La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El gran detalle del mensaje del Rey
En Sevilla es muy común que los cofrades tengan incienso en casa durante todo el año como un ambientador más que peculiar.
Se utiliza también en varillas o en espiral en prácticas religiosas y culturales, así como en los cultos cofrades y en otros ámbitos como meditaciones o celebraciones.
Su olor no solo relaja, sino que también elimina los malos olores de una habitación.
No obstante, un estudio publicado por médicos del PCOM Georgia en Suwanee, Estados Unidos, han alertado de que los problemas de salud derivados de la quema de incienso son numerosos, si no se hace adecuadamente.
En particular, refieren que estos problemas son más significativos para ancianos y niños, así como para personas con alergias o asma.
En ese sentido, han presentado incluso un caso clínico que demuestra estos efectos en la Reunión Científica Anual del Colegio Estadounidense de Alergia, Asma e Inmunología (ACAAI).
"Nuestra paciente era una mujer de 87 años con antecedentes de asma y EPOC, que recibía oxigenoterapia y presentaba una falta de aire inexplicable", afirma Gomeo Lam, autor principal del artículo. "Una historia clínica detallada reveló que quemaba incienso a diario. Le recomendamos que dejara de quemar incienso, pero la paciente no quería hacerlo porque quemar incienso en varillas de incienso a diario le permitía expresar homenaje y veneración por sus antepasados", explica.
Los médicos advierten de que quemar incienso acarrea riesgos para la salud de toda la población, como dolores de cabeza, disfunción respiratoria, sensibilidad dermatológica y reacciones alérgicas.
Cabe destacar que los vapores del incienso contienen carbono, azufre, óxidos de nitrógeno, formaldehído y otros compuestos volátiles aromáticos policíclicos que son cancerígenos.
Tras un análisis de los citados profesionales, se ha observado que por cada gramo quemado, las partículas de materia generadas por el incienso son de 45 mg, frente a los 10 mg de los cigarrillos.
De este modo, lo recomendable es utilizarlos de forma sensata con una buena ventilación y evitar exponer a estos vapores de forma directa a los colectivos más vulnerables.
Además como el tabaco el humo, el humo del incienso tiene riesgo al concentrase en espacios cerrados. "Al igual que el humo del tabaco, el humo de incienso de tercera mano puede permanecer en los muebles, la ropa y otros artículos, y disiparse durante meses después", explica la investigadora.
De este modo, recomiendan que se asesore a los pacientes que queman incienso de que hay otras alternativas, y piden a los profesionales sanitarios que tengan en cuenta el significado sagrado de la quema de incienso.
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