Universidad

La sobrecualificación laboral afecta a la mitad de los universitarios de Sevilla

Muchos universitarios comienzan su vida laboral en la hostelería.

Muchos universitarios comienzan su vida laboral en la hostelería. / D. S.

El estudio sobre Inserción de los Egresados en Universidades Públicas de Andalucía elaborado por el IECA no sólo aporta datos sobre los índices de inserción laboral, sino que también analiza la calidad del empleo logrado por los universitarios sevillanos. Uno de los puntos donde más incide el informe es el de la tasa de adecuación. Se trata de un parámetro que evidencia si una persona con titulación en la enseñanza superior trabaja con un contrato acorde a su cualificación académica. O lo que es lo mismo, si esos jóvenes presentan lo que se denomina sobrecualificación laboral, al desempeñar un empleo que está por debajo de sus expectativas y que, por tanto, tampoco presenta una remuneración salarial acorde a su formación. 

Pues bien, el IECA ha calculado esta información partiendo de los titulados empadronados y que trabajan en Andalucía al año de salir de la universidad. En el caso de los egresados (sólo con la carrera) de la promoción 2019/20, la tasa de adecuación competencial al empleo que desarrollan es del 49,2%, es decir, que más de la mitad de los universitarios padecen sobrecualificación laboral. Queda un amplio margen de mejora, lo que también explica que cada vez sea mayor el número de jóvenes que se decantan por la Formación Profesional, unos estudios con los que logran una inserción más rápida y acorde. Pese a este crecimiento, el número de matriculados en FP dista bastante de otros países europeos, como Alemania, donde la tasa de paro juvenil es sólo del 10%. 

También aquí se observan importantes vaciaciones según la titulación estudiada. En este caso, son las especialidades sanitarias las que mejor se posicionan, pues la tasa de adecuación competencial es de un 83,8% en Salud y Servicios Sociales, lo que también explica la fuerte demanda que registran dichos estudios. 

Por encima del 50% se encuentran las áreas de Agricultura, Ganadería, Pesca, Silvicultura y Veterinaria; seguidas de las TIC y Ciencias Naturales, Químicas, Físicas y Matemáticas. La adecuación más baja la sufren los egresados del ámbito de Negocios, Administración y Derecho

Otro aspecto importante en el que ahonda el informe es el de la tipología de contrato, un ámbito que presenta, de igual modo, un amplio margen de mejora. De la promoción 2019/20, el 28,1% de los universitarios se encontraba trabajando a 30 de septiembre de 2021 con un contrato de carácter indefinido, esto es, ni un tercio, mientras que la temporalidad afectaba al 67,6%. Unas condiciones que -se supone- habrán de cambiar con las reformas introducidas por el Gobierno central. 

La brecha de género

La brecha de género acentúa esta precariedad. La inserción laboral de los universitarios al año de acabar el grado es del 56,7% en la promoción antes citada, mientras que en las universitarias se queda en el 52,5%, cuatro puntos por debajo. En cuanto al tipo de contrato, la temporalidad es del 70,6% en las mujeres y del 63,1% en los hombres. En ellos el paro se reduce al 10,7% y en sus compañeras sube al 14,1%. 

Tampoco debe dejarse atrás otro dato importante al que apunta el informe: conforme mayor es el nivel académico de los estudios cursados, mayor también es la tasa de inserción laboral. Tomando de referencia la promoción 2019/20, al año siguiente, el 51% de los que sólo poseen un grado como titulación logran un empleo, mientras que en los que han concluido un máster el índice llega al 56,3% y en los doctorados alcanza el 60,2%. 

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