante la falta de oportunidades laborales también es un factor que contribuye a reducir la nómina de desempleados.

Si el mes de diciembre deja un sabor agridulce en cuanto al paro en la provincia, sobre el conjunto del año no hay ninguna duda: ha sido muy malo. Los últimos doce meses dejan 27.124 parados más en Sevilla, 74 nuevos desempleados cada día, o, lo que es lo mismo, un incremento del 11,91%. La destrucción de puestos de trabajo se acerca a la de 2009, cuando en Sevilla pasaron a engrosar las listas del antiguo Inem 30.293 personas, y es muy superior a la de 2010 (+10.056) y 2011 (+18.662). Curiosamente, el peor año de la crisis en cuanto a empleo en Sevilla no fue 2009, sino 2008, cuando el paro se incrementó en 50.150 personas. Desde diciembre de 2007, la provincia cuenta con 136.285 parados más. Es decir, un 114% más. Es bastante más del doble.

La evolución de la afiliación a la Seguridad Social y de la contratación, que marcan el dinamismo de la actividad, también han sido muy negativa. En Sevilla hay 40.875 ocupados menos que hace un año (-5,62%) y si nos retrotraemos a diciembre de 2007 la cifra se eleva a 121.801. En cuanto a las contrataciones, en 2012 se han registrado 76.557 contratos menos que en 2011 (765.086 frente a 812.551). En 2007, el número de contratos acumulados en el año superó el millón (1.031.559) y, del número total, el porcentaje de indefinidos era del 6,31%. A día de hoy, ese porcentaje se reduce a la mitad.