El supercohete Ariane 6 despega con éxito pese a las previsiones desalentadoras que se dieron en Sevilla

El éxito de la misión confirma "un día histórico" que abre la puerta a la autonomía europea

El siguiente despegue será en diciembre

La UE justifica en Sevilla las negociaciones con Musk para el lanzamiento de cuatro satélites

Despegue del cohete europeo Ariane 6, desde el puerto espacial europeo de Kurú (Guayana Francesa).
Despegue del cohete europeo Ariane 6, desde el puerto espacial europeo de Kurú (Guayana Francesa). / EFE

El supercohete europeo Ariane 6 despegó ayer con éxito desde la base de Kurú en la Guayana Francesa. Acabando así con la crisis de lanzadores que ha obligado a depender de terceros países y de empresas privadas. De hecho, la Unión Europea ha tenido que recurrir a SpaceX -del multimillonario Elon Musk- para cumplir alguna misión institucional. Con este "día histórico", como lo ha calificado el director general de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), Josef Aschbacher, el viejo continente recupera la anhelada autonomía en el espacio y todas las posibilidades que ello supone.

El comisario de Mercado Interior y Servicios, Thierry Breton, lamentó en Sevilla el pasado noviembre los continuos retrasos que ha sufrido Ariane 6 provocados por la pandemia o la guerra de Ucrania. También vaticinó que este año todavía no estaría operativo para su lanzamiento. A pesar de ello, Europa ha reafirmado -gracias a este despegue- su posición entre las naciones con mayor capacidad espacial del mundo.

Con 56 metros de altura, el cohete acometió sin problemas la primera parte de la misión: el despegue, la puesta en órbita y el despliegue de los nueve satélites que llevaba en su interior. En cuanto a la segunda fase -de demostración- el objetivo era conocer cómo operaban ciertos sistemas en microgravedad. Unas pruebas que no se pueden realizar en tierra.

Los contratiempos se produjeron en esta segunda etapa, cuando la Unidad de Potencia Auxiliar (UPA) de la parte superior del cohete se encendió por segunda vez pero se apagó enseguida. Esto hizo que el motor Vinci, una de las principales innovaciones del cohete que tiene la capacidad de reiniciarse hasta cuatro veces (tres para este primer vuelo), no pudiera volver a encenderse en la tercera ocasión.

Todo ello provocó que no se separaran dos cápsulas de reentrada de prueba y tampoco fue posible desorbitar la etapa superior del lanzador para que se dirigiera a la atmósfera y allí destruirse.

A pesar estos contratiempos, el director de transporte espacial de la ESA, Toni Tolker-Nielsen, señaló que "el lanzamiento ha sido un gran éxito. Hemos hecho algo asombroso". También hubo palabras de agradecimiento para el equipo, a los que advirtió que todavía queda "trabajo por hacer", y para los países participantes. Alemania, Austria, Bélgica, España, Francia, Irlanda, Italia, Noruega, los Países Bajos, la República Checa, Rumanía, Suecia y Suiza han colaborado en la puesta en marcha del cohete más grande de Europa. España ocupa el cuarto puesto con un 4,7% de aportación

El siguiente vuelo será en diciembre

El éxito de esta primera prueba ha provocado que la Unión Europea prepare a "gran velocidad" los próximos lanzamientos, abriendo camino a misiones institucionales y comerciales. El siguiente despegue se llevará a cabo en diciembre de este mismo año.

Por lo pronto, hay 30 misiones previstas hasta finales de 2027. De ellas, 18 lanzamientos son para el despliegue de la constelación de internet satelital Kuiper de Amazon y también se usará para satélites del sistema europeo de posicionamiento Galileo.

Además, Ariane 6 cuenta con dos versiones: la A62, que se lanzó ayer, con dos propulsores y 56 metros de altura y la A64, que empezará a volar el año próximo y es para cargas más pesadas o destinos más lejanos, tiene cuatro propulsores y 62 metros de altura. Esta última tiene la capacidad de llevar hasta 21,6 toneladas y 11,5 toneladas en órbita baja y geoestacionaria, respectivamente.

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