"Nos sentimos traicionados pese a la rectificación"
Crisis en la universidad
Los erasmus que estudian en distintos países europeos destacan la dificultad de costearse la estancia en caso de no recibir la parte de la beca que corresponde al Estado.
Cundió el pánico. La posibilidad de no recibir la parte de la dotación de la beca Erasmus correspondiente al Estado provocó la ebullición de las redes sociales y el surgimiento de distintas movilizaciones de protesta ante la nueva medida del ministro José Ignacio Wert. Desde la pasada semana, cuando los más rápidos descubrieron el recorte de los fondos, hasta este martes, que el titular de Educación anunció la revocación del mismo, la incertidumbre se adueñó de, aproximadamente, el 75% de los estudiantes erasmus españoles. La comparecencia del ministro supuso la tranquilidad para los mismos, pero, en muchos casos, el sentimiento de duda ya se había convertido en indignación.
Después de las reducciones en las cuantías que esta beca había sufrido en los últimos años, algunos de los interesados quisieron ser precavidos una vez que llegaron a sus destinos e intentaron obtener ingresos por su cuenta. Es el caso de Alba Morán, que está cursando un año de su Grado en Traducción e Interpretación en Colonia y sigue en su búsqueda de un empleo que le permita vivir en esta urbe alemana: "Si no me dieran ese dinero, difícilmente podría costearme alojamiento, la comida y el transporte al mismo tiempo", afirma la joven, aunque explica que su ciudad no es de los lugares más caros, pese a estar en el país germano.
Morán reconoce que, de haberse producido el recorte, su familia se habría visto obligada a pedir un crédito. Además, la vuelta a la Universidad Pablo de Olavide supondría un importante perjuicio debido al solapamiento de asignaturas y la dificultad para aprobarlas. "Estoy muy descontenta, porque esta iniciativa se ha hecho de espaldas a los estudiantes y con dos meses de curso a la espalda. Nos sentimos traicionados por el Gobierno de España, por mucha rectificación que haya habido luego".
Alejandro Guerra hizo el mismo razonamiento que Morán, pero decidió trabajar durante el curso pasado para poder pagarse la estancia en Brno (República Checa). Si la medida hubiera prosperado, el dinero ahorrado lo habría dedicado a subsistir y no a conocer Centroeuropa, como tenía pensado. "La República Checa es uno de los países más baratos, pero si recortan y estoy en Holanda me tengo que volver". Guerra paga 130 euros por su habitación y afirma que en el caso de que no contara con parte de la beca de la que ahora disfruta no se habría embarcado en la Erasmus. "Esto no es sólo la fiesta, es conocer otras culturas: la del país que te acoge y la de tus compañeros", señala este estudiante del Doble Grado en Derecho y Administración de Empresas para explicar que, a su juicio, es "una forma de crear una conciencia europea que se debe seguir realizando".
En el mismo sentido se pronuncia Esmeralda Torres, que estará 10 meses en la Universidad Do Minho (Braga) cursando asignaturas de Periodismo: "Es una experiencia de crecimiento personal que debería ser obligatoria para todos los estudiantes". Antes de conocer la noticia de que la decisión había sido finalmente revocada, Torres era pesimista respecto a las posibles movilizaciones que se pudieran organizar. Un ejemplo de éstas es la iniciativa que la estudiante madrileña Laura Zornoza puso en marcha en la web de peticiones de carácter social y reformista Change.org al respecto, que hasta este martes había alcanzado las 200.000 firmas de apoyo.
Desde Foggia, en el sur de Italia, se puso en marcha otra movilización que acabó reuniendo a muchos de los estudiantes Erasmus del país transalpino. Uno de sus promotores fue Germán Fernández, que descubrió por casualidad la iniciativa del Ministerio de Educación el 30 de octubre. Este alumno de quinto de Medicina de la Universidad de Sevilla todavía no ha recibido la parte de la beca que proporciona la Unión Europea, ni la de la Administración autonómica, por lo que la pérdida de la cantidad estatal le habría provocado una situación "muy ajustada".
Junto con dos compañeros, creó un grupo en Facebook del que salió una convocatoria de manifestación frente a la Embajada española en Roma el 16 de noviembre, aprovechando una reunión de estudiantes erasmus. "El representante de la Erasmus Students Network en Italia me dio su apoyo e incluso se planteó una reunión con el embajador".
Después de la rectificación de Wert, este estudiante asegura que los representantes del movimiento de rechazo a la medida decidirán si mantienen las iniciativas ya planteadas. También muestran su satisfacción por la marcha atrás del Gobierno: "Esto demuestra que teníamos razón desde un principio. Se ha visto claro al obtener el respaldo de Europa", sentenció Fernández.
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