En busca de evidencias. Los arqueólogos del Real Alcázar están convencidos de que bajo el suelo de la capilla del Palacio Gótico hay una cripta con más enterramientos y, para atestiguarlo, se van a realizar una completa auscultación de la zona. La Comisión Provincial de Patrimonio Histórico ha autorizado este miércoles una serie de actuaciones arqueológicas en este espacio que deberán arrojar luz sobre el sorprendente hallazgo del cadáver de una niña ocurrido hace unas semanas. Entre estas intervenciones, se escaneará el subsuelo con un georadar.

Durante los trabajos de arqueología previos a las tareas de restauración de los azulejos renacentistas del Palacio Gótico, realizado por Alfonso X tras la Reconquista de la ciudad, se encontró a los pies del altar de la capilla un ataúd con el cuerpo de una niña de unos cinco años de edad. Según los primeros análisis, y por los objetos que se encontraron, el enterramiento procede de la alta Edad Media, por lo que tendría unos 700 años de antigüedad.

El equipo de especialistas observa los restos de la niña tras sacarlos del ataúd.

Rápidamente, ante la importancia del enterramiento, que es el primero que se encuentra en el Real Alcázar de Sevilla, se han puesto en marcha toda una serie de investigaciones que permitirán determinar con exactitud quién es este personaje que, con casi toda seguridad, es de alta cuna.

Los restos del cadáver todavía en el interior del sarcófago.

El hallazgo ha alterado los planteamientos iniciales del proyecto. Se realizó otro sondeo en una localización diferente a las inicialmente contempladas, cuyo resultado ha permitido determinar la existencia de otros enterramientos próximos que han permitido documentar preparaciones de pavimentos más antiguos y cabeceras de los pilares góticos eliminados en las reformas ejecutadas en el siglo XVI. Además, a escasos centímetros del nivel de pavimento actual, emergieron en estado de cimentación las jambas pertenecientes a la puerta de acceso a la sacristía del siglo XVI, asentadas en un nivel de pavimento ejecutado mediante ladrillos de taco del suelo original del siglo XIII, y restos de pilares góticos. También se detectaron restos de una cista (enterramiento que consiste en cuatro losas laterales y una quinta que hace de cubierta) perteneciente a un espacio funerario del siglo XIII y que fue completamente desarticulado durante el proceso de reformas del siglo XVI.

Los trabajos en los que se ha abierto el ataúd.

A raíz de estos resultados, en el informe que ahora ha aprobado la Comisión de Patrimonio se plantean, entre las más importantes, las siguientes propuestas de investigación: aprovechar la renovación del suelo para excavar con metodología arqueológica-antropológica las cistas detectadas y analizar los posibles enterramientos. Realizar un análisis con georadar que permita, por un lado, detectar la presencia de fosas de enterramiento en los niveles inmediatamente inferiores al pavimento, a la vez que se confirme o descarte la presencia de un espacio de cripta bajo la nave. Y la realización de analíticas para el estudio exhaustivo del enterramiento: datación radiocarbónica, análisis antropológico (paleodieta, reconstrucción facial, entre otros) y de materiales asociados (textiles, cuero y botones, fundamentalmente).